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Mansión de William T. Spears
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Re: Mansión de William T. Spears
Había traido unas bolsas con comida preparada de su restaurante favorito.
Cuando llegó a la casa del shinigami en jefe, Grell simplemente dejó las bolsas en la puerta para saltar hacia el tejado y buscar la ventana del ático, esa que siempre se veía abierta desde lejos. Una vez que la encontró, Grell se metió como si se tratara de su propia casa, caminando por entre las cosas apiladas de forma ordenada, en un inmaculado control que solo William podía tener.
Pasó por las habitaciones, deteniéndose en la de William, abriendo la puerta y aventándose en las sábanas de seda de la cama, revolcándose cual niño pequeño, dejando su perfume ahí. Bajó a la sala con una sonrisa cual niño que ha robado dulces y abrió la puerta, tomando las bolsas y corriendo a la cocina, para acomodar platos y poner la comida ahí, botando las bolsas en la basura. Lo había invitado a cenar, pero nadie había dicho que tenía que cocinar ¿verdad?
-Neeeeee Will, bienvenido~ --Le saludó cuando le escuchó abrir la puerta --La cena está lista amor~
Cuando llegó a la casa del shinigami en jefe, Grell simplemente dejó las bolsas en la puerta para saltar hacia el tejado y buscar la ventana del ático, esa que siempre se veía abierta desde lejos. Una vez que la encontró, Grell se metió como si se tratara de su propia casa, caminando por entre las cosas apiladas de forma ordenada, en un inmaculado control que solo William podía tener.
Pasó por las habitaciones, deteniéndose en la de William, abriendo la puerta y aventándose en las sábanas de seda de la cama, revolcándose cual niño pequeño, dejando su perfume ahí. Bajó a la sala con una sonrisa cual niño que ha robado dulces y abrió la puerta, tomando las bolsas y corriendo a la cocina, para acomodar platos y poner la comida ahí, botando las bolsas en la basura. Lo había invitado a cenar, pero nadie había dicho que tenía que cocinar ¿verdad?
-Neeeeee Will, bienvenido~ --Le saludó cuando le escuchó abrir la puerta --La cena está lista amor~
Re: Mansión de William T. Spears
Cuando metió las llaves dentro del cerrojo, supo que algo estaba mal.
No tenía seguro.
Sin embargo la cantidad de personas capaces (o con las agallas) de irrumpir en su casa podía contarlas con los dedos de media mano, y entre las 3 opciones, siendo dos de ellas un demonio y Undertaker, escogió la mas común.
- Sutcliff... --- gruñó al tiempo que cerraba la puerta tras de él, escuchando aquella voz saludarle. Bueno, quizá no era tan malo... aunque se sentía extraño ser recibido en su casa cuando usualmente siempre la encontraba sola.
Notó la cena lista y a Grell moviendose en su cocina y el comedor como si viviera ahí, cosa que hizo la ceja de William saltar levemente.
- de verdad... tengo que preocuparme por tus habilidades para irrumpir en mi casa?
No tenía seguro.
Sin embargo la cantidad de personas capaces (o con las agallas) de irrumpir en su casa podía contarlas con los dedos de media mano, y entre las 3 opciones, siendo dos de ellas un demonio y Undertaker, escogió la mas común.
- Sutcliff... --- gruñó al tiempo que cerraba la puerta tras de él, escuchando aquella voz saludarle. Bueno, quizá no era tan malo... aunque se sentía extraño ser recibido en su casa cuando usualmente siempre la encontraba sola.
Notó la cena lista y a Grell moviendose en su cocina y el comedor como si viviera ahí, cosa que hizo la ceja de William saltar levemente.
- de verdad... tengo que preocuparme por tus habilidades para irrumpir en mi casa?
William T. Spears- Admin
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Fecha de inscripción : 19/05/2011
Edad : 34
Localización : Instalando esposas en el escritorio de Sutcliff
Re: Mansión de William T. Spears
--Ne William, ¿no puedes simplemente agradecer por la cena? --Dijo el shiniigami rojo mientras salia a su vista, sonriendole como si nada hubiera pasado y no estuviera irrumpiendo en su casa, sin permiso. --El menu de hoy...es Grell Sutcliff en chocolate caliente.
Rio estridentemente al ver la ceja saltarina de Will, mientras lo guiaba al comedor y sacaba los emplatados.
--Tengo pollo a la cordon blue y filete mignon ¿cual gustas? -- Preguntó, tal como si fuera un mayordomo a sabiendas que eso lo molestaba. A William nunca le había gustado esa morbosa fascinación de Grell por el mundo humano y aún no entendía el porqué el pelirrojo había "servido" o intentado servir a una dama noble como mayordomo. El rebajarse a una naturaleza mortal era uno de los pecados que William aún no le perdonaba.
--Antes que preguntes, claro que lo cociné yo. Claro que estoy actuando como mayordomo... Y tú simplemente deberías disfrutarlo --Dijo, esperando su selección de platillo --O... también podrías abusar del privilegio, ¿no lo crees? --Terminó, coqueto como solo él era.
Rio estridentemente al ver la ceja saltarina de Will, mientras lo guiaba al comedor y sacaba los emplatados.
--Tengo pollo a la cordon blue y filete mignon ¿cual gustas? -- Preguntó, tal como si fuera un mayordomo a sabiendas que eso lo molestaba. A William nunca le había gustado esa morbosa fascinación de Grell por el mundo humano y aún no entendía el porqué el pelirrojo había "servido" o intentado servir a una dama noble como mayordomo. El rebajarse a una naturaleza mortal era uno de los pecados que William aún no le perdonaba.
--Antes que preguntes, claro que lo cociné yo. Claro que estoy actuando como mayordomo... Y tú simplemente deberías disfrutarlo --Dijo, esperando su selección de platillo --O... también podrías abusar del privilegio, ¿no lo crees? --Terminó, coqueto como solo él era.
Re: Mansión de William T. Spears
Cuando fue regañado por no ser agradecido solo pudo apretar los labios.
Si de acuerdo, era desagradecido, pero seguía sin saber muy bien como reaccionar ante aquellos favores que no pedía, y pese a la naturalidad que era para ambos comer juntos de vez en cuando... seguía pareciendole extraño, quizá rayando en lo incómodo. Bueno, la sensación solo era durante los primeros cinco minutos.
- Sutcliff esperas que crea que has cocinado todo eso tu? --- preguntó con un leve acento de duda en su voz, remarcando lo que para él era obvio, pero estaba bien... si el escandaloso shinigami quería jugar, William no lo frenaría con tal de tenerlo contento y calmado, aunque significara aguantar su descarada actuación como mayordomo --- de verdad... el pollo esta bien para mi
Respondió, sentándose en la mesa y observando como su compañero se metía profundamente en su papel servicial. Ah, la verdad es que aunque fuese molesto debido a las raíces de su papel de "mayordomo", debía admitir que ser servido era agradable. Si tan solo fuera así durante las horas de trabajo...
Fue ahí cuando el rostro de William cambió súbitamente. No era de enojo, sino un rostro asombrado, asombrado por una idea interna. Se repuso con rapidez, volteando a ver a Grell con los inexpresivos y al mismo tiempo penetrantes ojos bicolor.
- Grell, ser el mayordomo de un humano no significa mucho para un shinigami, de hecho es una sucia tarea propia de un demonio... pero, ¿serías igual de "mortalmente eficiente" sirviendo a otro shinigami? --- preguntó, y una muy pequeña mueca en sus labios se formó. De hecho, casi parecía una sonrisa.
Si de acuerdo, era desagradecido, pero seguía sin saber muy bien como reaccionar ante aquellos favores que no pedía, y pese a la naturalidad que era para ambos comer juntos de vez en cuando... seguía pareciendole extraño, quizá rayando en lo incómodo. Bueno, la sensación solo era durante los primeros cinco minutos.
- Sutcliff esperas que crea que has cocinado todo eso tu? --- preguntó con un leve acento de duda en su voz, remarcando lo que para él era obvio, pero estaba bien... si el escandaloso shinigami quería jugar, William no lo frenaría con tal de tenerlo contento y calmado, aunque significara aguantar su descarada actuación como mayordomo --- de verdad... el pollo esta bien para mi
Respondió, sentándose en la mesa y observando como su compañero se metía profundamente en su papel servicial. Ah, la verdad es que aunque fuese molesto debido a las raíces de su papel de "mayordomo", debía admitir que ser servido era agradable. Si tan solo fuera así durante las horas de trabajo...
Fue ahí cuando el rostro de William cambió súbitamente. No era de enojo, sino un rostro asombrado, asombrado por una idea interna. Se repuso con rapidez, volteando a ver a Grell con los inexpresivos y al mismo tiempo penetrantes ojos bicolor.
- Grell, ser el mayordomo de un humano no significa mucho para un shinigami, de hecho es una sucia tarea propia de un demonio... pero, ¿serías igual de "mortalmente eficiente" sirviendo a otro shinigami? --- preguntó, y una muy pequeña mueca en sus labios se formó. De hecho, casi parecía una sonrisa.
William T. Spears- Admin
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Localización : Instalando esposas en el escritorio de Sutcliff
Re: Mansión de William T. Spears
--Deja de pelear, lo he cocinado yo --Volvió a decir, ahora alzando sus cabellos en una coleta baja. Escuchando con atención y sonriendo formalmente cuando William decidió que quería comer --Yes, My Love~
Fue su respuesta, notando la ceja saltarina de Will actuar nuevamente. Le ayudó a sentarse, para luego servirle de manera impecable su plato. Realmente, siempre había estado fingiendo torpeza del lado de Madam Red; era la única forma en la cual Sebastián y Ciel no habían sospechado de él desde el principio. Le sirvió vino blanco, que combinaba perfectamente con la carne blanca y el cual había tomado de la cava de William, sorprendiéndose de su buen gusto. Notó el salto sorprendido de William, la manera en la cual ni siquiera había probado bocado, pero parecía intrigado, cambiando totalmente para verlo con esos ojos que le congelaban el alma.
-¿Acaso mi hospitalidad no le gusta Spears-sama? --Dijo de pronto, siguiendo el juego, pero luego escuchando con atención a William. La mirada sorprendida de Grell no se pudo ocultar, de repente quedándose sin palabras. ¿Qué era lo que estaba proponiéndole? --¿Estás diciéndome que si quiero ser tu mayordomo? --No se pudo aguantar la pregunta; Sintiendo que de pronto todo le daba vueltas.
Al fin... ¿Al fin había comprendido William sus inquietudes? ¿sus temores? ¿La verdadera misión que Grell tenía para con él? ¿Al fin William le quería a su lado?
--Ne... William... ¿Es eso lo que me estás pidiendo? --Preguntó de nuevo. Si lo había insinuado, Grell no le iba a dar ni un respiro para que pudiera retractarse.
Ah... Si Grell tan solo supiera que estaba cayendo en una de las tantas manipulaciones de Spears. Pero no sabía. Y al ser ignorante, estaba siendo muy feliz.
Fue su respuesta, notando la ceja saltarina de Will actuar nuevamente. Le ayudó a sentarse, para luego servirle de manera impecable su plato. Realmente, siempre había estado fingiendo torpeza del lado de Madam Red; era la única forma en la cual Sebastián y Ciel no habían sospechado de él desde el principio. Le sirvió vino blanco, que combinaba perfectamente con la carne blanca y el cual había tomado de la cava de William, sorprendiéndose de su buen gusto. Notó el salto sorprendido de William, la manera en la cual ni siquiera había probado bocado, pero parecía intrigado, cambiando totalmente para verlo con esos ojos que le congelaban el alma.
-¿Acaso mi hospitalidad no le gusta Spears-sama? --Dijo de pronto, siguiendo el juego, pero luego escuchando con atención a William. La mirada sorprendida de Grell no se pudo ocultar, de repente quedándose sin palabras. ¿Qué era lo que estaba proponiéndole? --¿Estás diciéndome que si quiero ser tu mayordomo? --No se pudo aguantar la pregunta; Sintiendo que de pronto todo le daba vueltas.
Al fin... ¿Al fin había comprendido William sus inquietudes? ¿sus temores? ¿La verdadera misión que Grell tenía para con él? ¿Al fin William le quería a su lado?
--Ne... William... ¿Es eso lo que me estás pidiendo? --Preguntó de nuevo. Si lo había insinuado, Grell no le iba a dar ni un respiro para que pudiera retractarse.
Ah... Si Grell tan solo supiera que estaba cayendo en una de las tantas manipulaciones de Spears. Pero no sabía. Y al ser ignorante, estaba siendo muy feliz.
Re: Mansión de William T. Spears
William permaneció en silencio.
Su actuación como mayordomo podía molestarle, le recordaba bien donde había aprendido eso, y sobretodo CON QUIEN, pero por muy desagradable que fuera una actuación así... en definitiva podía sacarle provecho, eso y darle un buen escarmiento para que dejara ese tipo de juegos.
Spears analizaba la situación con la rápida agudeza propia solo de él, mirando fijamente a Grell quien parecía niño en víspera de navidad con aquellos ojos brillantes que le observaban expectantes. William no era en absoluto asiduo a los juegos, pero mas que un juego ese podía ser una astuta manera de trabajar con Sutcliff... Quizá, solo quizá.
- claro que si no te sientes con la falange suficiente para tal tarea... --- comentó con despreocupación mientras regresaba a sus alimentos --- la tarea de un mayordomo de shinigami... no creo que se parezca en nada a lo que acostumbraste en esa sucia vida anterior tuya, no?
Contraatacó, mirandole fijamente esperando a que Grell cayera sin muchas preguntas.
Su actuación como mayordomo podía molestarle, le recordaba bien donde había aprendido eso, y sobretodo CON QUIEN, pero por muy desagradable que fuera una actuación así... en definitiva podía sacarle provecho, eso y darle un buen escarmiento para que dejara ese tipo de juegos.
Spears analizaba la situación con la rápida agudeza propia solo de él, mirando fijamente a Grell quien parecía niño en víspera de navidad con aquellos ojos brillantes que le observaban expectantes. William no era en absoluto asiduo a los juegos, pero mas que un juego ese podía ser una astuta manera de trabajar con Sutcliff... Quizá, solo quizá.
- claro que si no te sientes con la falange suficiente para tal tarea... --- comentó con despreocupación mientras regresaba a sus alimentos --- la tarea de un mayordomo de shinigami... no creo que se parezca en nada a lo que acostumbraste en esa sucia vida anterior tuya, no?
Contraatacó, mirandole fijamente esperando a que Grell cayera sin muchas preguntas.
William T. Spears- Admin
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Localización : Instalando esposas en el escritorio de Sutcliff
Re: Mansión de William T. Spears
--Para tu información, mi vida anterior, mi vida humana, no fue desperdiciada sirviendo a nadie --Dijo, caminando lentamente a su lugar, tomando el tiempo en el cual sus curvas dibujaban un insinuante movimiento hasta llegar a la silla y servirse vino él. --Simplemente si me convertí en mayordomo de Madam Red, fue por una interesante obra de teatro que monté en Londres, donde la actriz principal era yo y muchos, te recuerdo, muchos admiraron mi obra y mi calidad de interpretación.
Le dijo, mientras tomaba un sorbo de su vino y suspiraba, mirando a William con intensidad. Comenzó a comer lentamente en silencio, para luego voltear a verle y suspirar.
--¿Pues qué tipo de tareas me pondrías? ¿Limpiar tu casa? ¿Cocinarte todos los días? ¿mantenerte satisfecho en la in-ti-mi-dad?~ -Canturreó lo último, sonriendo al ver la ceja de William saltar.
Amaba a esa ceja.
--Dime William... ¿Crees que en realidad no soy capaz de hacer eso y más por ti? --Susurró, dándole un bocado a su filete. Estaba delicioso.
Le dijo, mientras tomaba un sorbo de su vino y suspiraba, mirando a William con intensidad. Comenzó a comer lentamente en silencio, para luego voltear a verle y suspirar.
--¿Pues qué tipo de tareas me pondrías? ¿Limpiar tu casa? ¿Cocinarte todos los días? ¿mantenerte satisfecho en la in-ti-mi-dad?~ -Canturreó lo último, sonriendo al ver la ceja de William saltar.
Amaba a esa ceja.
--Dime William... ¿Crees que en realidad no soy capaz de hacer eso y más por ti? --Susurró, dándole un bocado a su filete. Estaba delicioso.
Re: Mansión de William T. Spears
- eres el rey del cinismo
Le regañó William al escuchar su comentario respecto al caso que casi le había costado su vida inmortal. El shinigami en jefe observó la mesa perfectamente arreglada, la comida en orden, y de hecho se sintió invitado a comer. Raras ocasiones... el llegar a casa y ser recibido así se sentía extraño.
Se levantó de su asiento, solo para remover el saco negro de trabajo, colocandolo en el respaldo de la silla y sentandose nuevamente, aflojando apenas un poco su corbata. No es que entrara en confianza con el pelirrojo, sino que debía respetar su esfuerzo.
Su ceja saltó con sus lascivos comentarios, realmente una reacción muy leve comparada con el intenso sonrojo que sacaba de cualquier otra persona. Así de acostumbrado estaba, y solo se dignó a escuchar a su compañero mientras comenzaba a comer, al inicio con desconfianza (solo en el caso de que realmente él lo hubiera cocinado), relajándose al notar que en efecto... había comprado la comida.
- entre otras cosas... --- respondió sin la intención de desmentirle de sus locas fantasías, suspirando un poco mas tranquilo por tener una comida luego de 12 horas de trabajo, y sin necesidad de cocinarla o ir a comprarla. --- no tengo porque decirte los términos de tu trabajo o si? el mayordomo debe hacer todo lo que su amo le ordene
Le recordó, quedándose un momento en silencio al tiempo que sus pensamientos comenzaban a mezclarse en su cabeza. Torció los labios un instante, solo para cerrar los ojos si tan solo un momento y volver a probar un par de bocados, un sorbo al vino de su copa, y luego tomar la decisión.
- una semana, completo papel de mayordomo, harás lo que yo diga, trabajaras donde yo lo haga, dormirás donde yo duerma y estarás pendiente de cualquier orden mía... y te apuesto que saldrás corriendo--- apostó con aquella mirada fría en sus ojos bicolor, observándole de reojo.
Una semana, y Sutcliff se daría cuenta de quien era en realidad, dejaría de lado sus locas ideas con él, dejaría de insinuarse y seguiría con cualquier otro. Nadie podría soportar una semana entera con él, ni siquiera Grell.
Le regañó William al escuchar su comentario respecto al caso que casi le había costado su vida inmortal. El shinigami en jefe observó la mesa perfectamente arreglada, la comida en orden, y de hecho se sintió invitado a comer. Raras ocasiones... el llegar a casa y ser recibido así se sentía extraño.
Se levantó de su asiento, solo para remover el saco negro de trabajo, colocandolo en el respaldo de la silla y sentandose nuevamente, aflojando apenas un poco su corbata. No es que entrara en confianza con el pelirrojo, sino que debía respetar su esfuerzo.
Su ceja saltó con sus lascivos comentarios, realmente una reacción muy leve comparada con el intenso sonrojo que sacaba de cualquier otra persona. Así de acostumbrado estaba, y solo se dignó a escuchar a su compañero mientras comenzaba a comer, al inicio con desconfianza (solo en el caso de que realmente él lo hubiera cocinado), relajándose al notar que en efecto... había comprado la comida.
- entre otras cosas... --- respondió sin la intención de desmentirle de sus locas fantasías, suspirando un poco mas tranquilo por tener una comida luego de 12 horas de trabajo, y sin necesidad de cocinarla o ir a comprarla. --- no tengo porque decirte los términos de tu trabajo o si? el mayordomo debe hacer todo lo que su amo le ordene
Le recordó, quedándose un momento en silencio al tiempo que sus pensamientos comenzaban a mezclarse en su cabeza. Torció los labios un instante, solo para cerrar los ojos si tan solo un momento y volver a probar un par de bocados, un sorbo al vino de su copa, y luego tomar la decisión.
- una semana, completo papel de mayordomo, harás lo que yo diga, trabajaras donde yo lo haga, dormirás donde yo duerma y estarás pendiente de cualquier orden mía... y te apuesto que saldrás corriendo--- apostó con aquella mirada fría en sus ojos bicolor, observándole de reojo.
Una semana, y Sutcliff se daría cuenta de quien era en realidad, dejaría de lado sus locas ideas con él, dejaría de insinuarse y seguiría con cualquier otro. Nadie podría soportar una semana entera con él, ni siquiera Grell.
William T. Spears- Admin
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Re: Mansión de William T. Spears
¿Eso era una broma?
¿Una broma MUY mala?
William al parecer estaba siguiéndole el juego y lo peor de todo, era que iba bastante en serio. Usualmente el shinigami en jefe no bromeaba; ¿Qué estaba pensando siquiera? WIlliam NO BROMEABA. Grell estaba un tanto inquieto, pero seguía comiendo mientras lo escuchaba. Al menos hasta que William comenzó a decir sus términos; fue ahí cuando no pudo evitarlo y casi escupió el vino que estaba tomando.
"Dormirás donde yo duermo"
.....
"Dormirás donde YO duermo"
.........
Si...
Definitivamente había dicho eso.
William le...
Le...
LE.... Estaba...
--¿Me estás proponiendo que duerma contigo? --Dijo, dejando caer la copa en la mesa. Vacía, así que no arruinó el mantel, tampoco la rompió. Sus ojos bicolores, casi completamente verdes se fijaron en William y en la ceja que saltó cuando Grell había casi ignorado todas sus palabras para concentrarse en eso último. --Acepto.
Dijo, sin chistar, levantándose a llenar la copa de William y posando su pecho sobre la espalda del Shinigami mayor.
-¿Cómo yo, podría negarme a darte una semana loca, llena de pasión en TU cama? --Dijo, riendo cantarinamente mientras se acercaba más, más... cínico, lleno de coquetería para decirle al oído --Tu solo tienes que ordenarlo y yo te responderé: Yes, my love.
¿Una broma MUY mala?
William al parecer estaba siguiéndole el juego y lo peor de todo, era que iba bastante en serio. Usualmente el shinigami en jefe no bromeaba; ¿Qué estaba pensando siquiera? WIlliam NO BROMEABA. Grell estaba un tanto inquieto, pero seguía comiendo mientras lo escuchaba. Al menos hasta que William comenzó a decir sus términos; fue ahí cuando no pudo evitarlo y casi escupió el vino que estaba tomando.
"Dormirás donde yo duermo"
.....
"Dormirás donde YO duermo"
.........
Si...
Definitivamente había dicho eso.
William le...
Le...
LE.... Estaba...
--¿Me estás proponiendo que duerma contigo? --Dijo, dejando caer la copa en la mesa. Vacía, así que no arruinó el mantel, tampoco la rompió. Sus ojos bicolores, casi completamente verdes se fijaron en William y en la ceja que saltó cuando Grell había casi ignorado todas sus palabras para concentrarse en eso último. --Acepto.
Dijo, sin chistar, levantándose a llenar la copa de William y posando su pecho sobre la espalda del Shinigami mayor.
-¿Cómo yo, podría negarme a darte una semana loca, llena de pasión en TU cama? --Dijo, riendo cantarinamente mientras se acercaba más, más... cínico, lleno de coquetería para decirle al oído --Tu solo tienes que ordenarlo y yo te responderé: Yes, my love.
Re: Mansión de William T. Spears
EH????
William observó a Grell casi con pánico al tiempo que abría la boca intentando pensar en una manera de detener el tren del pelirrojo, quien parecía haber malentendido sus palabras. Su cerebro no pudo igualar la velocidad del de Sutcliff, y pronto se encontró con un intenso sonrojo en su rostro mientras escuchaba aquellos desvergonzados comentarios.
Ah, se lo había buscado... ¿como se atrevía a decir algo así con alguien capaz de retorcer hasta el comentario mas inocente?
- N-no me refería a eso Grell Sutcliff! --- ladró en una manera de evitar lo que sería una semana sin poder dormir cuidándose de no ser violado por su subordinado, mirándole sobre su hombro tratando de suprimir el leve escalofrío por tenerle pegado a su espalda --- con dormir conmigo me refería a mi casa! NO A MI CAMA!
Otro escalofrío, y William ya se sentía ahogado entre el intenso perfume del pelirrojo, aquellas manos que rodeaban su cuello y hombros descansando en su pecho, y las imágenes mentales que no quería imaginar y sin embargo danzaban alegremente en su cabeza.
¿En que se había metido?.... Ah si, lo hacía para obligarlo a cumplir con su trabajo de oficina, debía recordar eso... y ahora que lo pensaba, quizá podía sacar un poco de ventaja. Oh si, hacerle pagar por décadas de trabajo mal entregado...
- tch, de verdad... --- suspiró arreglando los lentes en su rostro, para luego terminar de un sorbo su copa de vino llena --- puedo reconsiderarlo si haces un buen trabajo, empezando con limpiar la mesa.
Empezó, decidido a que usaría a Grell en la mejor de su malvada capacidad para esclavizar a la gente, y que iba a disfrutarlo.
William observó a Grell casi con pánico al tiempo que abría la boca intentando pensar en una manera de detener el tren del pelirrojo, quien parecía haber malentendido sus palabras. Su cerebro no pudo igualar la velocidad del de Sutcliff, y pronto se encontró con un intenso sonrojo en su rostro mientras escuchaba aquellos desvergonzados comentarios.
Ah, se lo había buscado... ¿como se atrevía a decir algo así con alguien capaz de retorcer hasta el comentario mas inocente?
- N-no me refería a eso Grell Sutcliff! --- ladró en una manera de evitar lo que sería una semana sin poder dormir cuidándose de no ser violado por su subordinado, mirándole sobre su hombro tratando de suprimir el leve escalofrío por tenerle pegado a su espalda --- con dormir conmigo me refería a mi casa! NO A MI CAMA!
Otro escalofrío, y William ya se sentía ahogado entre el intenso perfume del pelirrojo, aquellas manos que rodeaban su cuello y hombros descansando en su pecho, y las imágenes mentales que no quería imaginar y sin embargo danzaban alegremente en su cabeza.
¿En que se había metido?.... Ah si, lo hacía para obligarlo a cumplir con su trabajo de oficina, debía recordar eso... y ahora que lo pensaba, quizá podía sacar un poco de ventaja. Oh si, hacerle pagar por décadas de trabajo mal entregado...
- tch, de verdad... --- suspiró arreglando los lentes en su rostro, para luego terminar de un sorbo su copa de vino llena --- puedo reconsiderarlo si haces un buen trabajo, empezando con limpiar la mesa.
Empezó, decidido a que usaría a Grell en la mejor de su malvada capacidad para esclavizar a la gente, y que iba a disfrutarlo.
William T. Spears- Admin
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Localización : Instalando esposas en el escritorio de Sutcliff
Re: Mansión de William T. Spears
William se veía en estado de pánico. Grell lo comprendía, seguramente no se esperaba que el pelirrojo hubiera entendido las intenciones en sus palabras. Pero ahora no podía echarse para atrás, ahora que Grell sabía lo que quería, que lo buscaba y que inconscientemente se imaginaba las cosas más bochornosas y sucias con él. No iba a dejarle ir ahora que había tenido un desliz y se lo había expresado sin más. Era normal que se viera asustado. Sus mejillas sonrojadas se lo confirmaban. William había sido captado in-fraganti.
-Claro, claro. Te creo -Le dijo sarcásticamente, para luego abrir su boca escandalizado --Bueno... William... Comprendo que tengas esos sentimientos hacia mí y que los reprimas al ser mi jefe, pero... En verdad... Pensar en hacerlo y dormir en todos los rincones de tu casa... ¿No es un poco pervertido incluso para mí?
Susurró, lamiendo sus labios y recargándose más sobre su cuerpo, dejándole sentir su calor. Fue cuando William lo dijo, que Grell sonrió cantarinamente.
"puedo reconsiderarlo si haces un buen trabajo, empezando con limpiar la mesa."
La mente de Grell trabajó rápidamente.
Será como tu digas si me haces un buen trabajo.
Y luego limpias la mesa.
......
Hazme un buen trabajo y no ensucies la mesa.
........
Hagámoslo en la mesa.
....
--Yes, my love -Susurró casi en un gemido ahogado Grell. Un tono de voz grave, varonil, que casi nunca salía de su pecho, para luego tomar una esquina del mantel y aventarlo al piso. El sonido de la vajilla rompiéndose alteró a William, ya que se levantó casi inmediatamente y le dió el frente a Grell, quien sonriendo descaradamente, lo aventó contra la mesa limpia, vacía, dejándole boca arriba para casi en un segundo y a una velocidad sorprendente, subirse y montarse sobre él, atacando directamente su cuello. Lamiendo con maestría mientras se excusaba.
--Tu me pediste que limpiara la mesa, pero no me dijiste que no podía ensuciar el piso --Dijo, apresando las manos del shinigami en jefe en la parte de arriba de su cabeza, usando la fuerza que lo caracterizaba, la fuerza por la cual incluso algunos le decían "el shinigami demonio". --Entonces mi amo quiere que lo hagamos en la mesa, y que la dejemos limpia. Puedo hacer eso, con facilidad --Jadeó, alzando su cabeza para mirarle. --Solamente tienes que terminar adentro y no dejar salir ni una gota... -Dijo, acercándose peligrosamente dispuesto a darle un beso.
-Claro, claro. Te creo -Le dijo sarcásticamente, para luego abrir su boca escandalizado --Bueno... William... Comprendo que tengas esos sentimientos hacia mí y que los reprimas al ser mi jefe, pero... En verdad... Pensar en hacerlo y dormir en todos los rincones de tu casa... ¿No es un poco pervertido incluso para mí?
Susurró, lamiendo sus labios y recargándose más sobre su cuerpo, dejándole sentir su calor. Fue cuando William lo dijo, que Grell sonrió cantarinamente.
"puedo reconsiderarlo si haces un buen trabajo, empezando con limpiar la mesa."
La mente de Grell trabajó rápidamente.
Y luego limpias la mesa.
......
Hazme un buen trabajo y no ensucies la mesa.
........
Hagámoslo en la mesa.
....
--Yes, my love -Susurró casi en un gemido ahogado Grell. Un tono de voz grave, varonil, que casi nunca salía de su pecho, para luego tomar una esquina del mantel y aventarlo al piso. El sonido de la vajilla rompiéndose alteró a William, ya que se levantó casi inmediatamente y le dió el frente a Grell, quien sonriendo descaradamente, lo aventó contra la mesa limpia, vacía, dejándole boca arriba para casi en un segundo y a una velocidad sorprendente, subirse y montarse sobre él, atacando directamente su cuello. Lamiendo con maestría mientras se excusaba.
--Tu me pediste que limpiara la mesa, pero no me dijiste que no podía ensuciar el piso --Dijo, apresando las manos del shinigami en jefe en la parte de arriba de su cabeza, usando la fuerza que lo caracterizaba, la fuerza por la cual incluso algunos le decían "el shinigami demonio". --Entonces mi amo quiere que lo hagamos en la mesa, y que la dejemos limpia. Puedo hacer eso, con facilidad --Jadeó, alzando su cabeza para mirarle. --Solamente tienes que terminar adentro y no dejar salir ni una gota... -Dijo, acercándose peligrosamente dispuesto a darle un beso.
Re: Mansión de William T. Spears
Si había una palabra que describiera a William en esos momentos sería "TERROR"
Honestamente, William estaba aterrorizado, observando a Grell como si al pelirrojo le hubiera salido un extraterrestre de la frente y estuviera saludándole mientras bailaba algún ritual pagano de África. Como... ¿como diablos trabajaba la mente de Sutcliff para retorcer de esa manera hasta las frases mas sencillas? Debía estar acostumbrado ya a su palabrería sin sentido, pero el problema era que en la situación en la que estaban, no en la oficina sino en su casa y solos, y luego del trato (del que ya comenzaba a arrepentirse), escuchando a Grell susurrando tras su espalda, Spears no podía evitar sonrojarse, una linea delgada entre la verguenza y el escandalo.
- Aunque no estemos en la oficina sigo siendo tu jefe Grell Sutcliff, y no te permito que...
No pudo terminar la frase, el sonido de toda la vajilla estrellandose contra el suelo le alarmó en gran medida, levantandose y dando la vuelta con la intención de castigar severamente al pelirrojo. Sabía que era impulsivo y viceral, sabía que de hecho era como un animal salvaje al que se le tenía que recordar constantemente quien mandaba, y que el castigo físico contra Grell no era abuso ni porque lo despreciara, sino una herramienta necesaria. Iba a reacomodarle las ideas a su subordinado con un certero bofetón, pero la embestida contra su cuerpo le sacó el aire y le mandó directamente contra la mesa.
- Grell Sutcliff! Quit... --- rugió, callándose en seco escuchando las descaradas sugerencias, el sonrojo del pelinegro intensificandose. No era porque no estuviera acostumbrado a la cercanía del shinigami rojo, ah no... de hecho estaba sumamente acostumbrado a tenerle a su alrededor y sobre él como una planta trepadora, pero... en la oficina era diferente, ahí tenía excusas para quitarselo de encima.
¿Qué excusas podía dar ahora? Podía golpearlo y quitárselo de encima sin problema pero... ¿después que? Sus fríos ojos miraron los esmeralda de Grell como si fueran navajas. Ah si, podía ver que el pelirrojo se estaba divirtiendo en grande en esos momentos... Pero, ¿que no se suponía que era su mayordomo ahora? Podía hacer con él lo que viniera en gana y Sutcliff no podría quejarse...
Grell llevaba mucho tiempo mofandose de él, quizá era hora de regresar el favor? en mas de una manera...
Atrajo con fuerza la nuca del pelirrojo, quizá para sorpresa del pequeño shinigami, obligandolo a un fúrico beso donde buscó entrar en ella con su lengua, sabiendo bien lo mucho que a su subordinado le gustaban esas intrusivas atenciones. Ah, lo conocía muy bien en realidad, y sabiendo lo mucho que le gustaba al pelirrojo sentirse dominado, William lo empujó con violencia para colocarlo sobre la mesa, quedando intimamente enredados con el supervisor entre sus piernas, sujetando sus cabellos rojos, la mano libre firmemente aferrada a su cadera para mantenerlo en su lugar.
Y todo eso sin romper el beso... de hecho sorprendiendo a Grell, utilizando su templanza natural para organizarse en la caricia, respirando por la nariz lenta y profundamente, manteniendo las mordidas en su labio inferior, y el movimiento de su lengua contra los afilados dientes.
Honestamente, William estaba aterrorizado, observando a Grell como si al pelirrojo le hubiera salido un extraterrestre de la frente y estuviera saludándole mientras bailaba algún ritual pagano de África. Como... ¿como diablos trabajaba la mente de Sutcliff para retorcer de esa manera hasta las frases mas sencillas? Debía estar acostumbrado ya a su palabrería sin sentido, pero el problema era que en la situación en la que estaban, no en la oficina sino en su casa y solos, y luego del trato (del que ya comenzaba a arrepentirse), escuchando a Grell susurrando tras su espalda, Spears no podía evitar sonrojarse, una linea delgada entre la verguenza y el escandalo.
- Aunque no estemos en la oficina sigo siendo tu jefe Grell Sutcliff, y no te permito que...
No pudo terminar la frase, el sonido de toda la vajilla estrellandose contra el suelo le alarmó en gran medida, levantandose y dando la vuelta con la intención de castigar severamente al pelirrojo. Sabía que era impulsivo y viceral, sabía que de hecho era como un animal salvaje al que se le tenía que recordar constantemente quien mandaba, y que el castigo físico contra Grell no era abuso ni porque lo despreciara, sino una herramienta necesaria. Iba a reacomodarle las ideas a su subordinado con un certero bofetón, pero la embestida contra su cuerpo le sacó el aire y le mandó directamente contra la mesa.
- Grell Sutcliff! Quit... --- rugió, callándose en seco escuchando las descaradas sugerencias, el sonrojo del pelinegro intensificandose. No era porque no estuviera acostumbrado a la cercanía del shinigami rojo, ah no... de hecho estaba sumamente acostumbrado a tenerle a su alrededor y sobre él como una planta trepadora, pero... en la oficina era diferente, ahí tenía excusas para quitarselo de encima.
¿Qué excusas podía dar ahora? Podía golpearlo y quitárselo de encima sin problema pero... ¿después que? Sus fríos ojos miraron los esmeralda de Grell como si fueran navajas. Ah si, podía ver que el pelirrojo se estaba divirtiendo en grande en esos momentos... Pero, ¿que no se suponía que era su mayordomo ahora? Podía hacer con él lo que viniera en gana y Sutcliff no podría quejarse...
Grell llevaba mucho tiempo mofandose de él, quizá era hora de regresar el favor? en mas de una manera...
Atrajo con fuerza la nuca del pelirrojo, quizá para sorpresa del pequeño shinigami, obligandolo a un fúrico beso donde buscó entrar en ella con su lengua, sabiendo bien lo mucho que a su subordinado le gustaban esas intrusivas atenciones. Ah, lo conocía muy bien en realidad, y sabiendo lo mucho que le gustaba al pelirrojo sentirse dominado, William lo empujó con violencia para colocarlo sobre la mesa, quedando intimamente enredados con el supervisor entre sus piernas, sujetando sus cabellos rojos, la mano libre firmemente aferrada a su cadera para mantenerlo en su lugar.
Y todo eso sin romper el beso... de hecho sorprendiendo a Grell, utilizando su templanza natural para organizarse en la caricia, respirando por la nariz lenta y profundamente, manteniendo las mordidas en su labio inferior, y el movimiento de su lengua contra los afilados dientes.
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Re: Mansión de William T. Spears
-¿Vas a decirme ahora que me quite de encima? -Jadeó Grell, mirándole seriamente -Tu me lo ordenaste, ¿Ahora quieres que cancele lo que tu mismo pediste? --Dijo, y lo que pasó nunca se lo esperó.
De repente, sintió cómo la mano fuerte de William fue a su nuca y le acercó con mucha fuerza, haciendo que Grell se tambaleara y cayera sobre el shinigami de cabello negro. Abrió su boca, ya que la caricia era demandante, intensa... Jadeó al sentir cómo William parecía querer explorar cada centímetro de su boca, le ahogaba en pasión. Quizá es que estaba siendo vencido muy rápido, pero no podía reprimir nada de lo que estaba sintiendo luego de años de buscar por un contacto parecido y solo recibir golpes a cambio.
Al fin...
Al fin William le estaba besando y juraba que era mil millones de veces mejor a cómo se lo había imaginado.
-Hn... -Jadeó con un poco de dolor cuando William le volteó con fuerza y su espalda causó un fuerte sonido en la madera de la larga mesa. No se resistía, sentía a William entre sus piernas y el beso le estaba intoxicando peor que las drogas más fuertes de ese humano llamado Lau. --Hhmmm....-Gemía entre el beso, sintiendo un escalofrío de placer al sentir sus cabellos siendo oprimidos por su mano.
Parecía experto en besar y eso solamente le hizo sentir una fuerte oleada de celos. ¿Porqué sabía besar así? ¿Con quién? Era triste que el pelirrojo se sintiera dueño de ese shinigami negro, ya que sabía que no era cierto aunque... Por ese pequeño espacio de tiempo, parecía estar funcionando. Se sorprendió que fuera él mismo quien rompiera el beso, buscando por aire, sintiendo que la pasión le ahogaba. Por primera vez, alguien le había hecho parecer una dama inexperta. Sus ojos buscaron a los de William, aún sometido en ese intenso agarre.
-Will....-Gimió, sonrojado, decidiendo que iba a dejar al otro hacer lo que quisiera con él.
Porque eso era lo que siempre había querido, al fin y al cabo.
De repente, sintió cómo la mano fuerte de William fue a su nuca y le acercó con mucha fuerza, haciendo que Grell se tambaleara y cayera sobre el shinigami de cabello negro. Abrió su boca, ya que la caricia era demandante, intensa... Jadeó al sentir cómo William parecía querer explorar cada centímetro de su boca, le ahogaba en pasión. Quizá es que estaba siendo vencido muy rápido, pero no podía reprimir nada de lo que estaba sintiendo luego de años de buscar por un contacto parecido y solo recibir golpes a cambio.
Al fin...
Al fin William le estaba besando y juraba que era mil millones de veces mejor a cómo se lo había imaginado.
-Hn... -Jadeó con un poco de dolor cuando William le volteó con fuerza y su espalda causó un fuerte sonido en la madera de la larga mesa. No se resistía, sentía a William entre sus piernas y el beso le estaba intoxicando peor que las drogas más fuertes de ese humano llamado Lau. --Hhmmm....-Gemía entre el beso, sintiendo un escalofrío de placer al sentir sus cabellos siendo oprimidos por su mano.
Parecía experto en besar y eso solamente le hizo sentir una fuerte oleada de celos. ¿Porqué sabía besar así? ¿Con quién? Era triste que el pelirrojo se sintiera dueño de ese shinigami negro, ya que sabía que no era cierto aunque... Por ese pequeño espacio de tiempo, parecía estar funcionando. Se sorprendió que fuera él mismo quien rompiera el beso, buscando por aire, sintiendo que la pasión le ahogaba. Por primera vez, alguien le había hecho parecer una dama inexperta. Sus ojos buscaron a los de William, aún sometido en ese intenso agarre.
-Will....-Gimió, sonrojado, decidiendo que iba a dejar al otro hacer lo que quisiera con él.
Porque eso era lo que siempre había querido, al fin y al cabo.
Última edición por Grell Sutcliff el Mar Jul 05, 2011 12:25 pm, editado 1 vez
Re: Mansión de William T. Spears
Su nombre pronunciado de esa manera.
No era la primera vez que lo escuchaba, de hecho era algo regular en la agenda de Sutcliff sentarse en su escritorio y hablarle así, el maldito provocador. La razón por la cual se fijaba en el pelirrojo era por esa, su maldita provocación, y después de décadas con ella, desde que ambos eran novatos y recién graduados de la academia había soportado el tenerle sobre él y escuchando sus insinuaciones. Lo que sentía por Grell era debido a ellas: acciones que no eran solo para él, sino para cualquiera que tuviera un minuto para escucharlo.
En esos momentos, mientras su manos libres de guantes se deslizaban por debajo de la camisa del pelirrojo para tocar su piel, apretar su cintura, atraerlo hacía su cuerpo y desbordando en su subordinado aquellas ansias reprimidas, William quería imaginar por un instante que Grell le deseaba, a él, y no a la sensación que le daba...
Así como Grell no tomaba en cuenta sus sentimientos en la oficina, William no se interesó en tomarlo seriamente... solo era una tonta fijación producto del fingido interés hacia su persona, después de todo solo Sutcliff se acercaba a él con tanta naturalidad, sin miedo, solo él le hablaba en un tono que no fuera profesional. Solo era una fijación.
Y la necesidad que el pelirrojo dejaba en su interior había aprendido a dejarla salir con algunas mujeres de Recursos Humanos, e incluso empleados masculinos de Administración.
Un escalofrió recorrió su espalda, yendo directo a su entrepierna, y fue ahí donde se separó de Grell, liberándolo del encajonamiento contra la mesa. William suspiró, arreglando su cabello y contento de que solo eso estuviera fuera de lugar.
- Ya que limpiaste la mesa, limpia el piso, los instrumentos de limpieza están en el patio trasero. Punto aparte, Sutcliff, estaré tomando un baño y no quiero ser interrumpido... como mayordomo encárgate de eso --- recalcó, seguro de no volver a cometer el error que había hecho a Grell atacarle.
Dicho eso, William tomó el saco que había dejado en la silla, subiendo al segundo piso y directo a su habitación.
No era la primera vez que lo escuchaba, de hecho era algo regular en la agenda de Sutcliff sentarse en su escritorio y hablarle así, el maldito provocador. La razón por la cual se fijaba en el pelirrojo era por esa, su maldita provocación, y después de décadas con ella, desde que ambos eran novatos y recién graduados de la academia había soportado el tenerle sobre él y escuchando sus insinuaciones. Lo que sentía por Grell era debido a ellas: acciones que no eran solo para él, sino para cualquiera que tuviera un minuto para escucharlo.
En esos momentos, mientras su manos libres de guantes se deslizaban por debajo de la camisa del pelirrojo para tocar su piel, apretar su cintura, atraerlo hacía su cuerpo y desbordando en su subordinado aquellas ansias reprimidas, William quería imaginar por un instante que Grell le deseaba, a él, y no a la sensación que le daba...
Así como Grell no tomaba en cuenta sus sentimientos en la oficina, William no se interesó en tomarlo seriamente... solo era una tonta fijación producto del fingido interés hacia su persona, después de todo solo Sutcliff se acercaba a él con tanta naturalidad, sin miedo, solo él le hablaba en un tono que no fuera profesional. Solo era una fijación.
Y la necesidad que el pelirrojo dejaba en su interior había aprendido a dejarla salir con algunas mujeres de Recursos Humanos, e incluso empleados masculinos de Administración.
Un escalofrió recorrió su espalda, yendo directo a su entrepierna, y fue ahí donde se separó de Grell, liberándolo del encajonamiento contra la mesa. William suspiró, arreglando su cabello y contento de que solo eso estuviera fuera de lugar.
- Ya que limpiaste la mesa, limpia el piso, los instrumentos de limpieza están en el patio trasero. Punto aparte, Sutcliff, estaré tomando un baño y no quiero ser interrumpido... como mayordomo encárgate de eso --- recalcó, seguro de no volver a cometer el error que había hecho a Grell atacarle.
Dicho eso, William tomó el saco que había dejado en la silla, subiendo al segundo piso y directo a su habitación.
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Re: Mansión de William T. Spears
Reanudó el beso sintiendo las manos cálidas sobre su piel. Siempre lo había buscado, pero William era un cofre cerrado, era un témpano de hielo enmedio del océano ártico y que era imposible de derretir. Por décadas se le había insinuado de las maneras más descaradas que podía y nunca había dado resultado. Incluso, Grell había andado con shinigamis cercanos a William en el trabajo solamente para darle celos, para coquetearle, para que reaccionara.
Pero nunca era suficiente.
El que William le apretara, el que le estuviera tocando con tanta pasión, le daba una esperanza enorme a Grell. Se sentía deseado, querido, aceptado. William quizá no sabía lo mucho que eso significaba para el pelirrojo. Sin embargo, cuando Grell pudo sentir que el shinigami en jefe estaba "despertando" fue separado cruelmente de su lado. Sus ojos confundidos pasaron del shinigami a todo su alrededor y de regreso a William. ¿Porqué había hecho eso?
Siempre tan cruel.
Solo William podía ser así.
Solo Grell Sutcliff parecía ser capaz de soportarlo, porque eso era lo que quería, eso era lo que buscaba. Quería más de esa pasión, más de ese ser que ahora le mostraba no podía ser indiferente a él. Grell ciertamente tenía una fijación por William, por todo lo que él pudiera darle. Pero más que todo eso, había sentimientos mezclados. Podría ser que nadie le tomara en serio debido a su conducta, pero Grell Sutcliff realmente estaba enamorado de Will. Escuchó sus palabras sonriendo sin siquiera un dejo de frustración en su rostro.
-Yes, my love -Susurró, levantándose y sin vergüenza, dejándole ver entre sus pantalones una leve reacción a todo lo que había pasado si apenas un minuto antes. --Yo me encargaré de que tu baño no sea interrumpido .--Susurró, tranquilo.
Quizá demasiado tranquilo para ser él.
Se dirigió al patio trasero donde tomó los instrumentos de limpieza y regresó al comedor. Todo había quedado dentro del mantel y había pocas manchas en el piso, por lo cual enrolló la tela, frotó el piso con ella y haciendo un bulto, enrolló todo y fue a depositarlo directamente a la basura. ¿William no pelearía por una vajilla y un mantel menos, verdad?
Subió a la habitación ágil como una serpiente marina en su elemento y sonrió al escuchar el agua caer de la regadera. Se desnudó, dejando la ropa acomodada en la mesa de noche y entró con una eterna sonrisa en su boca a la ducha. William estaba relajado, sus manos sobre la pared, dejando que el agua cayera sobre su cuerpo desnudo. Era la primera vez que Grell le veía así. Sonrió, de forma diferente. Era perfecto, atlético... Su William era demasiado perfecto para ser verdad. Suspiró, acercándose hasta entrar a la ducha y tomando el jabón, comenzó a pasarlo sobre la piel desnuda de Will, haciéndolo saltar en un gesto lleno de terror.
-Un mayordomo siempre debe cuidar del baño de su amo, William-sama --Susurró, no acercándose más. Simplemente tallándole la espalda de una manera terroríficamente profesional --Me encargué de que no fuese interrumpido, ahora, por favor... Déjeme hacer mi trabajo.
Pero nunca era suficiente.
El que William le apretara, el que le estuviera tocando con tanta pasión, le daba una esperanza enorme a Grell. Se sentía deseado, querido, aceptado. William quizá no sabía lo mucho que eso significaba para el pelirrojo. Sin embargo, cuando Grell pudo sentir que el shinigami en jefe estaba "despertando" fue separado cruelmente de su lado. Sus ojos confundidos pasaron del shinigami a todo su alrededor y de regreso a William. ¿Porqué había hecho eso?
Siempre tan cruel.
Solo William podía ser así.
Solo Grell Sutcliff parecía ser capaz de soportarlo, porque eso era lo que quería, eso era lo que buscaba. Quería más de esa pasión, más de ese ser que ahora le mostraba no podía ser indiferente a él. Grell ciertamente tenía una fijación por William, por todo lo que él pudiera darle. Pero más que todo eso, había sentimientos mezclados. Podría ser que nadie le tomara en serio debido a su conducta, pero Grell Sutcliff realmente estaba enamorado de Will. Escuchó sus palabras sonriendo sin siquiera un dejo de frustración en su rostro.
-Yes, my love -Susurró, levantándose y sin vergüenza, dejándole ver entre sus pantalones una leve reacción a todo lo que había pasado si apenas un minuto antes. --Yo me encargaré de que tu baño no sea interrumpido .--Susurró, tranquilo.
Quizá demasiado tranquilo para ser él.
Se dirigió al patio trasero donde tomó los instrumentos de limpieza y regresó al comedor. Todo había quedado dentro del mantel y había pocas manchas en el piso, por lo cual enrolló la tela, frotó el piso con ella y haciendo un bulto, enrolló todo y fue a depositarlo directamente a la basura. ¿William no pelearía por una vajilla y un mantel menos, verdad?
Subió a la habitación ágil como una serpiente marina en su elemento y sonrió al escuchar el agua caer de la regadera. Se desnudó, dejando la ropa acomodada en la mesa de noche y entró con una eterna sonrisa en su boca a la ducha. William estaba relajado, sus manos sobre la pared, dejando que el agua cayera sobre su cuerpo desnudo. Era la primera vez que Grell le veía así. Sonrió, de forma diferente. Era perfecto, atlético... Su William era demasiado perfecto para ser verdad. Suspiró, acercándose hasta entrar a la ducha y tomando el jabón, comenzó a pasarlo sobre la piel desnuda de Will, haciéndolo saltar en un gesto lleno de terror.
-Un mayordomo siempre debe cuidar del baño de su amo, William-sama --Susurró, no acercándose más. Simplemente tallándole la espalda de una manera terroríficamente profesional --Me encargué de que no fuese interrumpido, ahora, por favor... Déjeme hacer mi trabajo.
Re: Mansión de William T. Spears
Ese "Yes, my Love" lograba crisparle los nervios.
No solo por el descaro de Grell de llamarle así, sino porque le recordaba donde y cuando había aprendido eso. Venga vamos, él no iba a ponerse celoso de una alimaña, un sucio demonio come-almas que era lo mas bajo en el orden natural de los dioses, definitivamente no iba a ponerse celoso de ello.
Suspiró, cerrando los ojos al sentir el agua caer sobre su rostro, en sus parpados, mojando el cabello negro que resultaba ser mas largo de lo que aparentaba. Los lentes se encontraban en el estante del baño, siempre en el mismo lugar donde podía recogerlos sin tener que buscarlos a tientas, la ropa perfectamente doblada y en el cesto de ropa sucia. Él no iba a arruinar su ropa aventandola irresponsablemente.
Otro suspiro, mientras apoyaba las manos contra la pared frente a la regadera y pensaba en lo que había hecho hacía apenas unos minutos atrás. Había sido un error, definitivamente, pero no podía quedarse atorado en el pensamiento de haber expuesto por un instante sus sentimientos, sino que debía concentrarse en algo mas grande que eso... el hacerle pagar a Sutcliff. La única razón por la cual se había fijado en él era porque el pelirrojo lanzaba su lazo a todo el mundo, y se aprovechaba de su interés inicial.
Era cruel.
Pero esta vez los papeles se iban a revertir, iba a asegurarse de que Grell le tomara en serio a base de engaños, y luego se vengaría, ah si, ya vería como pero lo haría... Y cuando eso pasará él... ¿¡Quien diablos estaba tocando su espalda!?
- GRELL SUTCLIFF!! --- rugió, casi saltando al techo mientras su rostro se iluminaba por un violento azul aterrado, que cambió a un rojo carmesí cuando volteó a verle y su ceguera no le permitió permanecer ignorante ante el hecho de que la sombra de rojo con blanco perla era un Grell desnudo.
Iba a gritarle improperios, pero la impresión le había arrancado la voz. Era demasiado, ¿por donde empezar a regañarle? Toda la situación era tan absolutamente incorrecta que su cerebro no podía procesarla. Apretó los labios, mientras aquellas delgadas manos le acariciaban por sobre el jabón. La mano libre de Sutcliff no perdía tiempo en imitar a la ocupada, y esa mano era la que le ponía nervioso.
Podía sentir todos sus dedos moverse por su piel, delinear los músculos de su espalda, y William se vio sorprendiéndose a si mismo con el oscuro pensamiento en lo más profundo de su cabeza de exactamente DONDE quería esas manos. Sacudió la cabeza, NO, definitivamente NO había pensado eso. La opción mas efectiva en esos momentos sería plantarle un bofetón en el rostro a Grell y sacarlo a patadas, pero no podía agredirle tan físicamente, mucho menos cuando no eran horas de trabajo. Desde que ambos se habían vuelto shinigamis había prometido mantener la disciplina física exclusiva en el trabajo, solo ahí se necesitaba.
Hasta ahora.
- dudo mucho que ese sucio demonio se meta a bañar con su amo! --- rugió entre dientes, sorprendido de si mismo por lograr que su voz no saliera temblando. --- espera una tonelada de papeleo por esto Sutcliff! y no te atrevas a tocar donde no debes!
Rugió nuevamente, diciendo lo que debía decir, avergonzándose mas por saber que no era lo que deseaba, pero debía permanecer fuerte. Bajó la mirada, mordiéndose el labio al ver que podía mentir todo lo que quisiera, pero su cuerpo decía la verdad. Ahora mas que nunca, definitivamente NO iba a darle el frente a Sutcliff, no le permitiría darse cuenta.
No solo por el descaro de Grell de llamarle así, sino porque le recordaba donde y cuando había aprendido eso. Venga vamos, él no iba a ponerse celoso de una alimaña, un sucio demonio come-almas que era lo mas bajo en el orden natural de los dioses, definitivamente no iba a ponerse celoso de ello.
Suspiró, cerrando los ojos al sentir el agua caer sobre su rostro, en sus parpados, mojando el cabello negro que resultaba ser mas largo de lo que aparentaba. Los lentes se encontraban en el estante del baño, siempre en el mismo lugar donde podía recogerlos sin tener que buscarlos a tientas, la ropa perfectamente doblada y en el cesto de ropa sucia. Él no iba a arruinar su ropa aventandola irresponsablemente.
Otro suspiro, mientras apoyaba las manos contra la pared frente a la regadera y pensaba en lo que había hecho hacía apenas unos minutos atrás. Había sido un error, definitivamente, pero no podía quedarse atorado en el pensamiento de haber expuesto por un instante sus sentimientos, sino que debía concentrarse en algo mas grande que eso... el hacerle pagar a Sutcliff. La única razón por la cual se había fijado en él era porque el pelirrojo lanzaba su lazo a todo el mundo, y se aprovechaba de su interés inicial.
Era cruel.
Pero esta vez los papeles se iban a revertir, iba a asegurarse de que Grell le tomara en serio a base de engaños, y luego se vengaría, ah si, ya vería como pero lo haría... Y cuando eso pasará él... ¿¡Quien diablos estaba tocando su espalda!?
- GRELL SUTCLIFF!! --- rugió, casi saltando al techo mientras su rostro se iluminaba por un violento azul aterrado, que cambió a un rojo carmesí cuando volteó a verle y su ceguera no le permitió permanecer ignorante ante el hecho de que la sombra de rojo con blanco perla era un Grell desnudo.
Iba a gritarle improperios, pero la impresión le había arrancado la voz. Era demasiado, ¿por donde empezar a regañarle? Toda la situación era tan absolutamente incorrecta que su cerebro no podía procesarla. Apretó los labios, mientras aquellas delgadas manos le acariciaban por sobre el jabón. La mano libre de Sutcliff no perdía tiempo en imitar a la ocupada, y esa mano era la que le ponía nervioso.
Podía sentir todos sus dedos moverse por su piel, delinear los músculos de su espalda, y William se vio sorprendiéndose a si mismo con el oscuro pensamiento en lo más profundo de su cabeza de exactamente DONDE quería esas manos. Sacudió la cabeza, NO, definitivamente NO había pensado eso. La opción mas efectiva en esos momentos sería plantarle un bofetón en el rostro a Grell y sacarlo a patadas, pero no podía agredirle tan físicamente, mucho menos cuando no eran horas de trabajo. Desde que ambos se habían vuelto shinigamis había prometido mantener la disciplina física exclusiva en el trabajo, solo ahí se necesitaba.
Hasta ahora.
- dudo mucho que ese sucio demonio se meta a bañar con su amo! --- rugió entre dientes, sorprendido de si mismo por lograr que su voz no saliera temblando. --- espera una tonelada de papeleo por esto Sutcliff! y no te atrevas a tocar donde no debes!
Rugió nuevamente, diciendo lo que debía decir, avergonzándose mas por saber que no era lo que deseaba, pero debía permanecer fuerte. Bajó la mirada, mordiéndose el labio al ver que podía mentir todo lo que quisiera, pero su cuerpo decía la verdad. Ahora mas que nunca, definitivamente NO iba a darle el frente a Sutcliff, no le permitiría darse cuenta.
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Re: Mansión de William T. Spears
Se había reido de forma cínica cuando William había gritado su nombre, sabía que estaba nervioso y SABIA que no veía nada a excepción de manchas. Por eso mismo Grell no había retirado los lentes de su cara, estaban mojandose, en veces empañándose, pero el shinigami rojo quería ver todas y cada una de las muecas que su superior hacía.
--Tu no podrías saber con seguridad --Susurró calmado, mientras su mano acariciaba su espalda baja, permitiéndose tocar su trasero y pasar el jabón rápidamente, rasguñando "sin querer" la redonda piel y riendo quedo -William... Voy a limpiarte de frente --Susurró, mientras sentía la tensión en los músculos --Puedes darme todo el papeleo que quieras, créeme, lo vale --Aceptó descarado, comenzando a pasar sus manos por el pecho, su bajo vientre y al final...
Sintió el salto de William cuando tomó su miembro e inconscientemente, él mismo saltó. No estaba flácido e indiferente como Grell se podía imaginar, sino que erguido en todo su esplendor. Sin poder reprimirlo, jadeó, dejando su mano quieta en ese lugar sin saber qué hacer. Si seguía, iba a golpearle... Si no seguía... También.
¿Qué mas daba ya?
-Will ... -Jadeó, comenzando a tallar su extensión de forma coqueta --Me gustas Will... No miento --Susurró, agachando su cabeza y poniendo su frente en su espalda. --En verdad... no miento. --Volvió a decir, sintiendo que el color de sus cabellos invadía sus mejillas.
--Tu no podrías saber con seguridad --Susurró calmado, mientras su mano acariciaba su espalda baja, permitiéndose tocar su trasero y pasar el jabón rápidamente, rasguñando "sin querer" la redonda piel y riendo quedo -William... Voy a limpiarte de frente --Susurró, mientras sentía la tensión en los músculos --Puedes darme todo el papeleo que quieras, créeme, lo vale --Aceptó descarado, comenzando a pasar sus manos por el pecho, su bajo vientre y al final...
Sintió el salto de William cuando tomó su miembro e inconscientemente, él mismo saltó. No estaba flácido e indiferente como Grell se podía imaginar, sino que erguido en todo su esplendor. Sin poder reprimirlo, jadeó, dejando su mano quieta en ese lugar sin saber qué hacer. Si seguía, iba a golpearle... Si no seguía... También.
¿Qué mas daba ya?
-Will ... -Jadeó, comenzando a tallar su extensión de forma coqueta --Me gustas Will... No miento --Susurró, agachando su cabeza y poniendo su frente en su espalda. --En verdad... no miento. --Volvió a decir, sintiendo que el color de sus cabellos invadía sus mejillas.
Re: Mansión de William T. Spears
ESO ERA INDIGNANTE!
¿¡Como podía Sutcliff tener las agallas para hacerle eso, a ÉL!? Era absolutamente indignante! William no pudo contener el salto de su cuerpo, y la impresión fue tanta que observó con total shock las manos de Sutcliff tomar su parte mas intima. No es como si otras manos no hubiesen estado ahí antes, pero no eran las manos de cualquiera... eran las de Grell!
William cometió el error de confiar en él, ahora lo sabía, y también ahora cometía el error de no hacer nada, y esas delgadas manos aprovecharon su impresión para comenzar a moverse en él.
"Me gustas" decía, aunque esas palabras se oían muy vagas en su propio caos mental. La situación era simplemente demasiado para poder pensar con claridad. Olvidó todo, incluso las circunstancias entre ambos, y William simplemente se volteó con brusquedad, apartando a Grell de un empujón que lo llevó contra la pared de la regadera. Aún en su ceguera podía ver que el shinigami pelirrojo estaba desnudo, el cabello empapado y pegado a su esbelto cuerpo, podía ver el desvergonzado sonrojo en su rostro aunque fuese como una mancha borrosa, pero lo que no veía era la manera en que Grell le observaba, viendole desnudo y con su miembro erecto entre sus piernas.
- BASTA! --- rugió, su respiración levemente agitada, la mano en alto frente a él para mantenerla apartado, mientras el agua de la regadera caía caliente sobre ambos, el vapor del baño rodeándolos haciendo aún mas dificil la visión para William. De hecho la situación no parecía real en absoluto, sino como un sueño... un sueño.
Inesperadamente, y antes de que Sutcliff pudiera hacer algo al respecto, William se avalanzó contra él. Sus cuerpos chocaron dejando resonar las pieles de ambos, empapadas, y siguiendo a ese firme contacto siguieron las manos firmes y seguras de Spears, atrapando su rostro, acercandole a él para un fiero beso, ignorando todos sus pensamientos.
Ya vería como remediarlo después, por ahora solo existía en su mente esa necesidad... la necesidad de tenerle entre sus brazos. Aún entre el beso le maldijo, maldijo a Grell Sutcliff por tener tanto poder sobre él, aunque quizá el mismo pelirrojo no lo sabía.
¿¡Como podía Sutcliff tener las agallas para hacerle eso, a ÉL!? Era absolutamente indignante! William no pudo contener el salto de su cuerpo, y la impresión fue tanta que observó con total shock las manos de Sutcliff tomar su parte mas intima. No es como si otras manos no hubiesen estado ahí antes, pero no eran las manos de cualquiera... eran las de Grell!
William cometió el error de confiar en él, ahora lo sabía, y también ahora cometía el error de no hacer nada, y esas delgadas manos aprovecharon su impresión para comenzar a moverse en él.
"Me gustas" decía, aunque esas palabras se oían muy vagas en su propio caos mental. La situación era simplemente demasiado para poder pensar con claridad. Olvidó todo, incluso las circunstancias entre ambos, y William simplemente se volteó con brusquedad, apartando a Grell de un empujón que lo llevó contra la pared de la regadera. Aún en su ceguera podía ver que el shinigami pelirrojo estaba desnudo, el cabello empapado y pegado a su esbelto cuerpo, podía ver el desvergonzado sonrojo en su rostro aunque fuese como una mancha borrosa, pero lo que no veía era la manera en que Grell le observaba, viendole desnudo y con su miembro erecto entre sus piernas.
- BASTA! --- rugió, su respiración levemente agitada, la mano en alto frente a él para mantenerla apartado, mientras el agua de la regadera caía caliente sobre ambos, el vapor del baño rodeándolos haciendo aún mas dificil la visión para William. De hecho la situación no parecía real en absoluto, sino como un sueño... un sueño.
Inesperadamente, y antes de que Sutcliff pudiera hacer algo al respecto, William se avalanzó contra él. Sus cuerpos chocaron dejando resonar las pieles de ambos, empapadas, y siguiendo a ese firme contacto siguieron las manos firmes y seguras de Spears, atrapando su rostro, acercandole a él para un fiero beso, ignorando todos sus pensamientos.
Ya vería como remediarlo después, por ahora solo existía en su mente esa necesidad... la necesidad de tenerle entre sus brazos. Aún entre el beso le maldijo, maldijo a Grell Sutcliff por tener tanto poder sobre él, aunque quizá el mismo pelirrojo no lo sabía.
William T. Spears- Admin
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Fecha de inscripción : 19/05/2011
Edad : 34
Localización : Instalando esposas en el escritorio de Sutcliff
Re: Mansión de William T. Spears
Cuando le empujó y su espalda pegó pesadamente con el mosaico del baño, Grell se resignó. Sabía que algo así pasaría, que la paciencia de William incluso había sido demasiada hasta ese momento. Sonrió de manera triste, casi a punto de salir de la regadera, buscar sus cosas y cambiarse.
--Lo lamento, no volverá a pasar... --Susurró como única disculpa, para ese segundo, Grell ya sabía que no iba a poner un dedo sobre William nunca más. Sin embargo...
El súbito beso le hizo abrir sus ojos, sus cristales empañados por el agua caliente. Se quejó audiblemente al sentir su cuerpo chocar contra los mosaicos de la regadera. Respondió al beso, ansioso, sus manos por mucho que pensara Will que iban a moverse de forma prosaica sobre su cuerpo, se quedaron atrapadas en su cuello, entrelazó los dedos disfrutando del beso, quizá sería el primero y el último.
No le dijo nada, lo que pensaba, lo que sentía.... Simplemente le besó, no acariciándole, solo... Disfrutando de sus labios, su sabor a menta. Embebido solo en el momento romántico que había esperado por siglos.
--Lo lamento, no volverá a pasar... --Susurró como única disculpa, para ese segundo, Grell ya sabía que no iba a poner un dedo sobre William nunca más. Sin embargo...
El súbito beso le hizo abrir sus ojos, sus cristales empañados por el agua caliente. Se quejó audiblemente al sentir su cuerpo chocar contra los mosaicos de la regadera. Respondió al beso, ansioso, sus manos por mucho que pensara Will que iban a moverse de forma prosaica sobre su cuerpo, se quedaron atrapadas en su cuello, entrelazó los dedos disfrutando del beso, quizá sería el primero y el último.
No le dijo nada, lo que pensaba, lo que sentía.... Simplemente le besó, no acariciándole, solo... Disfrutando de sus labios, su sabor a menta. Embebido solo en el momento romántico que había esperado por siglos.
Re: Mansión de William T. Spears
Que.... que... ¿¡Que diablos se suponía que era ESO!?
William T. Spears pudo haber apostado su cuota de Cinematic Record de una semana a demonios a que Grell Sutcliff aprovecharía ese momento para despedazarle con sus manos en desvergonzadas caricias... y ahora... ¿¡Ahora se mantenía quieto como dama inocente!? De verdad, Sutcliff... ¡en verdad que sabía como sacarle de quicio! Entre su caos mental, William trataba de obtener control. Sí, ya le había besado, el echarse para atrás ahora sería inutil, pero había tratado de consolarse con que podría huir con elegancia apenas Grell quisiera pasarse de listo... pero de verdad!! era como si el pelirrojo leyera sus pensamientos y ahora se mantuviera quieto dejandole a él la última palabra. Tch, parecía que seguiría preguntandose si Sutcliff era uno de los hombres mas listos que había conocido, o era el mas idiota.
Sin embargo ese no era su único pensamiento. Ahí, entre el beso, su boca buscando la del shinigami rojo con deseo, las fuertes manos deslizandose de su rostro a su cabello, acercandole mas a él, aprisionandolo contra la pared, se preguntaba si su verdadero enojo estaba en que QUERÍA ser tocado... No era algo que admitiría facilmente, sin embargo... quería ser tocado, quería que Grell le demostrara que en verdad importaba, que le deseaba...
Maldito, maldito para siempre, Grell Sutcliff.
El supervisor pronto llegó al límite de su paciencia, sus manos bajando a las caderas de Grell, inesperadamente levantandole por los muslos, obligandolo a sostenerse con la pared y con sus piernas alrededor de su cintura. Su erección chocó contra la entrepierna de Grell, haciendo a William sonrojarse aún más, si es que eso era posible, obligandose así a ocultar su rostro en el cuello del pelirrojo, lamiendo su húmeda piel, notando que el muy descarado aún tenía puestos los lentes. Así que él SI podía observarle? Oh si, Grell tendría una cuota interminable de papeleo al día siguiente.
O quizá un traslado a otro departamento... porque sinceramente William no tenía idea de como vería a Sutcliff a la cara al día siguiente.
William T. Spears pudo haber apostado su cuota de Cinematic Record de una semana a demonios a que Grell Sutcliff aprovecharía ese momento para despedazarle con sus manos en desvergonzadas caricias... y ahora... ¿¡Ahora se mantenía quieto como dama inocente!? De verdad, Sutcliff... ¡en verdad que sabía como sacarle de quicio! Entre su caos mental, William trataba de obtener control. Sí, ya le había besado, el echarse para atrás ahora sería inutil, pero había tratado de consolarse con que podría huir con elegancia apenas Grell quisiera pasarse de listo... pero de verdad!! era como si el pelirrojo leyera sus pensamientos y ahora se mantuviera quieto dejandole a él la última palabra. Tch, parecía que seguiría preguntandose si Sutcliff era uno de los hombres mas listos que había conocido, o era el mas idiota.
Sin embargo ese no era su único pensamiento. Ahí, entre el beso, su boca buscando la del shinigami rojo con deseo, las fuertes manos deslizandose de su rostro a su cabello, acercandole mas a él, aprisionandolo contra la pared, se preguntaba si su verdadero enojo estaba en que QUERÍA ser tocado... No era algo que admitiría facilmente, sin embargo... quería ser tocado, quería que Grell le demostrara que en verdad importaba, que le deseaba...
Maldito, maldito para siempre, Grell Sutcliff.
El supervisor pronto llegó al límite de su paciencia, sus manos bajando a las caderas de Grell, inesperadamente levantandole por los muslos, obligandolo a sostenerse con la pared y con sus piernas alrededor de su cintura. Su erección chocó contra la entrepierna de Grell, haciendo a William sonrojarse aún más, si es que eso era posible, obligandose así a ocultar su rostro en el cuello del pelirrojo, lamiendo su húmeda piel, notando que el muy descarado aún tenía puestos los lentes. Así que él SI podía observarle? Oh si, Grell tendría una cuota interminable de papeleo al día siguiente.
O quizá un traslado a otro departamento... porque sinceramente William no tenía idea de como vería a Sutcliff a la cara al día siguiente.
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