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Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
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Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
"Niños estos días"
Habían seguido a Grell Sutcliff. Ese molesto pelirrojo que siempre perseguía a Sebastián y el que estúpidamente huyó cuando el demonio trató de sacarle información. Ciel estaba de mal humor, cansado y...
Perdido.
En un afán por conseguir la información necesaria de un alma que acababa de recolectar, Ciel dió una orden terminante a Sebastian: "Síguelo; sin importar qué" Acto seguido Sebastián lo dejó en algún remoto lugar del mundo de los Shinigamis al cual habían pasado infiltrándose con Grell y se fue tras el pelirrojo. Ciel estaba ofendido, pero también había sido su error.... Si hubiera añadido un "Y llévame contigo" Quizá no estuviera caminando por tercera ocasión en círculos. Fue cuando lo vió. El shinigami "dorado" como le llamaba la "cosa roja"
Odiaba pedir ayuda, odiaba la actitud de aquél rubio que le llamaba "niño" y odiaba.... ODIABA A SEBASTIAN!
--Hey... --Llamó, cruzándose de brazos, esperando que Ronald le hiciera caso. --Hey! Ronald Knox....
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
A-B-U-R-R-I-D-O
Eso estaba.
Había terminado su trabajo horas antes por un percance que lo dejó a mitad de misión.Resulta que la víctima,sería el objetivo de un par de novatos para ingresar a nivel shinigami...que molestos eran.Ahora debía esperar hasta las 12 de la noche para ir a la fiesta que planeó semanas antes; y apenas eran las 3 de la tarde de un frío dia viernes, esperando cerca de el departamento de shinigamis.
Aburrido, observaba atentamente todos los sucesos a su alrededor de el mundo shinigami: peleas amorosas, tríos amorosos, problemas de trabajo, gente apurada...Ocio...mucho ocio.
Quizás, podría ir a coquetear con la hermana de la chica que estaba involucarada en un lío amoroso..no estaba nada mal.
Cuando esperaba a que los que estaban a el alrededor de la chica se alejaran, sintió , a su espalda en la lejanía, la voz de un niño.
-¿Eh? -Se dió la vuelta, reconociendo la voz - ¡Pero si eres tú Ciel-kun! Niñito porfavor... -susurró- ¿No sabes que la entrada a los humanos en el mundo shinigami está prohibída? - observó detrás de el menor que tenía en frente - ¿Y tu molesto mayordomo Sebas-chan~? -Hacía burla, recordándole al menor, la mención de su senpai, sabiéndo que no le agradaba.
Eso estaba.
Había terminado su trabajo horas antes por un percance que lo dejó a mitad de misión.Resulta que la víctima,sería el objetivo de un par de novatos para ingresar a nivel shinigami...que molestos eran.Ahora debía esperar hasta las 12 de la noche para ir a la fiesta que planeó semanas antes; y apenas eran las 3 de la tarde de un frío dia viernes, esperando cerca de el departamento de shinigamis.
Aburrido, observaba atentamente todos los sucesos a su alrededor de el mundo shinigami: peleas amorosas, tríos amorosos, problemas de trabajo, gente apurada...Ocio...mucho ocio.
Quizás, podría ir a coquetear con la hermana de la chica que estaba involucarada en un lío amoroso..no estaba nada mal.
Cuando esperaba a que los que estaban a el alrededor de la chica se alejaran, sintió , a su espalda en la lejanía, la voz de un niño.
-¿Eh? -Se dió la vuelta, reconociendo la voz - ¡Pero si eres tú Ciel-kun! Niñito porfavor... -susurró- ¿No sabes que la entrada a los humanos en el mundo shinigami está prohibída? - observó detrás de el menor que tenía en frente - ¿Y tu molesto mayordomo Sebas-chan~? -Hacía burla, recordándole al menor, la mención de su senpai, sabiéndo que no le agradaba.
Ronald Knox- Mensajes : 334
Fecha de inscripción : 02/06/2011
Edad : 29
Localización : PARTEEEH!~
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
LO ODIABA.
Esas eran las palabras que se dibujaban en su mente, mientras suspiraba y se tragaba el orgullo de que le llamara niñito. Por desgracia, Ronald Knox era el único que podría ayudarle dentro del mundo de los Shinigamis hasta que Sebastián cumpliera su orden... Y conociendo a Grell, estaba seguro que lo haría correr incluso hasta el nuevo continente.
-El nombre de mi mayordomo es Sebastian Michaelis y en estos momentos no se encuentra --Dijo, agachando la mirada, sin saber exactamente como comenzar --Está persiguiendo a la cosa roja de grandes dientes --Dio así a entender que estaba detrás de Grell --Y me dejó aquí, para ser aterrorizado por Undertaker, regañado y quizá golpeado por William Spears o quien sabe... Quizá que me matara el ángel que anda rondando su biblioteca que ustedes no pueden cuidar bien.
Notó los ojos de sorpresa del rubio, había dado en el clavo.
-Ronald Knox... Salva tu honor de Shinigami y manténme a salvo hasta que mi mayordomo regrese. Pagaré el precio que sea por tu ayuda --Le dejó saber.
Esas eran las palabras que se dibujaban en su mente, mientras suspiraba y se tragaba el orgullo de que le llamara niñito. Por desgracia, Ronald Knox era el único que podría ayudarle dentro del mundo de los Shinigamis hasta que Sebastián cumpliera su orden... Y conociendo a Grell, estaba seguro que lo haría correr incluso hasta el nuevo continente.
-El nombre de mi mayordomo es Sebastian Michaelis y en estos momentos no se encuentra --Dijo, agachando la mirada, sin saber exactamente como comenzar --Está persiguiendo a la cosa roja de grandes dientes --Dio así a entender que estaba detrás de Grell --Y me dejó aquí, para ser aterrorizado por Undertaker, regañado y quizá golpeado por William Spears o quien sabe... Quizá que me matara el ángel que anda rondando su biblioteca que ustedes no pueden cuidar bien.
Notó los ojos de sorpresa del rubio, había dado en el clavo.
-Ronald Knox... Salva tu honor de Shinigami y manténme a salvo hasta que mi mayordomo regrese. Pagaré el precio que sea por tu ayuda --Le dejó saber.
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
¿Le estaba pidiendo ayuda?...
¿El mismísimo Ciel Phantomhive?.
Por favor...
no se lo podía creer, tenía que ser una broma.
Tuvo que aguantar la carcajada al escuchar aquella petición del niño ahora "indefenso", pero se detuvo en seco al escuchar que dos shinigamis que hablaban se aproximaban.Cubrió al niño con su cuerpo y lo empujó hacia la pared junto al gran contenedor de basura que estaba cerca y le advirtió que no se moviera, obviamente, se esperában las réplicas y quejas por parte de este y ántes de cualquier palabra, en un movimiento rápido le tapó la boca advirtiéndole que podría morir.Y era cierto , la entrada a los humanos a su mundo estaba condenada.
El silencio porfin llegó , aquéllos shinigamis se habían retirado y ayudó al niño a levantarse...adoraba molestar llamándolo así.
-Te acabo de proteger, eh salvado tu vida - molestó algo presumido - pero no quiero ni dinero ni joyas - ese niño poseía una gran fortuna...pero no cambiaría de parecer, ya que con su trabajo le alcanzaba para vivir y para las fiestas , cosa que era importante , por lo que no necesitaba más.- Ofréceme , Ciel Phantomhive.Negocia, te escucho aténtamente.
¿El mismísimo Ciel Phantomhive?.
Por favor...
no se lo podía creer, tenía que ser una broma.
Tuvo que aguantar la carcajada al escuchar aquella petición del niño ahora "indefenso", pero se detuvo en seco al escuchar que dos shinigamis que hablaban se aproximaban.Cubrió al niño con su cuerpo y lo empujó hacia la pared junto al gran contenedor de basura que estaba cerca y le advirtió que no se moviera, obviamente, se esperában las réplicas y quejas por parte de este y ántes de cualquier palabra, en un movimiento rápido le tapó la boca advirtiéndole que podría morir.Y era cierto , la entrada a los humanos a su mundo estaba condenada.
El silencio porfin llegó , aquéllos shinigamis se habían retirado y ayudó al niño a levantarse...adoraba molestar llamándolo así.
-Te acabo de proteger, eh salvado tu vida - molestó algo presumido - pero no quiero ni dinero ni joyas - ese niño poseía una gran fortuna...pero no cambiaría de parecer, ya que con su trabajo le alcanzaba para vivir y para las fiestas , cosa que era importante , por lo que no necesitaba más.- Ofréceme , Ciel Phantomhive.Negocia, te escucho aténtamente.
Ronald Knox- Mensajes : 334
Fecha de inscripción : 02/06/2011
Edad : 29
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Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Cierto. Eran muchas las veces en las que Sebastián podría quizá humillarlo cargándolo (o vistiéndolo) como niña. Incluso... muchas veces en la intimidad Sebastián le humillaba con sus palabras. No podía hacer nada, le cuidaba y tenía que prácticamente obedecer sus recomendaciones si quería salir vivo de algunas batallas y realizar su venganza.
Pero...
JAMAS LO HABIA TIRADO A UN LADO DE UN MAL OLIENTE BOTE DE BASURA.
El horrible olor no fue tampoco lo que más le molestó, si no, la manera en que Ronald le decía que era un niño. Sin embargo, lo que decía era cierto; le había salvado la vida. Pero... ¿No quería dinero? ¿Entonces... qué quería ese rubio no natural?
-¿Que no hay nada que quieras, Ronald Knox? -Dijo, sintiendo como volvía a empujarle al ver a otros shinigamis pasar. Ciel se puso nervioso sin quererlo, si William los llegaba a descubrir... Eso iba a ser un problema mucho mayor. Con gusto Spears lo mandaría a ejecución inmediata de solo saber que eso dañaría a Sebastián física o emocionalmente. --Larguémonos de aquí. Llévame a un lugar seguro, no soporto estar más en un bote de basura --Le encaró, mientras comenzaba a caminar por el callejoncito vacío --Te podría dar a Sebastián por 24 horas, matar a alguien que odies, incluso, secuestrar a la cosa roja que le dices "senpai" y amarrarlo en tu casa para que le hagas lo que quieras. He visto como lo miras, no me digas que no te gustaría. --Le dijo, sonriendo al ver que Ronald lo seguía, pero se quedaba callado. --¿No te gusta ninguna de mis negociaciones, Knox?
Pero...
JAMAS LO HABIA TIRADO A UN LADO DE UN MAL OLIENTE BOTE DE BASURA.
El horrible olor no fue tampoco lo que más le molestó, si no, la manera en que Ronald le decía que era un niño. Sin embargo, lo que decía era cierto; le había salvado la vida. Pero... ¿No quería dinero? ¿Entonces... qué quería ese rubio no natural?
-¿Que no hay nada que quieras, Ronald Knox? -Dijo, sintiendo como volvía a empujarle al ver a otros shinigamis pasar. Ciel se puso nervioso sin quererlo, si William los llegaba a descubrir... Eso iba a ser un problema mucho mayor. Con gusto Spears lo mandaría a ejecución inmediata de solo saber que eso dañaría a Sebastián física o emocionalmente. --Larguémonos de aquí. Llévame a un lugar seguro, no soporto estar más en un bote de basura --Le encaró, mientras comenzaba a caminar por el callejoncito vacío --Te podría dar a Sebastián por 24 horas, matar a alguien que odies, incluso, secuestrar a la cosa roja que le dices "senpai" y amarrarlo en tu casa para que le hagas lo que quieras. He visto como lo miras, no me digas que no te gustaría. --Le dijo, sonriendo al ver que Ronald lo seguía, pero se quedaba callado. --¿No te gusta ninguna de mis negociaciones, Knox?
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Qué mocoso más molesto, aún no sabía por que lo estaba protegiendo.
--Lamento informárte, que no puedo aceptar ningúna de tus dos primeras ofértas.-No era que quisiera molestar, sus razones eran ciértas --Primero, mataría a Sebastián ántes de los primeros quince mínutos y mi superior William, quiere hacerlo con sus propias manos.-al recordar a su superior, no pudo evitar no preocuparse- Segundo, es imposible para mí matar a alguién que no esté en la lista de la muerte por más que lo odie.Por lo que estoy "obligado" a aceptar tu tercera oférta.- Con una sonrísa algo pícarona, aceptó el trato.
-Pero...-esperó a que el más pequeño se diese la vuelta para mirarlo, para sacar el cuchillo que siémpre llevaba consigo.Acorraló al menor contra la pared y peligrósamente acercó el arma blanca en dirección a su cuello.Con su otra mano, le impedía el escape.-Si cámbio de parecer, exijo lo que deseé.Te recuerdo que estoy arriesgando mi pellejo, mi trabajo, mi salud física y mi vida por tí.Si no quisiera, no te ayudaría- Ante la atónita mirada de temor del menor, prosiguió. - Si no lo cumples, te seguiré todos los días sin parar : seré tu pesadilla.También, me encargaré de ser yo quién acabe con tu miserable existencia el día de tu muerte y creéme, haré que te duela. -Con esa típica levantada de ceja que hacía cuando se despertaba su lado sádico, se alejó, y de un moménto a otro, con una sonrisa, guardó su arma.
-Nee niño ~, aún con mis condiciones ¿aceptas?
--Lamento informárte, que no puedo aceptar ningúna de tus dos primeras ofértas.-No era que quisiera molestar, sus razones eran ciértas --Primero, mataría a Sebastián ántes de los primeros quince mínutos y mi superior William, quiere hacerlo con sus propias manos.-al recordar a su superior, no pudo evitar no preocuparse- Segundo, es imposible para mí matar a alguién que no esté en la lista de la muerte por más que lo odie.Por lo que estoy "obligado" a aceptar tu tercera oférta.- Con una sonrísa algo pícarona, aceptó el trato.
-Pero...-esperó a que el más pequeño se diese la vuelta para mirarlo, para sacar el cuchillo que siémpre llevaba consigo.Acorraló al menor contra la pared y peligrósamente acercó el arma blanca en dirección a su cuello.Con su otra mano, le impedía el escape.-Si cámbio de parecer, exijo lo que deseé.Te recuerdo que estoy arriesgando mi pellejo, mi trabajo, mi salud física y mi vida por tí.Si no quisiera, no te ayudaría- Ante la atónita mirada de temor del menor, prosiguió. - Si no lo cumples, te seguiré todos los días sin parar : seré tu pesadilla.También, me encargaré de ser yo quién acabe con tu miserable existencia el día de tu muerte y creéme, haré que te duela. -Con esa típica levantada de ceja que hacía cuando se despertaba su lado sádico, se alejó, y de un moménto a otro, con una sonrisa, guardó su arma.
-Nee niño ~, aún con mis condiciones ¿aceptas?
Ronald Knox- Mensajes : 334
Fecha de inscripción : 02/06/2011
Edad : 29
Localización : PARTEEEH!~
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Suspiró aliviado al ver que Ronald Knox aceptó uno de sus ofrecimientos. Se cruzó de brazos, puesto que lo que decía era verdad. A excepción de Grell Sutcliff o el Undertaker, todos los shinigamis odiaban a los demonios. A excepción de Grell Sutcliff, ningún shinigami se atrevía a matar a personas que no estaban en la lista de la muerte, so pena de desaparecer del mundo de los dioses que regulaban la biblioteca de almas. Los shinigamis eran una raza curiosa, incluso más que los humanos.
-Veo que te causa una enorme molestia el verte "obligado" a aceptar tu pago-- Dijo Ciel suspirando, comenzando a caminar lejos del hediondo olor del bote de basura, cuando Ronald le llamó.
--¿Pero qué?.... --Dijo, sin gritar. Si llamaba mucho la atención, estaba seguro que los shinigamis de alrededor irían a ver qué pasaba y Ciel terminaría muerto en menos de unos segundos. Sintió el filo del arma en su garganta, tensándose y escuchando con atención a Ronald. Por más que quería denegar sus exigencias, debía aceptar que estaba acorralado y que no tenía alternativa. Mejor aún, había sido él mismo quien había pedido su ayuda. Que humillante. --No vuelvas a llamarme niño. Soy el Conde Phantomhive.... Cabeza de mi familia--Dijo Ciel hostilmente --Y si... Estoy de acuerdo con tus condiciones. Si al final cambias de parecer y no quieres al marica de rojo en tu cama, te daré lo que gustes exigirme, sin replicar. --Terminó, suspirando y escuchando como un silbato pareció cortar el aire helado de la tarde.
Los shinigamis terminaban su turno de trabajo y en breve estarían ahí, llenando las calles como una plaga, dándose cuenta inminentemente de su presencia extraña.
-Ronald Knox... te doy mi palabra de honor, ahora, sácame de aquí!-- Exigió, pero al ver la mirada divertida del rubio, solamente tuvo que añadir algo, tragándose todo su orgullo --Por favor......-- Acompletó su frase, impaciente.
-Veo que te causa una enorme molestia el verte "obligado" a aceptar tu pago-- Dijo Ciel suspirando, comenzando a caminar lejos del hediondo olor del bote de basura, cuando Ronald le llamó.
--¿Pero qué?.... --Dijo, sin gritar. Si llamaba mucho la atención, estaba seguro que los shinigamis de alrededor irían a ver qué pasaba y Ciel terminaría muerto en menos de unos segundos. Sintió el filo del arma en su garganta, tensándose y escuchando con atención a Ronald. Por más que quería denegar sus exigencias, debía aceptar que estaba acorralado y que no tenía alternativa. Mejor aún, había sido él mismo quien había pedido su ayuda. Que humillante. --No vuelvas a llamarme niño. Soy el Conde Phantomhive.... Cabeza de mi familia--Dijo Ciel hostilmente --Y si... Estoy de acuerdo con tus condiciones. Si al final cambias de parecer y no quieres al marica de rojo en tu cama, te daré lo que gustes exigirme, sin replicar. --Terminó, suspirando y escuchando como un silbato pareció cortar el aire helado de la tarde.
Los shinigamis terminaban su turno de trabajo y en breve estarían ahí, llenando las calles como una plaga, dándose cuenta inminentemente de su presencia extraña.
-Ronald Knox... te doy mi palabra de honor, ahora, sácame de aquí!-- Exigió, pero al ver la mirada divertida del rubio, solamente tuvo que añadir algo, tragándose todo su orgullo --Por favor......-- Acompletó su frase, impaciente.
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
El silbato se escuchó en la lejanía.
No tardarían en estar ahí, debería estar preocupado.
Pero no pudo evitar hacer su típica sonrisa pícara...
Le pidió por favor.
Pues...él era educado,un caballero.Si pedía por favor, debería hacer caso ¿no?.
Dió la vuelta, dándole la espalda y se agachó.Con un ademán, le dió un aviso para que se subiera a su espalda.Seguramente esperaba a que lo cargara como una novia.Siempre miraba como el demonio lo cargaba de esa forma cuando acompañába a sus senpais para su captura.El saltaba por los edifícios, con el niño en brazos.
-No te cargaré en brazos, si es lo que crees.Pero no podemos caminar, no quiero arriesgárme a ser visto.-Notó que el menor aún no se movía-¡Anda Súbete, que esperas!.Te llevaré en mi espalda.
Al sentirlo en su espalda, lo acomodó para que no se resbalara y lo agarró de sus piernas.
Al sentir la presencia de los shinigamis que se acercaban, saltó sobre el basurero y corrió sobre el edificio, lo más rápido que sus piernas le permitían.No saltaría de un edificio a otro como su senpai Sutcliff hacía, llamaría demasiado la atención, y eso es precisamente lo que no quería.
No tardarían en estar ahí, debería estar preocupado.
Pero no pudo evitar hacer su típica sonrisa pícara...
Le pidió por favor.
Pues...él era educado,un caballero.Si pedía por favor, debería hacer caso ¿no?.
Dió la vuelta, dándole la espalda y se agachó.Con un ademán, le dió un aviso para que se subiera a su espalda.Seguramente esperaba a que lo cargara como una novia.Siempre miraba como el demonio lo cargaba de esa forma cuando acompañába a sus senpais para su captura.El saltaba por los edifícios, con el niño en brazos.
-No te cargaré en brazos, si es lo que crees.Pero no podemos caminar, no quiero arriesgárme a ser visto.-Notó que el menor aún no se movía-¡Anda Súbete, que esperas!.Te llevaré en mi espalda.
Al sentirlo en su espalda, lo acomodó para que no se resbalara y lo agarró de sus piernas.
Al sentir la presencia de los shinigamis que se acercaban, saltó sobre el basurero y corrió sobre el edificio, lo más rápido que sus piernas le permitían.No saltaría de un edificio a otro como su senpai Sutcliff hacía, llamaría demasiado la atención, y eso es precisamente lo que no quería.
Ronald Knox- Mensajes : 334
Fecha de inscripción : 02/06/2011
Edad : 29
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Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Ya no sabía si es que Sebastián lo mimaba demasiado o si realmente Ronald Knox estaba haciendo todo lo posible por hacerlo enojar. Ante las señas que el mayor hizo de montarse en su espalda, Ciel solamente parpadeó. Confirmó con las palabras del rubio, que no pensaba llevarle en brazos. ¿Entonces cómo? Ciel no podía trepar ágilmente, no podía saltar de edificios y tampoco correr mucho...
Su asma le limitaba mucho.
-Si llegas a dejarme caer, te juro que haré que te arrepientas. -- Amenazó, mientras se montaba en su espalda y le posaba sus brazos en los hombros. Sintió que se caía y no tuvo más remedio que abrazarle del cuello, mirando cómo en vez de saltar entre edificio y edificio, corría sobre la misma azotea. -¿A dónde vamos, Ronald Knox? -Le preguntó, mientras se aferraba más a él, sintiéndose incómodo al estar demasiado pegado al cuerpo del rubio.
Tch... Que molestia. Pero Sebastián se las iba a pagar, todas juntas.
--¿Me esconderás? O adonde iremos... -- Volvió a preguntar, intranquilo, notando que llegaban casi al final del edificio y aún parecía que el rubio no había decidido hacia donde saltar.
Su asma le limitaba mucho.
-Si llegas a dejarme caer, te juro que haré que te arrepientas. -- Amenazó, mientras se montaba en su espalda y le posaba sus brazos en los hombros. Sintió que se caía y no tuvo más remedio que abrazarle del cuello, mirando cómo en vez de saltar entre edificio y edificio, corría sobre la misma azotea. -¿A dónde vamos, Ronald Knox? -Le preguntó, mientras se aferraba más a él, sintiéndose incómodo al estar demasiado pegado al cuerpo del rubio.
Tch... Que molestia. Pero Sebastián se las iba a pagar, todas juntas.
--¿Me esconderás? O adonde iremos... -- Volvió a preguntar, intranquilo, notando que llegaban casi al final del edificio y aún parecía que el rubio no había decidido hacia donde saltar.
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Se preguntaba por qué corría en ese momento.
Por qué estaba nervioso de que alguien lo viera.
Por qué tenia una carga en la espalda.
Ah..ya lo recordó: su senpai.
Por la culpa de su largo y sensual cabello rojo, por sus peligrosos y blancos dientes y por sus ojos.Esos malditos pero hermosos ojos.Era lo que más amaba de él.Puede que el extraño bicolor estuviese presente en todos los shinigamis, pero los suyos eran especiales.Reflejaban un brillo y alegría imparables, incluso permanecían aún después de ser rechazado por ese estúpido y ciego demonio.
Mostraban ese brillo especial que Ronald amaba tanto.
Al igual que William.
Él era su más grande obstáculo.Su propio senpai, quién podría ser su padre.Quien lo había entrenado y guiado por el buen camino de la rectitud desde sus inicios como shinigami.
Y así se lo iba a pagar.
Hacer que otro secuestre a la pareja de tu superior para tenerlo por una sola noche amarrado, ¡qué linda forma de decir gracias!.
Ciel creía que haría cosas "indebidas" con su mayor.Quizás lo haría, pero mataría con tan solo ver al pelirrojo dormir sin interrupciones.Estaba enamorado.
Locamente enamorado.
Debería amar a William.Pero entre más pensaba en él, sus celos y rabia aumentaban, ocultándolo todo detrás de una sonrisa fingida y despreocupada.Debería estimar a su superior pero...
le envidiaba.
Le odiaba.
Sus pensamientos sobre William lo atormentaban día y noche...
-Podría mata- - Recién se percató que había ignorado al menor desde hace un largo rato, ignorando sus preguntas a sabiendas que esto le molestaba, y hasta le había gritado pero le ignoraba.Amaba hacerlo enfadar, pero el ignorarlo, no fue a propósito.
Sintió como se aferraba más a su cuerpo, se resbalaba.Como sabía que habría un regaño por su futura respuesta, lo bajó sin ningún cuidado, al querer responderle una de las preguntas que le había cuestionado desde hace un largo rato.
-¿Que para donde vamos, preguntáste? - pausó - Pues es obvio que no lo sé.-respondió.
Notó el divertido chillido que el menor hizo.Después de sus raros pensamientos algo deprimentes para él, el pequeño finalmente le había hecho reír.Pero notó también que no le gustó que le hubiera echo gracia, se enfadó.
Todo había sido tan rápido, que no sabía hacia donde dirigirse.La primera opción que se le pasó por la mente, fué su departamento, pero fue descartado por sus vecinos.O al menos hasta que se le ocurriera un plan para entrar y no ser descubiertos.
Pero eso, Ciel, no lo comprendía.
Regaños, insultos y gritos provenientes del niño le colmaban la paciencia.Su infinita paciencia.
No podía creer que alguien tan pequeño se quejase tanto.Creía que sus oídos explotarían.
Su sonrisa permanente se desvanecía. "Los niños de ahora...ya no tienen respeto a sus mayores" pensaba.
Hasta que una frase.Una oración.
Una palabra.Le hizo odiar a Ciel como nunca ántes.
Volvió a recordarle que su senpai era un marica.
Le hirió que lo hiciera otra vez, por que Ciel lo era.
Y Ronald también.
Pero el mismo odiaba aceptarlo.Era deseado por las mujeres y envidiado por los hombres.Es más, sabía que él no le rechazaría, le recibiría con los brazos abiertos.Sabía que le aceptaría.
Pero no sabía por qué no quería aceptarse.Necesitaba pensar.
Pero el mocoso no se callaba.
Sus puños, que estaban a los costados de su cuerpo, se apretaron con rabia.
-¡Ya cállate!
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OH MY! Que me salió largo! Dx , como estos días no me pude conectar, decidí escribirlo en papel y salió más largo de lo que esperaba D:
Perdón u__u
Por qué estaba nervioso de que alguien lo viera.
Por qué tenia una carga en la espalda.
Ah..ya lo recordó: su senpai.
Por la culpa de su largo y sensual cabello rojo, por sus peligrosos y blancos dientes y por sus ojos.Esos malditos pero hermosos ojos.Era lo que más amaba de él.Puede que el extraño bicolor estuviese presente en todos los shinigamis, pero los suyos eran especiales.Reflejaban un brillo y alegría imparables, incluso permanecían aún después de ser rechazado por ese estúpido y ciego demonio.
Mostraban ese brillo especial que Ronald amaba tanto.
Al igual que William.
Él era su más grande obstáculo.Su propio senpai, quién podría ser su padre.Quien lo había entrenado y guiado por el buen camino de la rectitud desde sus inicios como shinigami.
Y así se lo iba a pagar.
Hacer que otro secuestre a la pareja de tu superior para tenerlo por una sola noche amarrado, ¡qué linda forma de decir gracias!.
Ciel creía que haría cosas "indebidas" con su mayor.Quizás lo haría, pero mataría con tan solo ver al pelirrojo dormir sin interrupciones.Estaba enamorado.
Locamente enamorado.
Debería amar a William.Pero entre más pensaba en él, sus celos y rabia aumentaban, ocultándolo todo detrás de una sonrisa fingida y despreocupada.Debería estimar a su superior pero...
le envidiaba.
Le odiaba.
Sus pensamientos sobre William lo atormentaban día y noche...
-Podría mata- - Recién se percató que había ignorado al menor desde hace un largo rato, ignorando sus preguntas a sabiendas que esto le molestaba, y hasta le había gritado pero le ignoraba.Amaba hacerlo enfadar, pero el ignorarlo, no fue a propósito.
Sintió como se aferraba más a su cuerpo, se resbalaba.Como sabía que habría un regaño por su futura respuesta, lo bajó sin ningún cuidado, al querer responderle una de las preguntas que le había cuestionado desde hace un largo rato.
-¿Que para donde vamos, preguntáste? - pausó - Pues es obvio que no lo sé.-respondió.
Notó el divertido chillido que el menor hizo.Después de sus raros pensamientos algo deprimentes para él, el pequeño finalmente le había hecho reír.Pero notó también que no le gustó que le hubiera echo gracia, se enfadó.
Todo había sido tan rápido, que no sabía hacia donde dirigirse.La primera opción que se le pasó por la mente, fué su departamento, pero fue descartado por sus vecinos.O al menos hasta que se le ocurriera un plan para entrar y no ser descubiertos.
Pero eso, Ciel, no lo comprendía.
Regaños, insultos y gritos provenientes del niño le colmaban la paciencia.Su infinita paciencia.
No podía creer que alguien tan pequeño se quejase tanto.Creía que sus oídos explotarían.
Su sonrisa permanente se desvanecía. "Los niños de ahora...ya no tienen respeto a sus mayores" pensaba.
Hasta que una frase.Una oración.
Una palabra.Le hizo odiar a Ciel como nunca ántes.
Volvió a recordarle que su senpai era un marica.
Le hirió que lo hiciera otra vez, por que Ciel lo era.
Y Ronald también.
Pero el mismo odiaba aceptarlo.Era deseado por las mujeres y envidiado por los hombres.Es más, sabía que él no le rechazaría, le recibiría con los brazos abiertos.Sabía que le aceptaría.
Pero no sabía por qué no quería aceptarse.Necesitaba pensar.
Pero el mocoso no se callaba.
Sus puños, que estaban a los costados de su cuerpo, se apretaron con rabia.
-¡Ya cállate!
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OH MY! Que me salió largo! Dx , como estos días no me pude conectar, decidí escribirlo en papel y salió más largo de lo que esperaba D:
Perdón u__u
Ronald Knox- Mensajes : 334
Fecha de inscripción : 02/06/2011
Edad : 29
Localización : PARTEEEH!~
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Se estaba poniendo muy nervioso. El que Ronald estuviera cargándolo como si fuera un saco de papas y se hubiera quedado en silencio por un tiempo más que prolongado, estaba crispándole los nervios de punta, quemando la poca paciencia que Ciel tenía.
¿Porqué... ?
¿Porqué de todos los shinigamis tenía que haberse encontrado a Ronald Knox?
Y luego recapacitaba. Era el mejor que se hubiera podido encontrar. Grell Sutcliff era capaz de matarlo solamente para tener libre a su "Sebas-chan" como le llamaba, William T. Spears con gusto hubiera recolectado su alma para fastidiar al demonio y Undertaker...
...
Él simplemente estuviera aún esperando que Ciel dijera un chiste que le hiciera reír para ayudarlo. Seguramente hubiera incluso atraído a un público y... Bueno... Estaría prácticamente perdido.
Sus pensamientos fueron cortados de inmediato por una caída. Sus piernas fueron liberadas del soporte y cuando sintió, simplemente estuvo en el piso, boca arriba, doliéndose de haber sido soltado sin siquiera avisar. Escuchó a Ronald decirle adonde iban, pero esa respuesta no le gustó. Es más... Ciel incluso lanzó un cierto quejido lleno de indignación, como si esa respuesta fuera algo que le ofendiera desde lo más profundo de su alma, esa alma que se iba a comer un demonio.
-¿Cómo... cómo puedes ser tan estúpido? -Dijo Ciel, ofendiendo.
Esa era su mejor arma, cuanod estaba asustado, cuando no sabía qué iba a pasar, cuando todos creían que podían burlarse del "pequeño Conde Phantomhive" esa era su arma... Ofender a los demás. Borrarles la sonrisa, hacer que le odiaran, convertirlos en polvo con su lengua. Le había llamado "estúpido" cuando en realidad sus ojos lanzaban un grito de desesperación, de miedo... "Sálvame... No quiero morir aquí, mi venganza aún no está completa... No puedo... Lo prometí." Hubiese querido rogar, pero jamás se iba a rebajar a decir lo que realmente sentía. Jamás se iba a rebajar a caer de ese pedestal donde todos tenían al conde Phantomhive.
-Realmente, Ronald Knox... ¿Eres tan bueno y eficiente como Spears dice? -Volvió a quejarse, llamando su atención, queriendo que el orgullo le doliera al rubio y se obligara a pensar de manera rápida como William decía que era; "su pupilo, el mejor de mis shinigamis, mi orgullo... Mi hijo..." Alguna vez se había dirigido así hacia Knox. Ahora, las esperanzas de Ciel pendían del hilo en el tenía que creer todo lo que Spears había dicho -Ronald Knox... ¡Cumple tu promesa! - Volvió a molestarlo, sintiendo que estaba colmando su paciencia. Perfecto. Al parecer el hablar de más estaba cumpliendo con su cometido y pronto, cuando Ronald estallara, se iba a mover, le iba a ayudar. -Apúrate, o eres igual de inútil que el marica al que está persiguiendo mi mayordomo...
Cuando la sonrisa de Ronald se desvaneció por completo... Supo que no había hecho algo bien.
Ciel no entendía nada, no había dicho insultos mayores aún, eso lo estaba reservando para cuando Ronald se pusiera más insolente, decirle cosas que le dolieran, cosas que le humillaran... Sin embargo, parecía que había tocado una fibra sensible dentro de él. Cerró los ojos con fuerza y apretó los músculos de su rostr, pensando que lo siguiente a los puños apretados a los lados de su cuerpo sería un golpe en su rostro.
Jadeó casi infantilmente, por primera vez dejando a Ronald notar lo asustado que estaba. Temblaba, pensando que quizá era ahora el rubio quien querría matarle, tener el placer incluso de, como le había prometido, hacerle sufrir horriblemente.
-Ronald...?--Alcanzó a jadear débilmente, su voz en un hilo de desesperación. -Llévame al mundo humano... Por favor--Dijo, alzando su mano y tocando el rostro tenso del rubio. Eso era toda la debilidad que se iba a permitir, dejarle saber a ese joven shinigami que era un niño que tenía miedo y quería irse a su casa. No iba a llorar. No se iba a permitir otra expresión de miedo.
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Nooo está perfecto! Así aprovechamos que solo tenemos 25 posts cada una xD para alcanzar a terminar el desafío. AMO a tu Ronald T_T is so in char... *fangirling*
¿Porqué... ?
¿Porqué de todos los shinigamis tenía que haberse encontrado a Ronald Knox?
Y luego recapacitaba. Era el mejor que se hubiera podido encontrar. Grell Sutcliff era capaz de matarlo solamente para tener libre a su "Sebas-chan" como le llamaba, William T. Spears con gusto hubiera recolectado su alma para fastidiar al demonio y Undertaker...
...
Él simplemente estuviera aún esperando que Ciel dijera un chiste que le hiciera reír para ayudarlo. Seguramente hubiera incluso atraído a un público y... Bueno... Estaría prácticamente perdido.
Sus pensamientos fueron cortados de inmediato por una caída. Sus piernas fueron liberadas del soporte y cuando sintió, simplemente estuvo en el piso, boca arriba, doliéndose de haber sido soltado sin siquiera avisar. Escuchó a Ronald decirle adonde iban, pero esa respuesta no le gustó. Es más... Ciel incluso lanzó un cierto quejido lleno de indignación, como si esa respuesta fuera algo que le ofendiera desde lo más profundo de su alma, esa alma que se iba a comer un demonio.
-¿Cómo... cómo puedes ser tan estúpido? -Dijo Ciel, ofendiendo.
Esa era su mejor arma, cuanod estaba asustado, cuando no sabía qué iba a pasar, cuando todos creían que podían burlarse del "pequeño Conde Phantomhive" esa era su arma... Ofender a los demás. Borrarles la sonrisa, hacer que le odiaran, convertirlos en polvo con su lengua. Le había llamado "estúpido" cuando en realidad sus ojos lanzaban un grito de desesperación, de miedo... "Sálvame... No quiero morir aquí, mi venganza aún no está completa... No puedo... Lo prometí." Hubiese querido rogar, pero jamás se iba a rebajar a decir lo que realmente sentía. Jamás se iba a rebajar a caer de ese pedestal donde todos tenían al conde Phantomhive.
-Realmente, Ronald Knox... ¿Eres tan bueno y eficiente como Spears dice? -Volvió a quejarse, llamando su atención, queriendo que el orgullo le doliera al rubio y se obligara a pensar de manera rápida como William decía que era; "su pupilo, el mejor de mis shinigamis, mi orgullo... Mi hijo..." Alguna vez se había dirigido así hacia Knox. Ahora, las esperanzas de Ciel pendían del hilo en el tenía que creer todo lo que Spears había dicho -Ronald Knox... ¡Cumple tu promesa! - Volvió a molestarlo, sintiendo que estaba colmando su paciencia. Perfecto. Al parecer el hablar de más estaba cumpliendo con su cometido y pronto, cuando Ronald estallara, se iba a mover, le iba a ayudar. -Apúrate, o eres igual de inútil que el marica al que está persiguiendo mi mayordomo...
Cuando la sonrisa de Ronald se desvaneció por completo... Supo que no había hecho algo bien.
Ciel no entendía nada, no había dicho insultos mayores aún, eso lo estaba reservando para cuando Ronald se pusiera más insolente, decirle cosas que le dolieran, cosas que le humillaran... Sin embargo, parecía que había tocado una fibra sensible dentro de él. Cerró los ojos con fuerza y apretó los músculos de su rostr, pensando que lo siguiente a los puños apretados a los lados de su cuerpo sería un golpe en su rostro.
Jadeó casi infantilmente, por primera vez dejando a Ronald notar lo asustado que estaba. Temblaba, pensando que quizá era ahora el rubio quien querría matarle, tener el placer incluso de, como le había prometido, hacerle sufrir horriblemente.
-Ronald...?--Alcanzó a jadear débilmente, su voz en un hilo de desesperación. -Llévame al mundo humano... Por favor--Dijo, alzando su mano y tocando el rostro tenso del rubio. Eso era toda la debilidad que se iba a permitir, dejarle saber a ese joven shinigami que era un niño que tenía miedo y quería irse a su casa. No iba a llorar. No se iba a permitir otra expresión de miedo.
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Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
"--Llévame al mundo humano... Por favor"
Recordó cuando Ciel le pidió que lo sacára de ahí porque los shinigamis salían del trabajo...
"Le pidió por favor.
Pues...él era educado, un caballero.Si pedía por favor, debería hacer caso ¿no?."
Pero ahora...
Oh no.
No dejaría a ese mocoso con complejos de superioridad ganar.
No esta vez.
Rápidamente acercó peligrosamente su cuchillo y lo aproximó al cuello del menor -No te llevaré al mundo humano, ya que el trato era mantenerte a salvo hasta que tu molesto mayordomo regresara, por lo que estás bajo MIS ordenes- Por cada palabra, parecía que el cuchillo rozaba más el cuello - O dejas esa personalidad engreída o te entrego a los shinigamis superiores para que hagan lo que deseén contigo.Dime ¿eso prefieres?
El menor, en silencio escuchaba -Pero...- alejó el arma blanca del fino cuello - YO te mataré si te atréves a hablar de Grell de esa forma.-.No...no dejaría que se atreviese a hablar de él así.Tenía suficiénte con ver cómo otros se burlaban del pelirrojo a su espalda.Eran unos cobardes.
Le encantaría matarlos a todos.
Uno por uno.
Núnca hacía nada por el temor de ser críticado y ser la víctima de burlas infantiles de los demás.Pero si no podía hacer nada en esos momentos por el temor, por que él también era un cobarde, debería hacerlo ahora, que tiene la posibilidad.Y claro que mejor que mostrar tu superioridad, respeto y "hombría" ante un niño de trece años de edad ¿no?.
Alguién...debía darle una lección.Y qué mejor que hacer que se las ingenie solo.
Con un rostro más serio, le dió la espalda al conde y con un tono frío, le habló -Irémos a mi departamento.Me da igual si te descubren, si me vén contigo, diré que acepté el trato por que fué todo un plan para que te vieran y te descubrieran.No tiene sentido, pero me creerán a mi. -
Ahora, de costado, miraba a Ciel fríamente- Súbete a mi espalda, seguirémos.Y mientras nos dirigímos hacia allá, quiero que planeés cómo le harás para entrar sin ser descubierto.Por que yo, en eso, no te ayudaré.- Que se independice.
"Estás bajo mis ordénes"
Ronald, por priméra vez, se sintió superior.Toda su vida como shinigami eran ordénes, por su nivel bajo entre los trabajadores.
"¿Quién manda ahora?"
--Es una orden.
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Nee ahora que lo dice...25 es demaiado poco.Yo dije " Bah , son 50 post se pasará leeeentaaameeentee" pero usted me acaba de hacer darme cuenta que son 25 post cada una ^__^U
Ronald Knox- Mensajes : 334
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Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
--¿Te has vuelto loco Ronald Knox? -Comenzó a decir, dispuesto a lanzarle uno de esos sermones los cuales todos los nobles mayores odiaban ya que viniendo de los labios de un niño, se escuchaban completamente fuera de lugar. Ciel podía llenar en segundos sus dulces labios de palabras soeces que sacarían de quicio hasta al adulto más paciente y parecía ser que eso mismo había pasado con Ronald. Sin embargo, Ciel no pudo calcular una enorme diferencia de entornos, en el mundo de los Shinigamis, no importaba quién era él, si era el perro de la reina o el dragón del reino entero.
En el mundo de los shinigamis Ciel Phantomhive era un simple humano que había roto las reglas al pasar a ese lugar y el cual debería morir como castigo. Ciel definitivamente no podía darse ese lujo y dejar su venganza sin terminar.
No le respondió a Knox, dejó simplemente que su silencio le desarmara, sin embargo... Parecía que el rubio quería humillarle como nunca lo habían hecho. Notó con sorpresa como Ronald defendía al pelirrojo. Eso, para Ciel, era bastante raro, ya que en su corta experiencia conociendo al shinigami rojo, todos le insultaban y nadie, nunca nadie saltaba a la defensa de su "desgracia"
Alzó la cabeza cuando escuchó al rubio hablar, abriendo su boca en sorpresa, nunca esperándose esa jugarreta tan sucia del shinigami -¿Serías capaz de romper tu promesa tan fácilmente Ronald? ¿Así solamente, sin honor? -Preguntó, clamando en esas palabras por piedad. Ciel definitivamente no podía creer que le estuviera pasando eso precisamente a EL.
-¿qué? -Fue lo único que atinó a decir, pero la mirada fría de esos ojos bicolor le helaron la sangre. No mentía. Ronald le iba a hacer pasar por los momentos más amargos y humillantes, incluso, se mordió el labio al escuchar el "es una orden" Maldito Ronald Knox, esa era SU LINEA. de él, de Ciel Phantomhive, porque solamente él ordenaba. Se las iba a pagar, todas y cada una de las que le estaba haciendo. Su mente comenzaba a maquinar ya la dulce venganza mientras obediente se subía a su espalda y notaba como Knox comenzaba a saltar entre los tejados, haciendo que algunos shinigamis voltearan y, que por suerte no vieran nada.
-Te odio -Susurró en su oído, con su cabeza apoyada en su hombro. Quedándose callado después hasta que el cuerpo del shinigami se detuvo en otro callejón, señalándole una ventana en el segundo piso y luego desapareciendo.
Ciel suspiró.
Se sentó en el callejón, escondido por las sombras mientras se las ingeniaba. Estos edificios no tenían escaleras de emergencias y trepar no era una opción. Era demasiado alto a pesar de ser el segundo piso y llamaría la atención de inmediato. En eso estaba, cuando sus manos tocaron una tela que había en el piso. Negra, cuando la extendió, notó que era parecida a una capa desaliñada, como una vestimenta de las que Undertaker usaba.
-Juro que esta me las va a pagar -Dijo Ciel, amarrándose unas latas de comida ya vacías en los pies, con las agujetas de sus zapatos. Ya buscaría que Sebastian las amarrara después. Se subió en ellos como tacones y se echó encima la capa, tapando incluso su rostro, bajando el cabello de su fleco para que sus ojos no se vieran. Así, arrastrando los pies, con movimientos lentos, Ciel entró en el edificio. Algunos shinigamis voltearon, pero se fueron enseguida, sin querer meterse en los asuntos de ese desconocido. Subió las escaleras con un esfuerzo casi sobrehumano y cuando estuvo seguro que estaba frente a la puerta que pertenecía a la ventana que le habían señalado tocó pesadamente.
Grande fue su alivio al ver que Ronald le abría. Ciel pasó, tropezándose de pronto y cayendo en la alfombra del departamento, doliéndose del golpe.
-Juro... Juro que me las vas a pagar, Ronald Knox... -
En el mundo de los shinigamis Ciel Phantomhive era un simple humano que había roto las reglas al pasar a ese lugar y el cual debería morir como castigo. Ciel definitivamente no podía darse ese lujo y dejar su venganza sin terminar.
No le respondió a Knox, dejó simplemente que su silencio le desarmara, sin embargo... Parecía que el rubio quería humillarle como nunca lo habían hecho. Notó con sorpresa como Ronald defendía al pelirrojo. Eso, para Ciel, era bastante raro, ya que en su corta experiencia conociendo al shinigami rojo, todos le insultaban y nadie, nunca nadie saltaba a la defensa de su "desgracia"
Alzó la cabeza cuando escuchó al rubio hablar, abriendo su boca en sorpresa, nunca esperándose esa jugarreta tan sucia del shinigami -¿Serías capaz de romper tu promesa tan fácilmente Ronald? ¿Así solamente, sin honor? -Preguntó, clamando en esas palabras por piedad. Ciel definitivamente no podía creer que le estuviera pasando eso precisamente a EL.
-¿qué? -Fue lo único que atinó a decir, pero la mirada fría de esos ojos bicolor le helaron la sangre. No mentía. Ronald le iba a hacer pasar por los momentos más amargos y humillantes, incluso, se mordió el labio al escuchar el "es una orden" Maldito Ronald Knox, esa era SU LINEA. de él, de Ciel Phantomhive, porque solamente él ordenaba. Se las iba a pagar, todas y cada una de las que le estaba haciendo. Su mente comenzaba a maquinar ya la dulce venganza mientras obediente se subía a su espalda y notaba como Knox comenzaba a saltar entre los tejados, haciendo que algunos shinigamis voltearan y, que por suerte no vieran nada.
-Te odio -Susurró en su oído, con su cabeza apoyada en su hombro. Quedándose callado después hasta que el cuerpo del shinigami se detuvo en otro callejón, señalándole una ventana en el segundo piso y luego desapareciendo.
Ciel suspiró.
Se sentó en el callejón, escondido por las sombras mientras se las ingeniaba. Estos edificios no tenían escaleras de emergencias y trepar no era una opción. Era demasiado alto a pesar de ser el segundo piso y llamaría la atención de inmediato. En eso estaba, cuando sus manos tocaron una tela que había en el piso. Negra, cuando la extendió, notó que era parecida a una capa desaliñada, como una vestimenta de las que Undertaker usaba.
-Juro que esta me las va a pagar -Dijo Ciel, amarrándose unas latas de comida ya vacías en los pies, con las agujetas de sus zapatos. Ya buscaría que Sebastian las amarrara después. Se subió en ellos como tacones y se echó encima la capa, tapando incluso su rostro, bajando el cabello de su fleco para que sus ojos no se vieran. Así, arrastrando los pies, con movimientos lentos, Ciel entró en el edificio. Algunos shinigamis voltearon, pero se fueron enseguida, sin querer meterse en los asuntos de ese desconocido. Subió las escaleras con un esfuerzo casi sobrehumano y cuando estuvo seguro que estaba frente a la puerta que pertenecía a la ventana que le habían señalado tocó pesadamente.
Grande fue su alivio al ver que Ronald le abría. Ciel pasó, tropezándose de pronto y cayendo en la alfombra del departamento, doliéndose del golpe.
-Juro... Juro que me las vas a pagar, Ronald Knox... -
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Ciel, al sujetarse de la espalda del shinigami, y con suerte, poder acomodarse, el más alto se aburrió de la soberbia actitud del menor y ya no le importaba si eran descubiertos o no.Saltó de techo en techo para llamar la atención de los demás shinigamis y además para que el chico que traía en su espalda se preocupara aún más por la situación en la que estaba.
Al llegar al edificio y después de señalarle a Ciel la ventana la cual pertenecía a su departamento, se retiró de la mirada del menor.
Su primer objetivo al llegar a su departamento, fué el sofá.Se tiró sobre este y ubicó sus piernas sobre los brazos del sillón, estresado y preocupado.
--Me pregunto si podrá solo... -sacudió la cabeza, en señal de que no era asunto suyo y no debía de por qué preocuparse.
Recordaba, lo que Ciel le había dicho un rato antes...
¿De verdad renunciaría a su honor de shinigami...así de fácil?.
No.
No la rompería ni dejaría que otro lo hiciera.
Ronald sabía que Ciel no sería capturado así de fácil.Tenía una personalidad potente y fuerte, como la de un adulto.Era muy dependiente de otros, pero podía cuidarse solo si se le dejaba por su propia cuenta.¿Por qué el niñato tendría tal personalidad?.Ronald, nunca había visto a los padres de Ciel.Por eso es que el conde actuaba de esa forma...para aparentar superioridad y respeto, y disimular la apariencia de lo que realmente era : un niño pequeño desconfiado, con miedo y con inquietudes en su alma...y Ronald sabía mucho de almas.Podría ayudarle siendo más amable.Ahora que el shinigami de cabello bicolor razonaba, quizás...sólo quizás...Ciel no dijo esas cosas a propósito...esa era su propia manera de defensa: las palabras.Ronald tenía su forma de protección, su Death Scythe como arma y forma de defensa y Ciel tenía la suya, su voz.
Esa pregunta le llevó a preguntarse también el por qué habría hecho un pacto con aquél estúpido demonio.Algo que marcó su vida debió de haberle ocurrido al llevar tal drástica desición.La curiosidad le mataba...quizás en la biblioteca, leería su record...
Sus pensamientos fueron interrumpidos al oír unos pesados pasos detrás de la puerta, se levantó para ir a buscar al menor, en caso de que no recordase la ventana que le señaló y pasara de largo a buscar otra habitación.Parecía que se estaba preocupando demasiado.Al creer que estaba inquietado por culpa del menor, se volvió a sentar.--No es asunto mío...-y se cruzó de brazos, esperado el tan ansiado golpe.
Al escuchar los golpeteos en la puerta, se levantó apresurado, cási corriendo, y fingió tranquilidad al abrirla.
Al ver tán pequeña estatura, le reconoció de inmediato, y le abrió paso para ingresar a su no tan gran departamento.
De un momento a otro, al visualizar al menor en el suelo, después de su vergonsozo tropiezo, echó una gran carcajada, sin poder recomponer la compostura seria que tenía.Se llevó las manos a la boca, para callar la contagiosa risa y evitar llamar la atención de los chismosos vecinos.El menor, sonrojado, trataba de levantarse, pero sin éxito alguno.
Al lograr calmarse, le ayudó a enderezarse - Ah ~ venga, déjame ayudarte ~.-El shinigami, se posicionó tras y sobre el menor y le tomó de los antebrazos, pero al llegar a una altura donde el conde podía mantenerse solo, se separó bruscamente, obviamente, tratando de mantener su orgullo como conde y perro de la reina de Londres.
-Mhmm, que amargado eres, sólo trataba de ayudarte.-posicionó sus recién rechazados brazos tras su espalda, dándole la misma, al menor.-Yo no soy el culpable de tu torpeza, tú mismo lo eres ~
Se sentó en el sofá seguido del menor, mas, el humano se dirigió al sofá más lejano.-Descuida, no te mataré~...aún.- el shinigami adoraba hacer eso.
Minutos de incómodo silencio, sobraban.
Le echó una corta mirada al reloj de su muñeca derecha, ante la mirada extrañada del menor.Faltában, recién, dos minutos para las cuatro de la tarde--¿¡Qué!?, ¿recién las cuatro?, awww -se quejó - Esto se me hará eterno...
Ronald, era de los que necesitaban hablar para no aburrirse, pero no ser el centro de atención como su tan conocido superior, por lo que NECESITABA charlar, para evitar su tan odiado aburrimiento.
--Y bueno...-señaló al menor- que extrañas ropas llevas...¿Qué hay de tu vida?~
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No contesté ayer por lo del juego u__u ~
Al llegar al edificio y después de señalarle a Ciel la ventana la cual pertenecía a su departamento, se retiró de la mirada del menor.
Su primer objetivo al llegar a su departamento, fué el sofá.Se tiró sobre este y ubicó sus piernas sobre los brazos del sillón, estresado y preocupado.
--Me pregunto si podrá solo... -sacudió la cabeza, en señal de que no era asunto suyo y no debía de por qué preocuparse.
Recordaba, lo que Ciel le había dicho un rato antes...
¿De verdad renunciaría a su honor de shinigami...así de fácil?.
No.
No la rompería ni dejaría que otro lo hiciera.
Ronald sabía que Ciel no sería capturado así de fácil.Tenía una personalidad potente y fuerte, como la de un adulto.Era muy dependiente de otros, pero podía cuidarse solo si se le dejaba por su propia cuenta.¿Por qué el niñato tendría tal personalidad?.Ronald, nunca había visto a los padres de Ciel.Por eso es que el conde actuaba de esa forma...para aparentar superioridad y respeto, y disimular la apariencia de lo que realmente era : un niño pequeño desconfiado, con miedo y con inquietudes en su alma...y Ronald sabía mucho de almas.Podría ayudarle siendo más amable.Ahora que el shinigami de cabello bicolor razonaba, quizás...sólo quizás...Ciel no dijo esas cosas a propósito...esa era su propia manera de defensa: las palabras.Ronald tenía su forma de protección, su Death Scythe como arma y forma de defensa y Ciel tenía la suya, su voz.
Esa pregunta le llevó a preguntarse también el por qué habría hecho un pacto con aquél estúpido demonio.Algo que marcó su vida debió de haberle ocurrido al llevar tal drástica desición.La curiosidad le mataba...quizás en la biblioteca, leería su record...
Sus pensamientos fueron interrumpidos al oír unos pesados pasos detrás de la puerta, se levantó para ir a buscar al menor, en caso de que no recordase la ventana que le señaló y pasara de largo a buscar otra habitación.Parecía que se estaba preocupando demasiado.Al creer que estaba inquietado por culpa del menor, se volvió a sentar.--No es asunto mío...-y se cruzó de brazos, esperado el tan ansiado golpe.
Al escuchar los golpeteos en la puerta, se levantó apresurado, cási corriendo, y fingió tranquilidad al abrirla.
Al ver tán pequeña estatura, le reconoció de inmediato, y le abrió paso para ingresar a su no tan gran departamento.
De un momento a otro, al visualizar al menor en el suelo, después de su vergonsozo tropiezo, echó una gran carcajada, sin poder recomponer la compostura seria que tenía.Se llevó las manos a la boca, para callar la contagiosa risa y evitar llamar la atención de los chismosos vecinos.El menor, sonrojado, trataba de levantarse, pero sin éxito alguno.
Al lograr calmarse, le ayudó a enderezarse - Ah ~ venga, déjame ayudarte ~.-El shinigami, se posicionó tras y sobre el menor y le tomó de los antebrazos, pero al llegar a una altura donde el conde podía mantenerse solo, se separó bruscamente, obviamente, tratando de mantener su orgullo como conde y perro de la reina de Londres.
-Mhmm, que amargado eres, sólo trataba de ayudarte.-posicionó sus recién rechazados brazos tras su espalda, dándole la misma, al menor.-Yo no soy el culpable de tu torpeza, tú mismo lo eres ~
Se sentó en el sofá seguido del menor, mas, el humano se dirigió al sofá más lejano.-Descuida, no te mataré~...aún.- el shinigami adoraba hacer eso.
Minutos de incómodo silencio, sobraban.
Le echó una corta mirada al reloj de su muñeca derecha, ante la mirada extrañada del menor.Faltában, recién, dos minutos para las cuatro de la tarde--¿¡Qué!?, ¿recién las cuatro?, awww -se quejó - Esto se me hará eterno...
Ronald, era de los que necesitaban hablar para no aburrirse, pero no ser el centro de atención como su tan conocido superior, por lo que NECESITABA charlar, para evitar su tan odiado aburrimiento.
--Y bueno...-señaló al menor- que extrañas ropas llevas...¿Qué hay de tu vida?~
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No contesté ayer por lo del juego u__u ~
Ronald Knox- Mensajes : 334
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Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
Era demasiado humillante para ser verdad.
Las latas habían volado muy lejos y fuera del alcance de ambos chicos, Ciel, incluso suspiró aliviado. Había pasado una penosa travesía por las escaleras y ahora, el perfume del detergente con el que recientemente habían lavado la alfombra le inundaba la nariz. Estornudó, sin poderse levantar debido al esfuerzo por respirar que estaba haciendo por su asma y su coraje, que comenzaba a hacerse más grande a medida que las carcajadas de Ronald crecían. Ya se podía imaginar a todos sus vecinos corriendo a la puerta y preguntándole porqué reía tanto y descubriendo a Ciel ahí. Por más que Ciel daba tumbos en el suelo y tosía, el maldito rubio teñido no hacía nada por ayudarle. Y luego... Fue cuando lo pensó.
El
Recibiendo...
Ayuda............
Que humillante, el poderoso Conde Phantomhive siendo levantado por un simple shinigami adolescente... Y fuee cuando notó el mínimo atisbo de caballerosidad en Ronald y logró calmarse si apenas un poco. Le había dejado levantarse solo.
-Como si realmente planearas hacerlo. Tu plan seguramente es dejarme aquí, burlarte de mi todo lo que puedas y luego regresarme con Sebastian... No sin antes haberte divertido todo lo que quieras. --Le respondió con una clásica sonrisa de fastidio, mientras tomaba asiento en uno de los sillones. Notó su hiperactividad, notó la manera en la cual movía su pierna y trataba de entablar una conversación y Ciel de pronto, por primera vez, vio que tan parecido era al pelirrojo.
-Tu... te pareces demasiado a Sutcliff, Ronald -Dijo, por primera vez llamando al pelirrojo por su nombre. -Supongo que no por nada lo llamas senpai...--Le dejó saber, suspirando, mientras se tallaba su anillo, retirándose las ropas negras y quedando nuevamente en su traje de noble, sucio, pero su traje al fin y al cabo. -Te contaré la historia de esto. Érase una vez un Conde que había pedido por ayuda, y al cual dejaron botado enmedio de un mundo donde el solo ser descubierto significa una pena de muerte y con el cual luego, jugaron a burlarse toda la tarde hasta que cierto pelirrojo tuviera que checar su regreso a su base y cierto mayordomo se acuerde que dejó algo botado....--Dijo con fastidio, sin darse cuenta que había caminado al sillón donde se hallaba Ronald y tenía la mano justo sobre su nariz y medio cuerpo sobre él, amenazador. -NO TE RIAS KNOX! -Gritó, exasperado.
-No es gracioso.... -Dijo, al final, mirándole fúrico.
Las latas habían volado muy lejos y fuera del alcance de ambos chicos, Ciel, incluso suspiró aliviado. Había pasado una penosa travesía por las escaleras y ahora, el perfume del detergente con el que recientemente habían lavado la alfombra le inundaba la nariz. Estornudó, sin poderse levantar debido al esfuerzo por respirar que estaba haciendo por su asma y su coraje, que comenzaba a hacerse más grande a medida que las carcajadas de Ronald crecían. Ya se podía imaginar a todos sus vecinos corriendo a la puerta y preguntándole porqué reía tanto y descubriendo a Ciel ahí. Por más que Ciel daba tumbos en el suelo y tosía, el maldito rubio teñido no hacía nada por ayudarle. Y luego... Fue cuando lo pensó.
El
Recibiendo...
Ayuda............
Que humillante, el poderoso Conde Phantomhive siendo levantado por un simple shinigami adolescente... Y fuee cuando notó el mínimo atisbo de caballerosidad en Ronald y logró calmarse si apenas un poco. Le había dejado levantarse solo.
-Como si realmente planearas hacerlo. Tu plan seguramente es dejarme aquí, burlarte de mi todo lo que puedas y luego regresarme con Sebastian... No sin antes haberte divertido todo lo que quieras. --Le respondió con una clásica sonrisa de fastidio, mientras tomaba asiento en uno de los sillones. Notó su hiperactividad, notó la manera en la cual movía su pierna y trataba de entablar una conversación y Ciel de pronto, por primera vez, vio que tan parecido era al pelirrojo.
-Tu... te pareces demasiado a Sutcliff, Ronald -Dijo, por primera vez llamando al pelirrojo por su nombre. -Supongo que no por nada lo llamas senpai...--Le dejó saber, suspirando, mientras se tallaba su anillo, retirándose las ropas negras y quedando nuevamente en su traje de noble, sucio, pero su traje al fin y al cabo. -Te contaré la historia de esto. Érase una vez un Conde que había pedido por ayuda, y al cual dejaron botado enmedio de un mundo donde el solo ser descubierto significa una pena de muerte y con el cual luego, jugaron a burlarse toda la tarde hasta que cierto pelirrojo tuviera que checar su regreso a su base y cierto mayordomo se acuerde que dejó algo botado....--Dijo con fastidio, sin darse cuenta que había caminado al sillón donde se hallaba Ronald y tenía la mano justo sobre su nariz y medio cuerpo sobre él, amenazador. -NO TE RIAS KNOX! -Gritó, exasperado.
-No es gracioso.... -Dijo, al final, mirándole fúrico.
Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
--¿Me parezco? - de una manera algo inocente, se apuntó con el dedo indice- ¿En qué? nunca me había percatado de eso...explícame.-suspiraba, mientras el otro se desvestía dejándo al descubierto, su ropa de noble.Al shinigami le parecía algo incómoda.Si su traje era molesto, no podía imaginarse como lo sería aquella vestimenta, ahora, sucia.Podría hacer su buena acción del día y ofrecerle algo de ropa limpia...- El es sólo mi superior, no influye que se me parezca o que yo me parezca a él para respetarle.- rió-
Agarró la muñeca de Ciel para retirarla con lentitud, pero sin quitarse el menor de encima.Al mayor, se le vino un pensamiento fugáz a la mente, por suerte, fué sólo durante un milisegundo: creyó que si se lo quitaba de encima, al ser tan frágil y pequeño, se quebraría en un movimiento brusco o erróneo.-- De verdad eres molesto ¿verdad?, a veces, ese tonto demonio me da lástima.Pero después recuerdo su condición de bestia y que será aniquilado por algún shinigami y sonrío otra vez ~ - El conde frunció el ceño, gesto visto millones de veces por el shinigami -¡No te enojes!, no sabes lo difícil que es entablar una conversación contigo - se le escapó una pequeña pero notable carcajada - Perdóname, se me pasará luego...mhmhmh - llevó su otra mano a la boca, para evitar otro ataque de risa.De verdad no quería que el otro se enojase, estaría con él, quizás, el resto del día y no quería estar aburrido sin hablar...ojalá que se fuese antes de las doce, ya que recordó que tenía una fiesta...se lo diría después.
--Ah~, ya que me cuentas esa tan familiar historia... -se relajó, después vería que haría con lo de la fiesta -- me pregunto...¿cómo es que ese demonio tuyo sabrá que tú estás aquí?¿en un departamento?¿con un shinigami? ¿conmigo? -soltó la muñeca del menor para tocar con el dedo indice la nariz de Ciel -Yo no pienso en ir a dejarte a ese mundo de humanos, tengo cosas que hacer...¿sabes algo? -ahora dirigió su dedo a la frente del menor- tu ropa sucia está ensuciándo mi departamento, incluyéndome, y acabo de lavar la alfombra.-miró con algo de desprecio al menor, pero sin odio --Podría pasarte ropa limpia, pero si te quitas no hay ningún problema.-El rostro del menor era un poema.
Debería invitarle a su departamento más seguido.A pesar de ser un crío molesto, era bueno para hacer reír a la gente...o por lo menos reírse de él.
-- ¿Ropa informal o mi pijama?-
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PERDONPERDONPERDONPERDON por la demora! Se tardaron un día completo en arreglar mi computador (cosa que no funcionó ¬¬), busqué durante toda una tarde Vocaloid, tardé otro día más en buscar todas las librerías que quería, y en el resto de los días no me imaginaba que podía escribir.También perdoneme por lo cortito que me salió TT^TT
Agarró la muñeca de Ciel para retirarla con lentitud, pero sin quitarse el menor de encima.Al mayor, se le vino un pensamiento fugáz a la mente, por suerte, fué sólo durante un milisegundo: creyó que si se lo quitaba de encima, al ser tan frágil y pequeño, se quebraría en un movimiento brusco o erróneo.-- De verdad eres molesto ¿verdad?, a veces, ese tonto demonio me da lástima.Pero después recuerdo su condición de bestia y que será aniquilado por algún shinigami y sonrío otra vez ~ - El conde frunció el ceño, gesto visto millones de veces por el shinigami -¡No te enojes!, no sabes lo difícil que es entablar una conversación contigo - se le escapó una pequeña pero notable carcajada - Perdóname, se me pasará luego...mhmhmh - llevó su otra mano a la boca, para evitar otro ataque de risa.De verdad no quería que el otro se enojase, estaría con él, quizás, el resto del día y no quería estar aburrido sin hablar...ojalá que se fuese antes de las doce, ya que recordó que tenía una fiesta...se lo diría después.
--Ah~, ya que me cuentas esa tan familiar historia... -se relajó, después vería que haría con lo de la fiesta -- me pregunto...¿cómo es que ese demonio tuyo sabrá que tú estás aquí?¿en un departamento?¿con un shinigami? ¿conmigo? -soltó la muñeca del menor para tocar con el dedo indice la nariz de Ciel -Yo no pienso en ir a dejarte a ese mundo de humanos, tengo cosas que hacer...¿sabes algo? -ahora dirigió su dedo a la frente del menor- tu ropa sucia está ensuciándo mi departamento, incluyéndome, y acabo de lavar la alfombra.-miró con algo de desprecio al menor, pero sin odio --Podría pasarte ropa limpia, pero si te quitas no hay ningún problema.-El rostro del menor era un poema.
Debería invitarle a su departamento más seguido.A pesar de ser un crío molesto, era bueno para hacer reír a la gente...o por lo menos reírse de él.
-- ¿Ropa informal o mi pijama?-
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PERDONPERDONPERDONPERDON por la demora! Se tardaron un día completo en arreglar mi computador (cosa que no funcionó ¬¬), busqué durante toda una tarde Vocaloid, tardé otro día más en buscar todas las librerías que quería, y en el resto de los días no me imaginaba que podía escribir.También perdoneme por lo cortito que me salió TT^TT
Ronald Knox- Mensajes : 334
Fecha de inscripción : 02/06/2011
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Re: Niños estos días -- Desafío Ronald x Ciel
--Tu risa y tu manera de ver las cosas que deberían ser serias. --Le dijo, suspirando mientras pensaba en que tan rápido debía correr Grell para que Sebastian no pudiera alcanzarle. Ahora que lo pensaba, el shinigami rojo era bastante fuerte, demasiado molesto, muy rápido... Parecía más demonio que shinigami. Y sin embargo Ciel odiaba que a pesar de toda la miseria que debía marcar su vida, el rechazo que todos los demás le daban, Grell siempre sonreía, siempre bromeaba.
Grell era feliz, a pesar de todo.
Ciel lo odiaba, porque él no podía.
Frunció el ceño cuando Ronald le dijo que Sebastián sería aniquilado por algún shinigami en un futuro. No podía evitar pensar que, a pesar de lo que todos creían, no le importaba para nada lo que pasara con el demonio después de haber cumplido su venganza. Sebastián era un caballo dentro del tablero de ajedrez, una pieza que le serviría hasta ganar la partida y luego de eso, se volvería contra él, devorándole. Si era cierto que las almas permanecían vivas dentro del cuerpo de los demonios, sufriendo por la eternidad, Ciel reiría hasta morir si algún shinigami derrotaba al demonio, llamándole estúpido si es que Sebastián podría llegar a escucharle. Apretó los ojos ante tan estúpidos pensamientos, fijando su atención en el presente, en el rubio que no le retiraba de sobre él, pero que tampoco parecía darle una solución a sus problemas inmediatos.
Escuchó sus palabras con atención y no pudo evitar sonrojarse de la vergüenza. El llamar a Sebastián suponía que tenía que cancelar una orden. El cancelar una orden suponía la humillación por parte de su demonio por bastantes semanas y no quería predisponerse a andar con una mueca de fastidio por tanto tiempo. Notó la forma tan juguetona en la cual Ronald parecía estar regañándolo como niño pequeño. No tenía caso decirle que no era un niño, que era el conde Phantomhive, perro de la Reina y que debería tratarlo como tal. No, no había caso... Ronald no iba a escucharle, es más... No le importaba.
Interesante para Ciel, nunca había encontrado nadie a quien realmente no le importara lo que él pensaba, hacía o dejase de hacer. Ronald había sido el primero... Ciel entonces tuvo una idea, algo que él sabía había necesitado demasiado tiempo y que no podía hacerlo con nadie que realmente conociera, con quien compartiera la vida diaria, so pena de saber que se burlarían de él por mucho tiempo, o se preocuparían y los tendría encima el resto de su vida: Ciel iba a ser sincero.
--Pijama, por favor. --Pidió, levantándose y a propósito poniéndose de pie en la alfombra de Ronald, encogiéndose de hombros al notar que parte de sus medias dejaban una pequeña mancha café. --No se como me encontrará, ya que tengo que llamarlo para que sepa donde está. No creo que vaya a explorar el mundo entero de ustedes sin sufrir ningún rasguño, pero eso tampoco me importa. --Le dijo, apoyando el pie y arrastrándolo por la alfombra, sonriendo mientras veía el manchón extenderse por la tela que parecía ser fina. --Gracias por la hospitalidad que me ofreciste... Y disculpa lo de tu alfombra... Los niños de estos días no sabemos como comportarnos. --Dijo, mirándolo con agudeza y sonriendo, imitando la mueca infantil que Madam Red le obligaba a poner en ocasiones.
Si Ronald no lo iría a dejar a su mundo hasta que Sebastián llegase, Ciel estaba bien con eso. Se iba a divertir.
Grell era feliz, a pesar de todo.
Ciel lo odiaba, porque él no podía.
Frunció el ceño cuando Ronald le dijo que Sebastián sería aniquilado por algún shinigami en un futuro. No podía evitar pensar que, a pesar de lo que todos creían, no le importaba para nada lo que pasara con el demonio después de haber cumplido su venganza. Sebastián era un caballo dentro del tablero de ajedrez, una pieza que le serviría hasta ganar la partida y luego de eso, se volvería contra él, devorándole. Si era cierto que las almas permanecían vivas dentro del cuerpo de los demonios, sufriendo por la eternidad, Ciel reiría hasta morir si algún shinigami derrotaba al demonio, llamándole estúpido si es que Sebastián podría llegar a escucharle. Apretó los ojos ante tan estúpidos pensamientos, fijando su atención en el presente, en el rubio que no le retiraba de sobre él, pero que tampoco parecía darle una solución a sus problemas inmediatos.
Escuchó sus palabras con atención y no pudo evitar sonrojarse de la vergüenza. El llamar a Sebastián suponía que tenía que cancelar una orden. El cancelar una orden suponía la humillación por parte de su demonio por bastantes semanas y no quería predisponerse a andar con una mueca de fastidio por tanto tiempo. Notó la forma tan juguetona en la cual Ronald parecía estar regañándolo como niño pequeño. No tenía caso decirle que no era un niño, que era el conde Phantomhive, perro de la Reina y que debería tratarlo como tal. No, no había caso... Ronald no iba a escucharle, es más... No le importaba.
Interesante para Ciel, nunca había encontrado nadie a quien realmente no le importara lo que él pensaba, hacía o dejase de hacer. Ronald había sido el primero... Ciel entonces tuvo una idea, algo que él sabía había necesitado demasiado tiempo y que no podía hacerlo con nadie que realmente conociera, con quien compartiera la vida diaria, so pena de saber que se burlarían de él por mucho tiempo, o se preocuparían y los tendría encima el resto de su vida: Ciel iba a ser sincero.
--Pijama, por favor. --Pidió, levantándose y a propósito poniéndose de pie en la alfombra de Ronald, encogiéndose de hombros al notar que parte de sus medias dejaban una pequeña mancha café. --No se como me encontrará, ya que tengo que llamarlo para que sepa donde está. No creo que vaya a explorar el mundo entero de ustedes sin sufrir ningún rasguño, pero eso tampoco me importa. --Le dijo, apoyando el pie y arrastrándolo por la alfombra, sonriendo mientras veía el manchón extenderse por la tela que parecía ser fina. --Gracias por la hospitalidad que me ofreciste... Y disculpa lo de tu alfombra... Los niños de estos días no sabemos como comportarnos. --Dijo, mirándolo con agudeza y sonriendo, imitando la mueca infantil que Madam Red le obligaba a poner en ocasiones.
Si Ronald no lo iría a dejar a su mundo hasta que Sebastián llegase, Ciel estaba bien con eso. Se iba a divertir.
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