Yes, My Lord
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Habitacion de Alois Trancy

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Mensaje  Alois Trancy Jue Jun 02, 2011 1:24 pm

lugar en donde duerme el conde, aunque normalmente no con agrado
Alois Trancy
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Mensaje  claude Faustus Sáb Jun 11, 2011 7:51 pm




Durante el corto trayecto los zapatos de Claude resonaron en el solitario pasillo, un paso tras otro, sin prisa, con el blanquísimo cuerpo de su amo cubierto solo por una bata de baño, entre los brazos, mientras le susurraba al oído: yo estaré aquí para deshacerme de todo lo que no quiera, para desaparecer todo lo que le desagrada, para mover de sitio todo lo que me pida…

Para cuando por fin llegaron a la habitación del mas joven, Claude lo sentó sobre la cama, después de encender un par de velas, limpio un poco el lloroso rostro con un delicado pañuelo blanco, cuando el pañuelo paso por los labios de Alois, Claude no se resistió y planto un beso fugaz sobre ellos, aquello distaba mucho de ser un beso lujurioso, por el contrario, había sido un impulso incitado desde algún lado de su pecho.

Le puso el pijama, moviéndolo tal cual muñeco, después lo metió en la cama, y ocupo la silla cercana al lado de la cabecera.

- Estaré aquí siempre lo protegeré, no tiene nada mas que temer… he destruido lo que usted odia, y lo volvería a hacer…

Claude siguió hablando, susurrando palabras tranquilizadoras, con el único fin de calmar el alma dañada de su amo, de hacerlo descansar.


Claude no había evitado la orden de hacer la noche eterna, lo cumpliría, por supuesto como todas las ordenes, pero estaba más que dispuesto a esperar un poco a que su joven amo se sintiera un poco mejor. Aquella noche eterna podía convertirse en mucho mas… no había prisa. Por primera vez en mucho tiempo, sonrio mientras miraba el delicado cuerpo de Alois caer en un dulce sueño.
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Mensaje  Alois Trancy Vie Jun 24, 2011 1:55 pm

No planeaba salir de aquel baño pero él tenia razón hacia ya demasiado frio, además cuando su mayordomo lo cargo solo deseaba permanecer así. Se había quejado cuando le colocaba la pijama, sin embargo la cálida cama le dejaba continuar percibiendo la comoda sensación de los brazos de su mayordomo y el beso que habia depositado en sus labios lo silenció. Sentía la pesadez en sus ojos como si cada palabra que escuchaba resonar en sus oídos le hipnotizara a obedecer la petición de conciliar el sueño, lo único que pudo conseguir ante tal lucha fue estirar su mano en dirección de Claude, la cual quedando sin fuerzas callo rendida sobre las sabanas, ahora estaba profundamente dormido.


_ O _ O_

El apagado sol que entraba por sus cortinas abiertas molesto sus ojos provocando al fin despertarlo. Miro la silla a un lado suyo, no hallando a nadie se levanto.

--Claude? … Claudeee!!

Con su vocecilla lo llamaba, sin obtener respuesta comenzó a buscarlo por los pasillos de la mansión, “es extraño que no hubiera ido a despertarme” pensaba. Caminando descalzo sobre las rasposas alfombras del corredor sentía un ambiente impregnado de soledad y silencio. Aquel lugar estaba grisáceo, faltante de luz pese al sol matutino, parecía tan tétrico. Apresuro su paso al no encontrar siquiera a Hannah, la cual estaba a esas horas limpiando cerca de su habitación. Todo aquello lucia demasiado fuera de lugar, pese a aparentar normalidad se plasmaba en cada cuarto algo sospechoso.

--Claudeee? …. No es divertido esto!! ¿Donde estas? (estaba enojado todo esto le provocaba paranoia)

Antes de despertarlo diariamente, su mayordomo, se aseguraba de supervisar todo el trabajo de los trillizos. Los sirvientes de cabello purpura tampoco aparecían. Permaneció quieto en el centro de la cocina, a la cual había llegado.

--“¿Qué diablos pasa? Ni siquiera las aves matutinas se escuchan como de costumbre” (se decía internamente … La habitación de Claude!!

Mas tardo en pronunciarlo que en subir las escaleras hacia el lugar, estaba a fuera de esta, lo inundaban ansiedad y miedo; no quería abrir la puerta, tampoco quería permanecer solo. Por fin giro la dorada perilla, el lugar estaba alumbrado totalmente a diferencia de todas las demás partes de la mansión. La ausencia de Claude irradiaba en el lugar. Era demasiado extraño, cualquiera hubiera creído que se trataba de un macabro juego. Todo la mansión llena de ese frio ambiente y falta de luz parecía mas pertenecer al demonio que esa alcoba totalmente llena de vida. Algo andaba mal, había entrado antes y no recordaba que fuera así

--¿ la habría cambiado sin decirme nada? (se pregunto)

Dirigió su mirada a un gran espejo pulcro que se encontraba a un costado de la cama del lugar.

--No recuerdo haberlo visto ….

Se dijo mientras caminaba hacia el mueble, toco un poco con las yemas de sus dedos las viejas orillas de madera, en ellas tenían grabados como de telaraña enseguida miro su reflejo, su rostro se notaba preocupado lo cual no le agrado, mostrando su lengua intento calmarse, en ese instante descubrió algo anormal su reflejo no llevaba la marca del pacto y se notaba mas obscuro casi sin color, mirando de cerca llevo una mano al frente hasta tocar el cristal, la imagen imito el movimiento. Los ojos de Alois se abrieron totalmente, un escurridizo miedo le recorrió por todo el cuerpo, su reflejo le sonreía de forma terrorífica y alrededor de este la luz desaparecía.

--Yo se donde esta ...

Murmuro roncamente desde el otro lado. El joven rubio camino pocos centímetros atrás petrificado, pero la mano del otro se alargo de forma inhumana tomándolo de sus camisa lo jalo hacia adentro del espejo con fuerza lo abrazo.

--Sueltameee! Claudeee!!

Grito mientras caían por un inexplicable mar obscuro, aquellos brazos eran demasiado fuertes como para poder liberarse de ellos, luchaba por salir de esas aguas que poco a poco comenzaban a asfixiarlo, las garras que salían de las manos de su reflejo se enterraban dolorosamente en su espalda.

--¿Tienes miedo de ti? … (su vos era siniestra y a pesar de estar dentro de aquel helado mar se escuchaba a la perfección) yo … simplemente soy tu …

Concluyo para de una forma dolorosa fusionarse con Alois, este alterado abrió un poco sus ropas, tocándose el pecho intento sustraer a esa casi sombra pero fallo, dentro de ese obscuro liquido le faltaba ya el aire, al fin pudo inhalar profundamente ahora estaba en una enorme telaraña, a su alrededor se encontraba una pesada neblina. La dueña de ese tejido una enorme araña se dirigió hacia él.

--Claude??

Sonriendo pensó estar a salvo, pero el animal se acercaba a el falto de razón y de una forma agresiva.

--Que haces??

Un chillido irreconocible se escucho, provocándole cerrar sus ojos, el sonido se transformo en un grito de mujer, al mirar nuevamente todo había cambiado estaba rodeado de llamas las cuales quemaban el pueblo en el que ahora se encontraba, lo recordaba aquí ya había estado, era el lugar en donde por mucho tiempo lo humillaron tratándole como esclavo. Dentro de si comenzó a percibir una sensación de desesperación por buscar a Luka, su mente estaba totalmente confundida, ya no reaccionaba, no sabia si era aquello verdad o mentira y tal pareciera que alguien jugaban con sus recuerdos. Cuerpos de aldeanos rodeaban el lugar pero esto no fue lo que llamo su atención, una silueta que se visualizaba dentro de las llamas lo atrajo, parecía estar tranquila pese a permanecer dentro del caluroso infierno, entrecerró sus ojos para intentar distinguirlo. Era un mayordomo, pero no Claude.

--¿Sebastian Michaelis?

Su respiración se acelero al mirarlo sacar de la nada varios cuchillos de plata, dirigiéndole su peculiar sonrisa le arrojo los filosos cubiertos, cubriéndose la cara sintió como una ráfaga de viento lo envistió. Unas avejentadas manos lo sujetaron con brusquedad, al mirar nuevamente una rojiza luz le mostro ahora un largo pasillo y delato el anciano rostro del viejo conde, el cual se acercaba al rubio intentando lamerlo; Alois jalándose persistía en huir lo cual, le fue imposible.

-Claudee!! Ven…

Ordeno antes de que el opresor terminara de acercársele provocando que reviviera en su interior las sensaciones dolorosas que en el pasado había conocido. Un par de guantes impecables sujetaron al viejillo por el cuello y en un solo movimiento de sus largos dedos degolló al adulto salpicando parte de la sangre en el rostro del joven amo. La mirada eterna tras los anteojos transparentes de Claude lo observaron fijamente para concluir en darle una asfixiante abrazo y levantarlo del piso. No entendía nada, solo volvía a escuchar como de eco las palabras de su mayordomo - Estaré aquí siempre lo protegeré, no tiene nada mas que temer… he destruido lo que usted odia, y lo volvería a hacer….-

Las blancas manos tras los guantes empezaron a mutar, tomando la misma forma como su reflejo, sus uñas volvieron a incrustarse en su espalda mientras se continuaba repitiendo aquella frase - Estaré aquí siempre lo protegeré, no tiene nada mas que temer… he destruido lo que usted odia, y lo volvería a hacer…-
Ahora dudaba que aquel ser junto a el se tratara de se mayordomo.


_O_O_O

Las velas danzaban sobre aquel buro, el frágil cuerpo de Alois se encontraba tendido en su cama, daba pequeños movimientos en la mano que aun permanecía estirada, la gesticulación de su rostro reflejaba cada sensación que percibía. Se encontraba soñando, para el todo aquello se notaba verdadero y largamente agobiante, mientras que en la realidad apenas había cerrado sus ojos. De sus labios brotaba un constante y suplicante murmullo.

-Claaa ..udee …




















[justify][i][u]
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Mensaje  claude Faustus Vie Jul 15, 2011 6:27 pm

Claude, escucho la temblorosa voz suplicante de su joven amo llamarlo, antes de que abriera la puerta de la habitación. En las manos llevaba un recipiente de porcelana con un poco de agua helada, al igual que un paño blanco.

Antes de sentarse al lado de la cama, hizo una leve reverencia. Coloco el agua a un lado, después con suma elegancia desprendió el guante blanco de una de sus manos. Alois estaba tembloroso, pálido y su frente lucia algunas gotas de sudor debido a la reciente pesadilla. La mano desnuda del demonio viajo lentamente, hasta posarse sobre la frente del menor.



- Como lo imagine. – dijo Claude percibiendo la temperatura anormal de su amo – tiene fiebre, esta resfriado.



Separo su mano de la piel de Alois, inmediatamente después comenzó a quitarse el otro guante que aun tenia puesto. Mojo el paño y comenzó a intentar bajar la fiebre del más joven postrado en la cama, este estaba inusualmente calmado y obediente, lo cual solo significaba una cosa: la fiebre era tan alta que lo mantenía fuera de combate.


Después de un rato el joven conde comenzó a adormilarse. El mayordomo, lo dejo descansar pues al parecer la fiebre ya había bajado, pero aun cuando sabia que Alois estaba mejor, se preparo para una pesada noche velando sus sueños sentado a su lado.

Alois dormía, su suave y acompasada respiración le indicaban a Claude que la fiebre ya se había ido por completo, de vez en cuando el rubio murmuraba algo entre sueños, al mismo tiempo que arrugaba la frente y apretaba los labios… pesadillas… Claude se encontró a si mismo acariciando el cabello del menor, tranquilizándolo, haciéndole saber que estaba ahí, a su lado, protegiéndolo incluso en sus sueños.



La mañana llego con un sol radiante y especialmente brillante, la luz intensa se colaba incluso por las cortinas cerradas. Alois se despertó, pero su mirada tardo un poco en acoplarse a la luz.


- El desayuno esta listo.



Fueron las palabras de Claude en cuanto la mirada del menor topo con el.



Sin esperar respuesta acomodo las almohadas para hacer que Alois se sintiera cómodo. Poco después se dedico a alimentarlo, el rubio se quejo un par de veces, pues el té era demasiado fuerte para su gusto, pero Claude explico que era un te especial para el resfriado.



- El día de hoy se quedara en la cama, he hecho venir a un medico, el cual espera abajo listo para revisarle su resfriado. – hizo una reverencia, y después le lanzo una mirada, la cual le decía que no admitiría protesta de su parte.-



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Mensaje  Alois Trancy Jue Jul 21, 2011 3:14 pm

Se llevo una mano a la frente, estaba intentando recordar que había pasado, su cabeza se encontraba entre la realidad y la fantasía “¿todo lo que había ocurrido anoche era un simple sueño?” … entonces comenzó a revivirlo nuevamente en su mente, si, Claude había estado a su lado dentro de ese baño silencioso, le había besado, acariciado y también recordaba sucomprensiva mirada cuando lo trasladaba a su alcoba, sin embargo estaba molesto, había dejado que le alimentara y le conversara sobre nada en especial, pero ahora estaba consciente, recordaba cada momento de aquel casi eterno y seductor encuentro.

Su mayordomo había salido de la habitación, seguramente en búsqueda del medico. Se dispuso a salir de la cama moviéndose con un poco de dificultad, estaba sentado al borde deesta quieto completamente, había algo que no podía entender, “ira”… “enojo”…“decepción”… “melancolía”…. Todo esto y muchos mas crueles sentimientos crecían revolviéndose entre su pecho al siquiera imaginarse que todo aquello solo era parte de una actuación, que la ahora pasada noche Claude sencillamente había fingido que le deseaba. Se levanto. Su mirada se clavo con la tetera, taza y demás utensilios de porcelana, que el otro le había traído para que desayunara, su semblante muto rabioso.

-tan serio… tan fiel…¡¡TAN FRIIOO!!

Grito para luego tomando con furia aquellos objetos los arrojara contra la puerta provocando un ruidoso desastre, su respiración estaba agitada, su vista dilatada.

-¡llévatelo! … ¡¡sácalo de aquí no necesito ningún medico!!… ¡¡no necesito a nadie!! …

Le gritaba pese a que este no se encontrara presente, se odiaba así mismo por haberse rendido, por dejar pasar aquella noche como poco valiosa, le odiaba a él también, aborrecía su seriedad.

- ¡Te odio! … ¡te odio Claude! … ¡¡a ti y a todas las malditas personas que me dejaron a un lado … que me abandonaron!!

Sin soportarlo mas callo rendido a un lado de su cama, había dejado de gritar, ahora solo se escuchaba su débil llanto.

- … no .. no es así …¿por que no puedo odiarte? … ¿por que me es imposible hacerlo?...duele...*lloriqueaba*

En su mente solo podía pensar que su mayordomo se había librado de él aquella noche, a pesar de que le había rogado que la volviera eterna, no había hecho nada para evitar que pasara veloz entre sus dedos.

De pronto se palpo el pecho, estaba humedecido, le extraño, pudo volver a sentir el cansancio de antes,en verdad había enfermado, de pronto aquella imagen relució entre sus pensamientos, su mayordomo acariciándole, resguardando sus sueños, velando pendiente de su débil amo, mirándole con una poca usual preocupación y ternura, cumpliendo cada promesa de estar siempre fiel a su lado cuidándole.

Se paso los dedos por sus rubios flequillos. Le era tan difícil comprenderle, descifrar si jugaba con él, si le veía como algo simple a devorar, o si aun que fuera muy dentro de su congelado pecho, aparentemente carente de emociones le apreciara como lo más valioso, cuanto anhelabaque lo ultimo fuera la verdad.
Recargo su cabeza sobre la orilla de la cama, comenzaba a temblar, su cuerpo se sentía cálido pese a estar sudando frío. Suspiro un tanto aliviado, espero ahí acomodado sobre la dura madera de su suelo, solo quería verlo entrar, pero esta vez intentaría mantenerse firme, “aparentar” aunque seguramente poco le serviría después de suanterior espectáculo maniático.

Salían a relucir en su cabeza las memorias de Claude y su poco notable pero puro afecto y entrega hacia su joven amo.No, no había mentido, todo había sido real y autentico; al darse cuenta de su error y de su precipitada acción volvió a sumergirse entre su frustradaansiedad,-“por que tenia que actuar de esa manera, sin pensar”-se decía, le había causado siempre problemas a su mayordomo con el simple fin de llamar su atención, era caprichoso, violento, celoso,posesivo y la causa que siempre avivaba estas emociones era el miedo de perderle; respiro profundamente cuando escucho los pasos del demonio acercándose, sintió nervios cuando se percato de que el otro abría la puerta, sin mirarle hundió su rostro entre las palmas de sus manos de las cuales escurrían sus transparentes lagrimas, para luego confesar tontamente con sinceridad -“lo siento … pensé que .. tu …buscabas alejarte de mi … mi mente esta repleta de sueños macabros … estoy confundido … yo … yo …. ”- muy en el fondo se disponía a confesarle lo que sentía sin embargo no lo logro y permaneció ahí en silencio.
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Mensaje  claude Faustus Lun Jul 25, 2011 7:19 am

La escena era casi desgarradora, el cuerpo tembloroso del joven conde sobre el piso, al lado de la cama, sollozando, mirando a Claude con aquellos bellos ojos húmedos…

-“lo siento… pensé que... tu…buscabas alejarte de mi… mi mente esta repleta de sueños macabros… estoy confundido… yo… yo…. “


Aunque las palabras fueron dirigidas hacia el mayordomo-demonio, el medico fue el que hizo ademan para acercarse al joven rubio.

- La fiebre esta hablando por el. ahora mismo lo revisare y…


Las palabras del medico viejo y regordete fueron paradas en seco por la imagen de Claude interponiéndose, impidiéndole así, dar un solo paso mas, una leve reverencia le fue otorgada con elegancia.


- Cometí un error – se disculpo - el conde Trancy no desea verlo ahora.


Claude sabia que Alois necesitaba un medico ahora, pero había decidido revisarlo el mismo… no había nada que no pudiera hacer, nada que no estuviera dispuesto a intentar… nada que no pudiera lograr, y ahora viendo al joven rubio de esta manera tan vulnerable, y con estas palabras de total sinceridad siendo dirigidas única y exclusivamente a el, ya no tenia ganas de que nadie mas le tocara, que nadie mas se le acercara siquiera… se sentía mas que motivado a matar a alguien, si se atrevían a tocar al rubio.


El medico hizo un gesto de reprobación, pero no fue capaz de poner resistencia, sintiéndose algo ofendido, dio media vuelta, y salió de aquella habitación, mas tarde de la mansión…

-“lo siento… pensé que... tu…buscabas alejarte de mi… mi mente esta repleta de sueños macabros… estoy confundido… yo… yo…. “


Claude ya había levantado a Alois del suelo, le había cambiado el pijama húmedo y le había arropado. El silencio taladraba sus oídos…

Los bellos ojos enrojecidos del conde le miraban expectantes, estaban húmedos y llenos de dolor, mientras Claude le preparaba un té que, estaba seguro, lo activaría casi enseguida, trataba de escoger sus palabras, las palabras adecuadas para decirle que nunca se iría de su lado, que podía estar tranquilo…


El borde del vaso de porcelana fría, fue tocado por los labios de Alois… levantando un poco a Alois, Claude le hizo beber aquel líquido tibio hasta el final… sabia que dentro de poco el conde se sentiría mejor. Pensaba hacer y decir muchas cosas, menos las que comenzó a decir, era como si su cerebro y su boca no se hubieran puesto de acuerdo…

- Nunca me alejare de su lado… lo juro, puede estar tranquilo… No quiero irme… nunca me iré… dije que lo protegeré… y lo cumpliré.


Volvió a recostarlo en la cama, arropándolo, después se despojo lentamente de sus pulcros guantes blancos. Co sus manos desnudas toco el rostro del rubio midiendo la temperatura que de a poco comenzaba a bajar.


Claude se descubrió lanzando Un suspiro de alivio al aire… Alois se sentiría mucho mejor pronto… ¿Cuándo había comenzado a preocuparse tanto por el?... ¿en que momento había traicionado sus propias necesidades de demonio, cumpliendo un pacto?... ¿en que momento había decidido quedarse para siempre a su lado?...



Saboreo sus propios labios, hace apenas unas horas esos labios habían estado sobre los del rubio… una sensación de quemante necesidad se abrió paso entre su cuerpo, iniciando en el interior, liberándose a través de sus labios…


Con fuerza se mordió su labio inferior tratando sin éxito, de aplacar esta urgente necesidad de probarlo nuevamente…


Sus manos seguían sobre el rostro del menor, ya no necesariamente sobre su frente, estaban en sus mejillas, en su cuello… Con el pulgar acaricio los labios ajenos, percibiendo su suavidad y calidez.


Su autocontrol una vez más lo traiciono. No pudiendo resistirse un segundo mas, se agacho hasta tocar aquellos labios que, en este momento podían ser su único punto débil… el primer beso fue como una mordida hambrienta de necesidad, sintió como los labios inmóviles de Alois se estremecían bajo su urgente tacto.


Su sensual lengua de demonio se abrió paso entre sus labios, saboreo los labios cerrados del conde, una vez mas, como siendo presa de alguna clase de hechizo volvió a unir sus labios con los otros, esta vez a fuerza de estos, logro abrir los labios de Alois, logrando así introducirse a esa húmeda y cálida cavidad…

No logro saber con exactitud cuanto tiempo estuvo probando aquellos labios, pero el tiempo se le paso como agua entre manos abiertas. En sus besos utilizaba todo, todo a cuanto urgencia y necesidad se refería, un beso siempre cambiante, nunca igual…



De pronto sintió como Los delicados y frágiles brazos de Alois rodeaban su cuello… tomándolo con mas fuerza de la que había imaginado… no lo estaba rechazando. La danza que mantenían sus bocas se hacia lenta y acompasada… en un momento de lucidez, Claude maldijo su sentido común, dándose cuenta que debía parar ahora, o de lo contrario, dentro de poco pasaría a lo siguiente con Alois.

Renuente se separo del conde.


- Perdón…me deje llevar. – se disculpo mostrando su sonrojado rostro - Lo mejor será que descanse ahora.


Aquello no era una mentira., el rubio si debía descansar, pues aunque obviamente se sentía mejor, la enfermedad seguía ahí… pero tampoco era lo que Claude quería… necesitaba quedarse ahí, seguir donde se había quedado…


- Descanse. Yo estaré aquí, no me moveré –prometió - … puede estar tranquilo…

Fingiendo calma, se separo y se sentó rígido en la silla paralela a la cama.
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Mensaje  Alois Trancy Sáb Jul 30, 2011 2:37 pm

Había ignorado la acción del medico, no pudo evitar mostrar una mueca burlesca al escuchar la tonta escusa de este … no era la fiebre … no, claro que no, aun así se limito a permanecer rendido, no tenia ganas de moverse, de levantar si quiera un dedo. Estaba completamente fuera de lo real, desinteresado de todo … excepto claro …Claude.

El viento agitado que provoco su mayordomo al moverse de forma rápida interponiéndose en el paso del otro llamo su atención, notando como pese a su gran actuación y elegancia le había mostrado al pequeño, un arranque de interés, por él, fuera de lo normal. El intruso se marchaba molesto, era lo único que razono. Sintió como su mayordomo le levantaba del piso y comenzaba a cambiarle. Quería romper el silencio, cambiar ese ambiente pero no supo como… ¿Qué más argumentar? … ya había dicho suficiente, sin embargo no pudo evitar seguirle con la mirada.


Le contesto con una leve sonrisa matizaba con ligero pesar. Aquellas palabras eran hermosas las apreciaba, eran lo que siempre habría querido escuchar en el pasado … pero ahora ya no bastaban …

“nunca me alejare de su lado … no quiero irme … lo cumpliré”

Palabras de animo, provenientes de su mayordomo, pero ¿Por qué aun sentía este doloroso vacío? su cabeza guerreaba con su mutable personalidad, con sus poderosos sentimientos.


De pronto todo quedo en silencio, su pensar callo. Las manos del otro en su rostro le atraparon por completo, pudo ver claramente como los penetrantes ojos dorados de Claude se iluminaban con un seductor tono violeta, estaba confundido y asombrado ¿acaso él era el responsable de tan hermosa mirada? Se encontraba totalmente paralizado, el blanco pulgar de su mayordomo rozaba sus labios dejando a su paso una fogosidad poco soportable; en su pecho pudo sentir un arrebato de vivacidad incrementándose cada vez mas ante el lento pero hábil acercamiento del otro; cuando corto distancia no solo sus labios se estremecieron, una fuerte sensación recorrió todo su cuerpo, Claude estaba sobre el rubio. Aquel doloroso vacío desapareció sin dejar rastro y en su lugar comenzaba a crecer una ferviente necesidad hacia su mayor.

Llevo sus manos a los hombros de Claude, sus dedos aprisionaban parte del saco obscuro del otro; el silencio de la habitación se trastornaba por los débiles y variados sonidos producidos por aquel beso. Le sujetó aun con mayor fuerza al percibir dentro de su boca la escurridiza lengua del otro, cada movimiento cautivaba su razón, devoraba su aliento. Tal como lo había dicho en el pasado “para devorarte en el infierno de una mordida” era una deleitable tortura besarle, absorbía su ser … su alma, pero a la vez le mantenía vivo con la calidez y ternura de sus manos. ¿Pero que estaba haciendo? ¿Acaso no era él mismo quien se había propuesto antes llevarle a la locura? ¿Qué esto no era lo que deseaba? … de la nada surgió un estado de extrema dicha y cariño … “felicidad” … fuera como fuera … eso le provocaba Claude desde lo mas profundo de su ser con cada uno de estos inesperados actos. Llevo sus brazos al fin, alrededor del cuello de su mayordomo… le sujeto con fuerza, no quería perderle … ahí fue cuando se lo propuso … “no dejaría que ese cruel destino le asignara una mala carta …. Esta vez, el ganaría y se quedaría al lado de Claude”.El tiempo, sin embargo fue como si se congelara… cada sensación la percibía inmensamente.


De la nada su mayordomo se separó de él un tanto alarmado, parando el beso drásticamente mientras tanto Alois solo podía verle. Su respiración estaba agitada, exhalaba e inhalaba una y otra vez, le había arrebatado casi por completo el aliento; se sorprendió en gran manera al mirar el rostro levemente enrojecido de su mayor, el mismo que por mucho tiempo había sido inmutable. Las mejillas de Alois estaban ruborizadas y un fuerte calor quemante se enseñoreaba en cada parte que Claude había tocado; escucho sus palabras, se percato de cada movimientos no pudo evitar incorporarse; sus labios aun conservaban aquel sabor. En él, permanecía el agradable aroma del otro, ese que tanto le gustaba.

Abrió un poco su pijama liberando un par de botones cerca del cuello en un vano intento por respirar mejor pero no podía calmarse, su corazón latía rápido, su cuerpo temblaba no por la enfermedad sino debido a las caricias y al anterior pasional beso.


Todos… todos y cada uno de los seres de este universo tienen algo que llegan a valorar mas que a si mismos, y para Alois innegablemente ese era su mayordomo. Aunque era un interrogante lo que pasaría a continuación actuó por un impulso desde la más profunda raíz de su alma. Se levanto alcanzando a Claude en aquella silla para luego apartarle tiernamente sus eternos anteojos, paso sus dedos por el sedoso cabello negro del demonio. Acariciándole con suavidad.

Con dos de sus dedos jalo un poco aquella elegante corbata de lazo para luego tomarse un poco de tiempo y perderse nuevamente en el exquisito aroma de su cuello.

-Siempre me atrajo este dulce aroma tuyo… no existe otro tan agradable

Dirigiendo sus transparentes ojos azules le observo de cerca.

- ahora que por fin miro detrás de esa mascara fría… no me dejes sin poder seguir admirándote… no enmascares tus deseos… después de todo, nadie mas que yo lo vera… será nuestro secreto…

Su voz inocentemente hacia eco en los oídos de su demonio.
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Mensaje  claude Faustus Vie Ago 05, 2011 2:17 pm

Cada parte del cuerpo de Claude que había tocado Alois, ardía., y solo sabia que quería sentirlo de nuevo…

Para el demonio la mayoría de las cosas eran vistas en blanco y negro. Si no era bueno, era malo… pero esto que estaba a punto de hacer no parecía tener color alguno… era como si los colores se hubieran mezclado en la paleta de un artista, dejándolo todo como un arcoíris bizarro…



Sus deseos estaban al descubierto, tal como Alois lo había pedido hace un momento… Claude se sentía indefenso., cuando había llegado a esta casa para cumplir los deseos del joven conde a cambio de su deliciosa alma, nunca se había imaginado esto.


Se miraron un momento en total silencio, Claude se sintió como si los brillantes ojos color océano del menor, pudieran ver el interior de su mente, y sacar a la luz sus sentimientos mas recónditos.


- Será nuestro secreto entonces… - Por fin dijo, percibiendo un leve temblor en su profunda voz.


Tomo el rostro de Alois entre sus grandes manos, y alzo la barbilla hacia el, sus labios se rozaron con suavidad, el roce había sido demasiado suave, como si Alois pudiera romperse, el beso se prolongo, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Un calor delicioso comenzó a derramarse, y Claude no pudo evitar separarse un poco.



Con una tranquilidad que en realidad no sentía, tomo al más joven, recostándolo sobre la cama, dejando caer su propio peso al lado… en la vida se hubiera si quiera medio imaginado, el estar así con el menor. Alois lo miraba con ojos perdidos, Claude pensaba reanudar el beso, pero el otro le gano… el rubio se abalanzo buscando los labios ajenos, besando con urgencia, buscando el cuello del otro con los brazos. Claude se fundió con el y dejo que ambos cuerpos se saciaran…


Aquella noche Claude descubrió que deseaba algo mas aparte del alma de su joven amo… deseaba su compañía, su tiempo, su confianza… deseaba todo.



Alois no pudo dejar de suspirar mientras Claude trazaba un camino de besos desde su cien hasta su cuello, la recamara entera y todo lo que los rodeaba, se derritió como nieve al sol… el calor que desprendían ambos cuerpos era perceptible a través de las finas telas que cubrían sus cuerpos, incluso parecían escuchar los acelerados golpeteos de sus corazones.



Alois estaba enfermo y seguramente débil… Claude se pregunto en un momento de lucidez, si acaso esto que estaba por suceder estaba bien… al segundo siguiente, el mayordomo ya no solo pensaba en que Alois debería estar débil, si no , también en el anciano conde Trancy… el le había hecho un daño inmenso a Alois… lo había herido de una forma que había quedado grabada con llamas ardientes en su piel y su alma., sintiendo unos besos suaves por parte del menor, recordó aquella vez, cuando gozoso había matado al anciano Trancy, en su vida había disfrutado tanto una muerte como esa, recordaba que para su gozo personal, había hecho sufrir al anciano… aun escuchaba sus ruegos, su temblorosa voz, sus negros ojos posarse sobre el… “lo mataría de nuevo”, pensó.



Pasó los dedos abiertos por sobre el lacio y perfecto cabello rubio de Alois, preguntándose si acaso el menor estaba preparado para esto… moriría por el si era necesario, ese había sido el trato, aquello no había cambiado en lo mas mínimo…



Su mente seguía vagando en esto, mientras recibía el beso ardiente del menor, lo correspondió, lo alimento, el mismo necesitaba de aquello, pero sus dudas seguían revoloteando en su mente… si Alois decidía parar ahora el lo aceptaría, y no cambiaria nada, pues el ya había decidido que permanecería a su lado, protegiéndolo, asegurándose de que nada malo le pasase.


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Mensaje  Alois Trancy Vie Ago 12, 2011 2:24 pm

Sus ojos se iluminaron contentos al oír las palabras del mayor, aceptando estar con él sinceramente. Entre esas paredes de su hermosa habitación se comenzaba a liberar una abrazante intimidad; los pensamientos de Alois sencillamente habían quedado inmóviles desde el anterior beso, su cuerpo y corazón actuaban en conjunto, por primera vez hacia las cosas de forma amable, genuina, cediendo ante los brazos del demonio que le sujetaban con cuidado y le llevaban a su cama.

Claude le besaba lentamente, de forma cariñosa y con una poca soportablepaciencia, estos actos erizaban la clara piel de su amo. Los labios de su mayor deslizándose por su rostro, dedicaban un breve tiempo cada vez que rozaba su sensible piel. Percibió cada movimiento, las pálidas manos del mayordomo tocaban su cuerpo, una estaba posada en su cálida espalda, la otra sostenía su barbilla levantándola al tiempo que se daba paso logrando saborear el largo cuello de Alois. El menor estaba sentado sobre su mayordomo, este podía sentir casi en su totalidad la joven piel del otro pues el pijama era demasiado delgado. El toque de sus dedos entre los rubios cabellos de Alois le provocó buscar nuevamente los labios de Claude. Aquel acto era una mescla de deseo con afecto, de excitación con necesidad. El menor continuo sin importarle nada, dejando en claro que no deseaba parar. Mostrando un lado de su persona que casi nunca resaltaba.

Las hábiles manos del mayordomo le desabotonaron aun mas el pijama provocando que este se deslizara de forma sensual por los delgados hombros del menor, parte del cuerpo del rubio estaba descubierto mostrando su esbelta pero agraciada figura de casi adolecente. Alois intentaba mantener el ritmo de los pasionales besos de su mayordomo, la danza entre sus labios aumentaba de ritmo, ahora sus bocas estaban un tanto abiertas, varios gemidos ahogados salieron de entre la garganta del rubio, la lengua de Claude dominaba en su totalidad, la sentía dentro moviéndose, intensificándole aun mas placer pues era mas larga que la del menor. Llevo sus dedos hacia el rostro del demonio, acariciándole mientras se percataba de como su mayordomo se deshacía de su saco y posteriormente introducía sus ahora frías manos tocándole directamente, cada roce, incluso un ligero toque lo sentía demasiado intenso, Claude era lo que mas le importaba en ese negro mundo donde habitabay el tenerlo tan cerca le provocaba una gran dicha.



“Demonio” ¿Quién puede confiar en uno? ¿Quién asegura que no es una mascara de maldad? Existían bastantes relatos aterradores acerca de ellos, malignos seres representados por la noche, por la obscuridad, sedientos de almas, autores de múltiples asesinatos, llenos de simple egocentrismo y autosatisfacción…¿y a él que le importaba lo que los demás creyeran o contaran? El de sobra conocía lo que ellos eran capaces de hacer, de provocar con tal de obtener lo que querían, sin embargo, Alois sencillamente confiaba en su mayordomo, pese a todo Claude le demostraba una nueva característica de ellos “los demonios”, un amor tan helado que podía quemar, tan resistente que rompía cualquier cosa con tal de perdurar por siglos, ese cariño poco semejante al humano … el cual le transmitía al menor y que este a su vez deseaba conservar eternamente.



Los brazos de su mayordomo le envolvían con fuerza, le atrapaban cual fina, bella y fuerte telaraña, conservándolo a su lado, a su disposición, a su voluntad. El pequeño conde aun recordaba cada agudo dolor del ayer, cada lagrima, la crueldad con la cual le cobijaron en el pasado, introduciéndole a una profunda, triste y decadente obscuridad sin embargo eso ya no importaba ahora, tal vez estaba loco pero Claude iluminaba su alma, con una luz pesada, con una luz nacida desde la silenciosa obscuridad.



El joven rubio le había entregado desde el principio su total humanidad y ahora mientras entrelazaba sus brazos por su cuello le brindaba su ser completamente … aun si todo decía que era una estupidez confiar en un ser de este genero, él, lo haría pues aunque no lo confesara con palabras estaba totalmente perdido en su fiel mayordomo.

La sensación tan fuera de lo común de aquellos besos, de la unión de sus húmedos labios casi llegaba hasta su alma … era adictivo … casi imposible alejarse … ahora entendía que aunque Claude le devorara en esos momentos no haría nada para impedirlo … no podría … no quería … le gustaba sentirlo … y anhelaba que así fuera siempre.


El menor no hacia nada más que estar concentrado en su mayor, sintiéndole, tocándole. Un carruaje se acercaba a la mansión de forma veloz demostraba prisa, en su interior Arnold Trancy se dirigía a la mansión sin anunciar su llegada. El extraordinario mayordomo-demonio logro percibir esto y separándose un poco confirmo la situación.Alois se recargo en el pecho de Claude un poco fatigado pues aunque no habían llegado tan lejos, su cuerpo comenzaba a resentirlo, el menor había intentado ocultarlo; sus brazos posados en parte de la espalda de su mayordomo le impidieron apartarse.

--¿Qué ocurre Claude?...

Espero una respuesta mientras agitado se recargaba en el demonio intentando recuperar fuerzas.
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Mensaje  claude Faustus Jue Ago 18, 2011 8:42 pm

Claude se mordió el labio con fuerza, mientras dejaba al rubio descansar sobre el. “visitas inesperadas”… con una mueca cambio enseguida su rostro bello y pasivo a uno serio y severo. Que mal momento había escogido el tío Trancy para visitar… Odioso.


Lanzando un largo suspiro al aire, cubrió el frágil cuerpo de Alois… ahora que su cerebro se estaba enfriando una ráfaga de culpa le invadió momentáneamente.



- Arnold Trancy esta llegando ahora mismo. – anuncio con cortesía a su joven amo, mientras le arreglaba pacientemente la pijama, y le devolvía a la cama haciéndolo descansar. –




En menos de dos segundos Claude ya estaba enfundado en su elegante saco negro, sus guantes blancos cubrían una vez mas sus manos, su ropa estaba como siempre mas que impecable, sus anteojos cubrían nuevamente su bello rostro, y su cabello parecía recién lavado…


Nuevamente la imagen del demonio-mayordomo estaba impecable… igual que siempre. Su imagen era la misma, pero su interior estaba mas que desubicado, su rubio amo le hacia sentir el suelo inestable. Claude supo que esto mismo estaba sintiendo Alois cuando lo miro: sus hombros subían y bajaban de modo descompasado, mientras intentaba dominarse.



- ¡no le abras!- Grito Alois arrojando las sabanas hacia un lado, destapando su cuerpo en el acto. - ¡no quiero ver a nadie!, ¡estoy enfermo!



- Le diré que ahora mismo no es buen momento para verlo, que esta indispuesto.



- ¡no te vallas!



Claude no pensaba salir justo en ese instante de la habitación, quería quedarse ahí con el rubio pero, las circunstancias lo impedían. Llamando a todo su autocontrol, saco un par de sabanas limpias del armario y cubrió a su amo.



- Todavía no se encuentra bien, no es bueno que se altere.



Alois tenia la boca apretada, y los ojos bien abiertos, estaba mas que listo para hacer una de sus típicas rabietas, pero Claude se agacho para besarlo justo a tiempo, de esta forma logro que el menor se relajara momentáneamente.



- Regresare enseguida. Seria bueno que descansara un poco.



- ¡no!, ¡Claude quédate aquí!



Claude levanto ambas manos, una de ellas voló al hombro de Alois, la otra la poso tan delicada como el viento sobre la enrojecida mejilla acariciando. Después de eso la mirada del demonio cambió., tal vez Alois seria el único en esta vida que pudiera ver aquella mirada llena de amabilidad de aquel poderoso y cruel demonio sediento de almas. El joven conde Trancy había sido catalogado de mil formas, inestable emocionablemente, caprichoso, salvaje, bipolar, y en boca del propio ciel phantomhive: loco. Pero Claude conocía la verdad… Alois estaba demasiado herido, el inmenso dolor estancado en su joven alma le hacia comportarse de esta manera, miedo a la soledad, miedo a la debilidad, al rechazo…



De un momento a otro Alois ya se aferraba a Claude, estrujando su impecable saco entre las manos con fuerza, sintiendo que si aflojaba tan solo un poco los puños, Claude se le escaparía.



Hubo un crujido en la puerta principal. El tío Trancy ya había sido recibido, y Claude debía ir y decirle cortésmente que debía irse… pero antes debía conseguir que Alois lo soltara…
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Mensaje  Alois Trancy Miér Ago 31, 2011 3:20 pm

-quisiera poder a ti también arrancarte un pedazo de ala… así… no te alejarías de mi lado … jamás-


Murmuro mientras recordaba vagamente a una vieja mariposa, a la cual le había hecho algo parecido su voz mas que amenazadora se escuchaba melancólica. Seguía abrazándole con fuerza sin poder evitar las ahora cálidas lagrimas recorrer sus mejillas. A él mismo le molestaba llorar tanto, pero no podía evitarlo, de no hacerlo explotaría lleno de tantos sentires y ahora lo necesitaba.


-pero ahora … no podría siquiera pensar en lastimarte no … no lo haría-


Culmino y beso tiernamente su mejilla como si se tratase de un juramento. Sin alejarse le acariciaba con suavidad, removiendo sus negros flequillos. Tenerlo cerca lo volvía inmensamente feliz pero a la vez lo llenaba de ansiedad y miedo a su perdida. Suspiro mostrando un gran pesar, bajando la mirada dejo nuevamente que sus pensamientos volaran en su cabeza.


-las personas parecen solo querer satisfacerse así mismas … yo mismo he caído en ese adictivo estar …-


Le confesaba a su mayordomo mientras le soltaba y bajaba de el. Sujetándose a una orilla de la cama recobro fuerzas, intentando fallidamente normalizar su respiración. Odiaba que lo alejaran de Claude, ya se lo cobraría al responsable.


-no se que tan injusto sea actuar de esta forma ahora, creo que es valido después de todo lo que …. - *callo momentáneamente mientras caminaba en busca de un buen atuendo* - … después de lo que ocurrió con mi “supuesto padre” ¿no crees? …- *sonrió irónicamente* -mi “tío” Arnold … si no quiere dinero seguramente desea deshacerse de mi, es bastante molesto … siempre esta resoplando su repulsivo aliento sobre mi cuello en búsqueda de algo mal … inmiscuyendo sus narices intentando encontrar algo con que destruirme … -


Se giro levemente para mirar desde su lugar a su mayor. Era increíble lo atractivo que lucia, ningún humano se asemejaría a él. Después de todo lo que había ocurrido el se mostraba perfecto. En el fondo el joven conde Trancy deseaba que su mayordomo actuara por impulso alguna vez, mostrando como en pocas ocasiones lo que habitaba en su ser. En el pasado varios escalofríos le fueron provocados por el demonio al dejar notar su amenazante personalidad, pero aun así el joven rubio había quedado envuelto en un mar de excitación, adrenalina y por supuesto curiosidad.


-“si pudiera pasar…”-


Pensó al tiempo que le contemplaba. El rostro de Alois se encontraba levemente enrojecido debido a la actual fiebre, sin embargo, este agraciaba de gran forma al menor haciéndole relucir sus ojos azul celeste. Estaba totalmente decidido a enfrentar al molesto intruso y de una vez por todas, si era posible, deshacerse de él.


-alístame Claude … lo atenderé personalmente …- *pidió mientras se llevaba una mano a la frente y continuaba meditando su, ahora, laborioso plan* - … no te apartes de mi lado … pase lo que pase … no lo hagas …-


Si bien en forma sencilla esto podía resultar divertido, mirar el rostro del odioso adulto conociendo toda la verdad, descubriendo al culpable del “justo” asesinato de su hermano.


-seguro deseara sofocarme hasta matarme … -


Pensaba en voz alta mientras acomodaba los anteojos de Claude.


-me pregunto ¿Cómo reaccionara al toparse cara a cara con un demonio verdadero? …-


Su sonrisa se borro dando lugar a una fría y vengativa mirada.
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Mensaje  claude Faustus Vie Sep 09, 2011 7:44 am

Claude lanzo una apenas perceptible sonrisa, mientras se dejaba hacer por parte del menor. El hecho de que siempre estuviera al servicio del joven conde Trancy y que le mostrara este lado suyo bastante poco usual, no quería decir que de vez en cuando no estuviera ansioso de devorar un alma por mas sucia que esta estuviera. De inmediato el simple hecho de devorar al tío Trancy por completo, le pareció el suceso mas importante de la semana… inconscientemente sintió un remolino de emociones bastante interesante agolpándose en su vientre.




Con un suspiro bastante mas marcado de lo usual, comenzó a alistar a su amo. El atuendo elegido fue un traje negro de pantalones cortos. La camisa de seda blanca hizo tiritar a Alois, cuando la fina prenda rozo su tersa piel, Claude hizo gala de la rapidez en sus dedos cuando anudo la corbata al cuello de su amo.



Las medias largas cubriendo las piernas del conde estaban a la altura perfecta, el cabello estaba alisado y brillante, el traje impecable, la sonrisa orgullosa un poco trabada debido a la fiebre…



A veces Claude no era dueño de sus actos, como en ese instante., cuando se agacho para cubrir a Alois en un suave beso, fue muy suave, casi como una brisa sobre sus labios húmedos. Se aparto de el mirándolo detenidamente, casi orgulloso, y a pesar de que miles de palabras se le cruzaron por la mente para dedicarle, solo una logro salir de esos endemoniados labios:



- Listo.



Alois no contesto, pero Claude comprendió lo que debía hacer a continuación, con tan solo mirarlo a los ojos.



Se adelanto unos pasos hasta abrir la fina puerta de la habitación. Lentamente ambos se dirigieron hasta la estancia, no tardaron demasiado en escuchar la horrenda y poco melodiosa voz del tío Trancy gritándole algo a los trillizos.



- ¡oh!, ¡estas aquí!



Grito el hombre viejo, cuando miro por fin al joven rubio bajar las escaleras con su eterno mayordomo siguiéndolo de cerca, el viejo no reprimió su desilusión, sabía que Claude significaba un poco más que una piedra en el camino para cumplir sus planes.



- Tu educación esta deformándose – dijo el anciano con desagrado – no es bueno dejar esperando a alguien por tanto tiempo.



- Me disculpo por eso. El conde Trancy ha estado resfriado.



El anciano sonrio temblorosamente, tan solo unas cuantas palabras de Claude eran suficientes para ponerlo en alerta. El nerviosismo del invitado no deseado, se revelo en una risotada grave que llenó el espacio de un sonido desagradable, el anciano dejo ver su amarilla dentadura, contrastando con el dorado de su piel demacrando bastante su semblante. Al no escuchar eco en su risa se puso serio de repente.



- ¿estas enfermo sobrino?... estas cayendo en triste decadencia…



Claude se acerco al oído de su amo, y con discreción susurro:



- Ordéneme amo.



Claude seria feliz si ahora mismo pudiera arrancarle la cabeza a ese sucio y maloliente humano, pero El rostro de Alois era como una mascara esculpida, desprovista de toda expresión. El demonio se obligo a esperar…
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Mensaje  Alois Trancy Lun Sep 26, 2011 2:41 pm

Al final el mismo Claude había tenido que elegir el adecuado atuendo para el menor, con una leve sonrisilla Alois mostro su agrado, era seguro que se trataba de una burla del demonio: negro, el color que reinaba en los funerales pero que agregando aquella camisa pura y brillante dejarían en claro la escasa pena que sentirían por ese intruso.


Su mayordomo comenzó a retirarle el pijama, desabrochando cada botón plateado con lentitud, las yemas del mayor rozaban la piel del conde, este ultimo no sabia si aquel acto era cometido de forma inconsciente o con la absoluta voluntad del demonio. Por un breve instante se observo un tanto vanidosamente al espejo, el tiempo pasaba se notaba mas grande, la adolescencia estaba llegando y aunque su atractivo crecía a cada segundo de su vida al rubio le molestaba el hecho de convertirse en un “aburrido adulto”. Movió su vista hasta toparse con el reflejo de Claude, se giro para recibir de sorpresa un cautivador y momentáneo beso “¿Cómo era posible que Claude siempre atinara que hacer en cada situación?” pensaba.


Era la segunda vez que usaba aquel obscuro conjunto, muy en el fondo podía sentir la emoción fluir ¿el “Tío Arnold” descubriría sus planes … o tendría que ser, él mismo, quien se los mostrara? Seria muy feliz si tuviera que dárselo a notar. Camino lenta y elegantemente saliendo de su habitación,controlaba a la perfección sus movimientos evitando que sus pies falsearan por consecuencia de la aun persistente debilidad en su frágil cuerpo, bajaba con firmeza cada escalón sujetándose disimuladamente del barandal.

Escucho como su mayordomo le disculpaba ante el odioso visitante, no pudo evitar mostrar su desagrado con una leve mueca en su rostro aquella gritona carcajada le taladro sus oídos de forma dolorosa para terminar de molestar al joven rubio con esa inoportuna frase: “¿Él, Alois Trancy cayendo en la decadencia?” bajo la mirada fijándola duramente sobre el piso, sus facciones se marcaban de forma seria al tiempo que sus ojos sobresalían con un cierto coraje “Acaso no el hermano de aquel ahora avergonzado hombre había arrojado al menor en la completa decadencia, utilizando sus repulsivas y avejentadas manos?”.sin embargo la voz de Claude le hizo sonreír.

-Paciencia … Claude … paciencia, la sorpresa para mi querido tío tendrá que esperar un poco- no se molesto siquiera por susurrarle al demonio, al contrario alzo un poco mas la voz a fin de queel invitado escuchara claramente, estaba jugando sencillamente quería divertirse un momento. Parpadeo un par de veces, ahora su actitud sonriente y amable relucía en el joven conde- Antes me gustaría atender gratamente a mi único familiar … siento la demora tío Arnold … como veraz mi salud no fue muy buena estos últimos días –le miro con una radiante sonrisa- pero preferí ser yo mismo quien te recibiera, aun así … no llegoalguna anunciación tuya previa … -los claros e incitantes ojos del muchacho se posaron sobre el adulto, ¿quería comenzar a insultarle? Alois podría herirle a guante blanco- pienso queestarás en apuros, debe ser una gran suma lo que vienes a pedir ¿no es así, querido tío? …

El rostro del visitante se dibujo molesto, ahora mismo sus amarillentos dientes se contraía uno con otro debido a la furia que le llenaba por dentro, estaba encolerizado, era cierto lo que decía el dueño de la mansión y supuesto sobrino suyo, lo que mas le irritaba era que no podía decir nada en contra de aquel malcriado chiquillo. Su visita era para conveniencia propia.

Arnold Trancy había recibido “provechosas noticias” acerca de su sobrino, ahora por medio delmalhumorado y al parecer ofendido doctor personal de la familia Trancy se había enterado de la “preocupante” salud del menor, -“esta continuamente delirando, justo en estos momentos no se encuentra en sus cinco sentidos, es probable que seda ante cualquier petición”- aquellas habían sido las palabras traidoras del medico. El viejo tíopensaba en la posibilidad de engañarle, quitar de una buena vez de tajo a ese estorboso chiquillo. El plan que el adulto tenia era realmente bueno, sin embargo algo en la mirada de aquel anormal mayordomo le inquietaba.


-pero Tío … nopermanezcas ahí anonadado, hoy pese a no esperarte pude pensar en algo especial para ti … ven- *con falso cariño le tomo por el antebrazo diestro haciéndole caminar hacia la sala de estar- tomaremos un poco del te que tanto te gusta mientras comienzo a desenvolver tu regalo … -sonrió de forma burlesca.


***Continua en la Sala de estar, de la mansión Trancy***
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