Alec Whitewood [Ficha]

- Nombre: Alec Whitewood.

- Pertenece: Hetalia: Axis Powers, es el hombre que representa los "Países Bajos".

- Edad: 23 años.

- Caracteristicas Fisicas: Alec es un hombre alto, de aproximadamente 1'91 metros de altura y 72 kg de peso de puro músculo.
Desde joven siempre ha sido un muchacho atlético y fuerte, por lo que desarrollar su cuerpo hasta llegar a ser muy fuerte y ágil no ha sido un problema para el fibrado y esbelto muchacho.
Tiene los ojos de color verde claro y rasgos finos pero varoniles, así como cabello de color rubio platino corto. Normalmente lleva la frente despejada echando su flequillo hacia atrás, muchas veces haciéndole como una especie de cresta sin necesidad de usar gomina ni nada sintético.
Tiene una fina cicatriz en la frente que se hizo hace años y no ha logrado deshacer.
Normalmente viste con ropas elegantes y formales, y sólo viste informal en su casa. En su trabajo siempre se pone encima de los caros trajes su ropa de cocinero, incluyendo el gorro, único objeto de su vestuario habitual que aborrece.
Oculta siempre que puede, especialmente a su hermano pequeño, una marca circular negra más parecida a un tatuaje que a otra cosa que lleva en la parte alta de su espalda...

- Caracteristicas Emocionales: Con los que no conoce suele ser muy frío y serio. Es de pocas palabras, suele solo pensar lo que desea decir pero casi nunca lo expresa a los demás.
Muy desconfiado con la gente que desconoce y suele ser muy distante con ellos por más que le hablen haciendo excepción con los niños y niñas que con ellos le fascina dialogar.
A veces puede llegar a ser algo violento, y más con las personas que le disgustan llegando al máximo de querer darle un puñetazo con tan solo verlos.
Es tremendamente sobreprotector con su hermano pequeño, factor que hace que muchas veces saque su faceta violenta para defenderlo ante cualquier peligro.
Él siempre esconde un lado muy dulce y gentil que solo lo demuestra con las personas más cercanas, único caso registrado por ahora de su hermano, pero suele demostrar este lado de su personalidad solo en privado y le cuesta mucho hacerlo frente a otros.
Le agradan tanto los niños y animales que con ellos no le importa ser gentil con gente delante.
Sería capaz de hacer CUALQUIER cosa por su hermano menor, para protegerlo y mantenerlo totalmente a salvo y feliz.

- Historia del personaje: Alec Whitewood nació en una familia de clase media en Inglaterra.
Su padre formaba parte de la policía británica dedicada a castigar todo el sinfín de crímenes que se realizaban en las calles de Londres por aquel entonces, y su madre poseía un pequeño restaurante que sin embargo tenía gran fama en la ciudad, siendo incluso visitado en ocasiones por la nobleza.
Alec y su familia vivían bien gracias a los dos sueldos del padre y de la madre que después de todo no eran excasos, y era una familia tan unida que nunca tuvieron más problemas de los habituales, por lo que se consideraban gente afortunada y feliz.
Sin embargo, una nueva vida vino cuando ya ni su padre ni su madre lo esperaban, llenándolos de felicidad al nacer Bradley, el pequeño hermanito de Alec... pero también de incertidumbre.
Alec le llevaba ocho años al pequeño, y debido a su caracter serio y protector, así como gentil y amable pronto se encariñó con él hasta límites insospechados, llegando a ser más protector con él que sus propios padres.
Estos sin embargo pronto empezaron a tener las primeras peleas que había tenido su familia...
Las cosas no iban nada bien; cada vez más crímenes y más horribles se desarrollaban en Londres, el peligro aumentaba cada día, y el padre de Alec temía por su seguridad, llegando a volverse incluso paranóico.
Un día sin embargo aquella tensión en el hogar de los Whitewood alcanzó el culmen... cuando el padre de los dos hermanos fue asesinado mientras estaba de servicio.
A pesar de que en aquella investigación se implicó el propio "Perro de la Reina" como llamaban al Conde Phantomhive, las autoridades no llegaron a averiguar ni siquiera a los implicados o implicado en dicho asesinato... que pareció más perpetrado por un fantasma que un humano...
Destrozados y sin consuelo, los tres miembros restantes de la familia Whitewood fueron de mal en peor.
Tras la muerte de su marido Elisa Whitewood cayó de lleno en una terrible depresión que la fue llevando rápidamente y sin que ella misma se diese cuenta a la tumba, acabando por suicidarse apenas un año después de que su esposo fuese asesinado, dejando totalmente solos y desamparados a Alec y Bradley.
Fue el propio niño, Alec, el que con catorce años descubrió el cuerpo colgado de su madre antes de que su hermanito de seis volviese de la escuela y, horrorizado, clamó a los cuatro vientos... que vendería su alma con tal de poder salir de aquel pozo de desesperación.
Ni él mismo podría haberse imaginado que el terror demoníaco que había acabado con su padre por simple hambre se fuese a aparecer ante él con la forma de un hombre altísimo y terrorífico rodeado de sombras.
Ayperos, un demonio mayor al servicio del Archibrujo del Infierno Nebiros, experto en brujería también él había ascendido al mundo mortal por orden de su amo para buscar ciertos microrganismos que serían muy útiles para que Nebiros crease nuevas plagas... pero de camino había decidido tomarse un ligero tentempié, tentempié que desgraciadamente había resultado ser el padre de Alec.
Curioso por saber el daño que había causado, Ayperos a pesar de borrar todas sus huellas había decidido seguir el hilo de tragedia... hasta toparse de lleno con aquella familia a la que había espiado durante todo un año, alimentándose con el terror y desesperación de la mujer hasta su inevitable muerte.
Y qué dichoso se había sentido de haber seguido en el mundo mortal... para ser capaz de escuchar aquel desesperado ruego... y sonreír para aparecerse ante el hijo del humano al que había devorado totalmente.
El demonio hechicero le propuso un trato al niño humano... siendo por propia voluntad del demonio y por tanto siendo un contrato más poderoso y válido incluso que el de otros invocadores y sus respectivos demonios.
Así pues, Ayperos le entregó parte de sus poderes al humano como parte del contrato, dotándolo de fuerza y velocidad sobrehumana, más poderosa incluso que la de la mayoría de los demonios al pertenecer dicho poder a un demonio mayor como Ayperos, así como de una resistencia increíble y en definitiva... la capacidad de salir adelante y proteger a su hermanito al que amaba más que a nada en el mundo.
Como parte final, Ayperos les conseguiría trabajo para que pudiesen subsistir... todo ello a cambio del alma del humano cuando su vida mortal llegase a su fin.
Alec... aceptó, la figura oscura asintiendo satisfecha y desapareciendo entre las sombras.
El muchacho Whitewood ocultó a su hermanito el cuerpo de su madre, simplemente contándole que había tenido que ir al lado de su padre para que no estuviese triste y haciéndose cargo él mismo del restaurante de su madre, tal y como el demonio le había dicho que debería hacer.
Fue al día siguiente de la segunda tragedia cuando un noble del más alto rango acudió al restaurante.
El Duque Thomas Howard-Fitzalan, duque de Norfolk, evaluó las extraordinarias cualidades culinarias de Alec, que había heredado de su madre, casi como si estuviese bajo el influjo de un hechizo... y contrató al muchacho para que llevase la cocina del palacete que pronto le pertenecería a su hijo, dejando sorpresivamente a cargo de dicha cocina a un niño si bien de catorce años, también un excelente chef.
Sabiendo que aquello era obra del demonio, Alec no pudo menos que valorar que aquella criatura aterradora cumpliese su parte del trato, estándole agradecido de poder seguir enviando al colegio y luego al instituto a su hermano mientras él trabajaba y llevaba el pan a casa.
Él había tenido que sacrificar sus estudios, pero no le importaba, con tal de que Brad no tuviese que hacer lo mismo nunca. Pensaba hacerle vivir una vida normal y feliz... por siempre. Él lo guardaría a salvo de la parte oscura y aterradora de su en apariencia más que afortunada vida.

Un sirviente más a la casa Fitzalan.

Bienvenido.