Isrefel, Yao Wang [Ficha]

- Nombre: Real=> Isrefel.
Humano=> Yao Wang.

- Pertenece: Hetalia: Axis Powers, es Yao Wang, también conocido como "China".

- Edad: 5347 años.

- Caracteristicas Fisicas: Isrefel fue un ángel de perfecta belleza que al caer al mundo mortal y olvidarlo todo no perdió sin embargo ni una gota de su hermosura.
Midiendo un metro sesenta y nueve de altura y pesando apenas unos cincuenta y cinco quilos, Yao tiene la apariencia de un muchachito joven de como mucho quince o dieciséis años, esbelto y de figura delicada, con ojos color miel y cabellos de color castaño claro que brilla con la luz del sol.
Su rostro es fino y hermoso, a pesar de su aparente juventud ya delgado como el de un adulto, y su cuerpo es a pesar de las apariencias muy fibrado y poderoso bajo las togas orientales que suele utilizar.
Viste trajes orientales chinos y no soporta vestir ropa occidental. También calza finas sandalias chinas o simplemente va descalzo.

- Caracteristicas Emocionales: Isrefel es un ángel de nivel Serafín que perdió sus recuerdos cuando luchó contra un demonio superior y perdió la batalla, cayendo al mundo mortal y perdiendo gran parte de sus poderes que no se recuperarían hasta pasar un tiempo de su batalla con el demonio.
Siendo un ángel guerrero de nacimiento, Yao es una criatura justa y estricta, muy disciplinado y con un carácter fuerte e instransigente la mayor parte de las veces que sin embargo no le impide ser compasivo con aquellos merecedores de semejante trato de y de buscar ayudar a los más necesitados siempre antes que a favorecer sus propios intereses.
A pesar de su duro carácter es un joven sensible y muy deprimido por el vacío que habita en su mente y de que él mismo es consciente a pesar de no recordar nada de su vida pasada como ángel.
Amable a su pesar, Yao se protege del mundo al que considera malvado y terrorífico construyendo una barrera insalvable para la mayoría tras la cual oculta sus verdaderos sentimientos y su verdadera bondad.
Tiende a tener accesos de ira y es bastante inestable en lo que a relaciones emocionales se refiere, tanto antes como después de perder la memoria.

- Historia del personaje: Conocido antiguamente como el Fuego de Dios, Yao fue uno de los serafines bajo el mando directo del Arcangel Uriel.
Nacido hace más de cinco milenios, Isrefel fue creado con la Luz y el Fuego de Dios, volviéndose debido a esto desde el principio un serafín con los poderes de lucha desarrollados para enfrentar y derrotar demonios en nombre del Todopoderoso, debido a esto pasó a estar bajo las órdenes del Arcángel Uriel, uno de los guerreros divinos más poderosos.
Pronto comenzó a luchar contra los renegados que habían desistido en seguir el camino del bien, los demonios impíos, y no tardó en formarse una reputación debido a su gigantesca fuerza física y su velocidad en el combate, así como sus dos cimitarras sagradas portadoras del mismo fuego que la espada de Uriel, capaz de carbonizar a los demonios sin dificultad...
Sin embargo, durante los periodos de tranquilidad entre batalla y batalla, Isrefel comenzó a entablar una extraña relación con otro Arcángel... el conocido como Remiel.
Aquel ser, tan distinto de Isrefel pero al mismo tiempo tan complementario a él le atraía enormemente. Remiel era un ángel con poderes mágicos y poco capacitado para la lucha cuerpo a cuerpo, lucha que de hecho también detestaba, centrándose principalmente en la sanación y curación y, a pesar de su también fuerte carácter, era pues la antítesis de Isrefel... que sin embargo no pudo evitar caer enamorado de él, así como Remiel también sintió lo mismo.
Durante unos cuantos siglos fortalecieron su relación y, a pesar de que Isrefel seguía luchando siempre volvía victorioso junto a su amado... hasta que un día uno de los Demonios Mayores del Inframundo se enteró de la "irritante molestia" que suponía un serafín tan poderoso como Isrefel y envió a sus tres esbirros contra él.
El nombre de aquel Archidemonio es Nebiros, que envió a Ayperos, Neburus y Glasyabolas a asesinar a tan cargante ángel.
Nada más sentir la presencia en el mundo humano de tan peligrosa amenaza, Uriel envió contra los tres demonios a Isrefel y a otros dos serafines que, a pesar de las protestas de Remiel fueron.
Uriel trató de calmar al otro Arcángel diciéndole que tres Serafines sin duda serían capaces de aniquilar a aquellos tres, pero Remiel no cabía en sí de la preocupación, por lo que acabó desoyendo a su hermano y bajando al mundo mortal...
Los dos Serafines que habían acompañado a Isrefel habían caído de lleno en una trampa mágica creada por Ayperos, un demonio que compartía su afinidad por la magia negra de su amo Nebiros, y sólo Isrefel se había librado de aquel primer asalto... tan sólo para encontrarse luchando solo contra tres poderosos demonios.
Herido, maldito y enfermo, Isrefel logró herir a Neburus en su forma de araña al cortarle dos patas y a Glasyabolas al aplastarle una de sus alas de murciélago, pero ante los mismos ojos de Remiel fue derribado y cayó a un río del mundo mortal, perdiéndose en sus aguas.
Temiendo la ira del arcángel recién aparecido, los tres demonios desaparecieron de la Esfera Mortal antes de que Remiel pudiese destruírlos con sus rayos, dejándolo sólo ante aquella catástrofe.
Destrozado pero aún con la esperanza de poder salvar a Isrefel, Remiel voló hasta el río y sacó el cuerpo exánime del serafín, llevándolo al bosque y curando heridas, maldiciones y enfermedades, dejándolo como nuevo... pero por desgracia al despertarse Isrefel Remiel por fin pudo ver el daño que le habían causado... había perdido totalmente la memoria.
Hecho trizas por aquella inesperada y nueva desgracia, Remiel decidió algo extraordinario... permanecer en la Tierra bajo identidades falsas de humanos hasta que Isrefel recuperase sus poderes y, en consecuencia, su memoria.
Decidido a ello y con un plan, el Arcángel se adueñó de la voluntad de los mortales que necesitaría para crear a Takano Masamune y Yao Wang y lo hizo, adueñándose después de parte de la fortuna de una despreciable empreza mortal que se dedicaba al tráfico de drogas y armas para poder mantener con las máximas comodidades y lujos a Isrefel hasta que volviese a ser el de antes.
Confuso y perdido, Yao despertó en su nuevo hogar sin recordar nada más allá de su despertar y con su supuesto "tío" Masamune a su cuidado e inventando la historia de que había tenido un accidente de coche y había perdido la memoria, pero que no debía preocuparse y tomarse su tiempo.
Desconfiado y asustado, Yao se encerró en sí mismo tras un muro aparentemente infranqueable y trató de vivir aquella miserable vida apartada tanto de mortales como ángeles... apartada de sus recuerdos...

Ficha aceptada.

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