de regreso a los pensamientos

*Pudo escuchar perfectamente aquella corta plegaria, la felicidad no se hizo esperar al percatarse de dicha petición. Dio varios pasos hasta situarse cerca de la cama en donde el príncipe recostado dormía plácidamente. Si, se había alejado algún tiempo de él pero por alguna extraña razón sabia de forma clara que se encontraría seguro en la mansión Phantomhive* “Seguramente iría a donde Ciel” *pensaba cada vez que le recordaba en sus caminos, intentando calmar su inquietud por regresar para protegerle, le extrañaba tanto.

-¿Príncipe Soma?- *el sonido entonado y bajo de su voz llegaba hasta los oídos del hermoso príncipe, quería despertarle*

Observo con cariño a Soma, el rostro canela de este se admiraba sereno, siempre gratamente adornado con su largos cabellos. Se incrusto una sonrisa en los labios de Agni. Meirin había sido la que le abriera la puerta recibiéndole contenta e informándole de la ubicación de Soma.

Ahora había regresado, no estaba seguro si él príncipe se encontraría molesto con él, pero esto si estaba bien decidido: “de ser permitido, se quedaría fielmente al su lado”

Al parecer su príncipe estaría bastante cansado, en el pasado mientras vivían en la India siquiera un leve susurro proveniente de Agni bastaría solamente para despertarle sin embargo desde su llegada a Inglaterra el sueño se Soma se transformo en un profundo dormir, era difícil despertarle pues diariamente se fatigaba con nuevas actividades a realizar junto al joven conde Ciel.

Con tan solo dar un par de cortos pasos más consiguió llegar a la orilla de la cama.

-¿A dónde habrá ido? … ¿Qué hizo que le agoto tanto mi príncipe?-

Murmuro al tiempo que colocando una rodilla sobre la cama subía en esta. Apoyo su mano izquierda sobre la almohada arriba del hombro de Soma.

-Tranquilo … aquí estaré … no volveré a dejarle solo jamás … -

Sus ojos se fijaron en los perfectamente delineados labios del muchacho, parecía que estaba embelesado por ellos, cortaba distancia lentamente. Unas profundas ansias por sentirlos le comenzaban a dominar, pero con solo un leve ladeo de la cabeza de Soma, Agni consiguió entrar en razón. Se separo hábilmente levantándose de la cama, ¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo se atrevía a siquiera osar pensar en tocarle? Él, Soma, era su señor casi su divinidad y el que le había dado una “nueva vida”.

Pensaba en dar un corto viaje para lograr deshacerse de aquel inquietante sentimiento que comenzaba a surgir hacia su señor. No, lo mantendría en secreto hasta que este desapareciera estaba dispuesto a controlar todas sus fuertes emociones y deseos.

Después de lograr calmarse pudo conseguir los ingredientes que requería, comenzó a prepararle con esmero aquel platillo que tanto le fascinaba “curry” movía su mano “dotada” de forma rápida consiguiendo que el aroma llenara el lugar. Sabía que el antojable aroma del aperitivo le despertaría. Le consentiría de cualquier forma, cuidaría de él entregando si era necesaria su propia vida pero aun dudaba… ¿Qué pasaría si este sentimiento crecía de forma rebelde? ¿Podría controlarlo?

“El dejarse dominar por un deseo carnal” era lo que siempre venia haciendo en su pasado y que ahora en su nuevo ser como siervo y protector del príncipe le provocaba desagrado el tener que lidiar con el concepto, era algo que ya no aceptaba tan fácilmente. Sencillamente había probado y conocido demasiado, por no decir la mayoría, pensando en deleitarse y nada más. Aun así… si el deseo, si el anhelo no era carnal si no que provenía de un inmenso aprecio hacia su príncipe, algo formado con pureza, entonces ¿estaría mal llevarlo acabo?

Aquella voz grata le saco de sus pensamientos. Se giro y contemplo al muchacho del cual radiaba felicidad. Al instante sonrío.

-¡¡Príncipe Soma!!- se reflejaba en esas palabras la emoción y lo dichoso que le volvía el poder contemplar los cautivantes ojos dorados de su señor.

Y así estando entre la duda, entre el autocontrol, el limpio deseo y un profundo cariño la mente de Agni poco podía controlarse razonando por completo, sin pensar lo estrecho entre sus brazos con una fuerza y suavidad mescladas, aprisionándole.

-me alegra tanto verle de nuevo mi príncipe …-

Y entonces durante ese momento se preguntaba vagamente ¿podría llegar su príncipe a quererle de la misma forma? Tal vez Agni lograría hacerlo solo suyo …